PRIMAL FEAR

+ ELEINE

Martes 30 de Septiembre 2025 – Sala Mon – Madrid

Hace ya bastante tiempo que no tenía la oportunidad de ver a los alemanes PRIMAL FEAR en acción, concretamente desde su paso por el GRANITO ROCK en el 2018. Por motivos varios, la gira de «Metal Commando» nos la perdimos… también la de «Code Red», y ahora, con un recién lanzado «Domination», las ganas de ver a la banda de Ralf Scheepers y Mat Sinner habían crecido exponencialmente, especialmente poseyendo en su discografía tres nuevos bloques de puro heavy metal en forma de álbum sin presentar aún por nuestro país. Creo que están en un momento muy dulce, lanzando discos de mucho nivel que avalan los casi 30 años de banda. Claro que les hemos visto en infinidad de ocasiones, de todas las formas posibles, pero sucede que cuando te acostumbras a algo, a algo bueno de verdad, y de repente se corta de raíz, lo echas de menos…¡eso me había ocurrido con una de las mejores bandas de heavy metal de alemania!. Si a todo ello le sumamos la expectación que suponen varios cambios en la alineación, y la recuperación de Mat, la curiosidad por ver qué nos pueden ofrecer PRIMAL FEAR en directo, en pleno 2025, se multiplican. André Hilgers siempre me pareció un batería excelente, y por lo que había podido ver en vídeos de este verano, Thalìa Bellazecca no es una instrumentista de bajas facultades… tampoco me cabía la menor duda de que «los jefes» no van a andarse con medias tintas a la hora de escoger miembros para una banda del nivel de la suya. Por fin lo comprobaríamos de primera mano en la capital, en una animadísima Sala Mon.

A la banda sueca ELEINE ya había tenido oportunidad de verles en acción, en un gran show allá por el 2023 teloneando a PAIN, y he de decir que, aún teniendo en cuenta que la formación ha pasado alguna etapa desagradable desde entonces, teniendo que expulsar a su bajista Filip Stålberg y a su batería Jesper Sunnhagen, el hecho de verles sin ningún adorno de escenario, sin bajista y con un sonido muy inferior al de aquella ocasión, hizo que esta vez no llegasen a impactarme como sí lo hicieron hace dos años. Capitaneados por Madeleine Liljestam, la banda empezó duro y fuerte con «Enemies» de «Dancing in Hell», su tercer trabajo de estudio. El sonido no era del todo cristalino, la batería sonaba quizás demasiado, siendo protagonistas las aplastantes guitarras de Victor Jonasson y Rikard Ekberg, quién se marcó algunos guturales muy definidos y bien incrustados. Ese muro que generan entre los dos, fue el atractivo del concierto, y lo que generó headbanging por doquier, ya que la voz de Madeleine, al menos desde mi posición, no se escuchaba con la calidad que sí sonó en la anterior ocasión que pude disfrutar de uno de sus conciertos. Elementos pre-grabados, y una sensación extraña al no ver a un bajista en el escenario, no impidieron que la banda se dejase la piel en ofrecer entretenimiento y un buen espectáculo.

Ya lo dije anteriormente, pero es que el riff de «Never Forget», podría pertenecer a alguno de los discos de AMON AMARTH clásicos. El tema, uno de los mejores de su catálogo, no dejó que escuchásemos la gran voz de Madeleine como nos gustaría, pero no fue impedimento para cantar el buenísimo estribillo junto a ellos, dando fé, además, de que hubo gente por las primeras filas que iba a verles exclusivamente a ellos, y que se lo pasaron en grande. «Ava of Death» sigue con esa tónica de afinación baja, gran riff, la banda moviendo sus cuellos, dando cancha a su tercer trabajo discográfico, al que parecen tenerle mucha estima, si no, a las pruebas me remito, pues también cayó «As I Breath» del mismo trabajo, con una buenísima recepción, la banda «on fire», aún sin contar con el mejor de los sonidos y un público entre el que parecía haber personal muy conforme con lo que ELEINE nos proponen. «We Are Legion» de su último álbum, «We Shall Remain», vuelve a traerme a la cabeza a AMON AMARTH y su «Pursuit of Vikings» en su riff principal, que provoca una batidora de melenas girando sobre el escenario. Uno de los himnos de ELEINE  que parece tener buena recepción en su comunidad de fans. «War Das Alles» supuso un respiro que se disfrutó, pero la no presencia de un bajo que debería estar especialmente presente dada la naturaleza del tema, volvía a resultar extraño… no obstante, la atmósfera del tema aporta variedad al show, y podemos escuchar con más claridad la potente voz de Madeleine.

«Dancing in Hell» fue de nuevo protagonista con uno de esos cortes más atmosféricos y sinfónicos de aquel disco, «Where Your Rotting Corpse Lie (W.Y.R.C.L.)», y se llega así a «We Stand United», en la que, bandera en mano, la vocalista vivió e hizo vivir un nuevo himno para ELEINE, perteneciente a su recién estrenado nuevo EP. El interludio «Vemod», fue el inicio del fin con «All Shall Burn» y su melodiosidad por bandera, y, por supuesto «We Shall Remain», uno de los inamovibles de la banda, que gracias a la dupla guitarrera sonó atronador, finalizando un show que, aún con algunas fisuras, pudo disfrutarse y volvió a servir como buena carta de presentación para los curiosos. El tema de cierre es un gran hit, que despidió Mon dejando buenas sensaciones en unos asistentes que acogieron muy bien su forma de mostrarse. Esperaremos a verles de nuevo con un espectáculo más completo, un bajista y, a ser posible, un teclista al que al menos veamos disparar orquestaciones y demás elementos.

