Iván Benito

Martes, 7 de octubre 2025, 19:22

| Actualizado 21:35h.

La pasión de Paolo Galbiati hay veces que se transmite en forma de collejas. El genuino acto de dar un golpe con la mano abierta en la nuca de una persona lo usa el técnico como método de afecto y no de reprimenda. El Baskonia regresó ayer tarde a los entrenamientos tras un día libre y lo primero que hizo el entrenador italiano fue un corro con sus jugadores para dar la bienvenida a Rodions Kurucs (Cesis, 1998). Hubo pescozones cariñosos, aplausos y otras muestras de cariño para el letón, cuya reincorporación completa al equipo se esperaba con ganas.

El ala-pívot de 27 años está listo para debutar con la camiseta azulgrana y tratar de pulir las carencias exhibidas por la escuadra vitoriana en el juego interior. El club reclutó este verano del UCAM Murcia a un baloncestista con altas capacidades en el poste bajo, presencia física y promedios de 5 rebotes por partido a lo largo de su carrera además de una buena cuota de puntos. La disputa del Eurobasket ya hacía presagiar que se perdería buena parte de la pretemporada, pero la habitual fatalidad azulgrana durante la fase de preparación volvió a hacer su aparición.

El jugador letón se perdió la cita europea de selecciones y pasó por el quirófano el pasado 25 de agosto en Madrid para corregir una dolencia en la fascia plantar de su pie izquierdo. El Baskonia lo consideró una «pequeña intervención» pero prefirió no poner plazos a la recuperación de una lesión fastidiosa. Al final, la baja ha sido de alrededor de un mes y medio, una vez que ayer completó el entrenamiento al mismo ritmo que todos sus compañeros. Se ha perdido los duelos ante Olympiacos, Asvel y Zaragoza y varias sesiones de trabajo que hubieran ayudado a la necesaria cohesión grupal, pero parece listo para medirse mañana (20.30 horas) en el Buesa Arena al Panathinaikos en la tercera jornada de la Euroliga.

Si no media ningún contratiempo en las próximas horas, el encuentro servirá como un nuevo comienzo para el Baskonia de Galbiati. Por primera vez, con toda la plantilla a su disposición. Con Rodions Kurucs ya apto para la convocatoria, el conjunto azulgrana vuelve a ser un grupo completo y armado en todas sus posiciones, visto que también Tadas Sedekerskis ha superado las secuelas musculares de un golpe que sufrió en el partido del viernes ante el Asvel y que provocaron que se quedara sin jugar el domingo ante el Casademont Zaragoza.

Un alivio para el entrenador italiano, que ardía en deseos de poder trabajar con toda la plantilla al completo. A su llegada en agosto pidió disponer de 14 jugadores. La dirección deportivo sólo pudo ofrecerle trece piezas versátiles que contentaron al transalpino, además del descubrimiento de Joksimovic. El mayor inconveniente fue que hasta la fecha solo había logrado reunirlos a todos para actos protocolarios y no para entrenar sobre la cancha.

A lo largo de la pretemporada vio cómo Howard, Sedekerskis, Diakite y Luwawu-Cabarrot entraban y salían de la enfermería del equipo por diversos problemas físicos.Además, Nowell no llegó a Vitoria hasta solo ocho días antes del inicio de la Euroliga. Si al técnico ya le pareció «un milagro» el primer entrenamiento en el que contó con diez jugadores profesionales, ahora ya puede sentirse en condiciones de sacar chispas de su plantilla. Con Kurucs, el Baskonia suma una pieza importante en un mermado juego interior que por momentos solo han intentado sujetar Diop y Samanic.

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