Algo se hicieron esperar PRIMAL FEAR con el cambio de atrezo, teniendo en cuenta que ELEINE habían salido con retraso anteriormente. Dos telones laterales con motivos de «Domination», la portada del último álbum como reclamo central en las pantallas, así como algunas pequeñas plataformas, fueron la artillería que utilizó el panzer alemán, más que suficiente, para arrasarlo todo a su paso. Esos parches de batería que rezan «Primal Fear – Germany» amenazan sin titubeos con que no perdonar…esos años de espera no han sido en vano, y la banda, renovada, viene a demostrar el por qué España siempre ha sido una segunda residencia para ellos. Fue sonar la intro (recordando el monstruoso «Rulebreaker»), y el espíritu del verdadero heavy metal se apoderó de Mon tan pronto como la banda asaltó el escenario, miembro a miembro. «Destroyer» cayó con un obús en el centro de la sala, y el sonido fue notable desde que se distinguieron las primeras notas.

Ralf, raya en ojo, tan en forma como siempre y con una sonrisa inmensa, empieza a provocarnos para cantar el intenso estribillo con él, mientras que Mat, que luce una camiseta con su nombre de guerra, se marca una actitud a lo Ian Hill, en segundo plano, sin sobresaltos, provocado, imagino, por el delicado estado de salud que ha pasado desde la pandemia. Aún con todo, nos sonríe, y lanza gestos de complicidad a sus compañeros. El increíble guitarrista que es Magnus Karlsson, hiló muy fino a las seis cuerdas, y Thalía, la chica nueva del equipo, demostró ser la elección perfecta, ataviada por una indumentaria muy heavy, y mostrándose simpática, cargada de destreza, haciendo unos coros increíbles…se le veía cantar cada estrofa de cada tema, con una sonrisa en la cara, pero lo más importante…¡su guitarra echa humo!. Se ha ganado el puesto. Qué decir del preciso y titán André Hilgers, que complementa el trabajo de Sinner de modo brillante. Menudo estallido el inicio del show, que continuó con el que para servidor fue uno de lo grandes himnos de la noche. Un «I Am The Primal Fear» en el que no solo escuchamos a un melódico Ralf que se estaba saliendo por todos los sitios, sino a un público que cantó el tema casi de principio a fin, teniendo en cuenta su reciente incorporación al repertorio, perteneciendo a su nuevo álbum. Emocionante el ver cómo un tema como este cala con semejante rapidez entre los fans. Inmejorable ambiente, conexión banda-fans, sonido y actitud…

Entramos en zona roja. Esa en la que si pasas la franja, has conseguido tu objetivo, y cuando Ralf anuncia que tocarán un tema de «Jaws of Death», la victoria está cantada. «Final Embrace» es y será eterno, un tema de esos «one in a million» que gritamos a pleno pulmón junto a la banda, y aquí se escucho al público cantar cada palabra…cada verso. Realmente emocionante el ver cómo han logrado dejar huella en tantos metalheads de un par de generaciones…¡muy grandes!. Si al momentazo generado por tal magno éxito, sumas que empezó a sonar el tema más coreable de toda su carrera, como es «Nuclear Fire», con todo el personal cantando el punteo inicial, pues qué queréis que os diga…¡pelos como escarpias, aunque sea un tópico!. La dupla guitarrera lo borda, y Scheepers sigue manteniendo una voz tan solo digna de los músicos excelsos. Increíble química con su gente la que es capaz de generar como frontman, y profesional como pocos. Igual «Seven Seals» bajó la intensidad, pero hasta los gigantes necesitan un respiro. Aquel disco, más experimental, es muy valorado a día de hoy, pero aún recuerdo las críticas tan dispares en su año de edición. La muestra clara de respeto que se le muestra en la actualidad, es la gran acogida del tema. Como también se la llevó, merecidamente,»The Hunter», de su último trabajo, que tiene una sensacional melodía inicial y un estribillo que hizo retumbar Mon, como si fuese un clásico de los de toda la vida.

PRIMAL FEAR - Sala Mon - Madrid PRIMAL FEAR - Sala Mon - Madrid

La reacción ante temas de los primeros álbumes, respecto a las de este último, no fue demasiado diferente, claro que el buen estado de forma de la banda y la actitud, hacen mucho, y esta noche PRIMAL FEAR se lo estaban comiendo todo… no dejan ni los huesos. «Tears of Fire» es otro de los grandes temas de «Domination», y así nos lo hizo saber Ralf, con una interpretación de escándalo, y una banda sonando como un torpedo…¡muy top!. Como único acercamiento a «Apocalyspse» de 2018, nos avasallaron con un melódico «King of Mandness» que me encantó, siendo la confirmación de que la banda apuesta, y mucho, por sus últimos y grandísimos discos de estudio. De uno de ellos, el genial «Rulebreaker» (uno de mis favoritos), cayó uno de los temas de PRIMAL FEAR que siempre están en mis playlist. El riff de «The End Is Near», sumado a la batería estratosférica de André, hicieron, literalmente, que temblase el suelo…¡qué increíble tema de puro heavy metal, amigos!. Lo de Ralf en el estribillo es de otro planeta, y aunque el tono y color vocal en el resto del trallazo no es exacto al del disco, no pierde ni  un ápice de fuerza y eficiencia. Una barbaridad.

Algunas malas lenguas tachan a «Hallucinations» como un sobrante, un patito feo en el último álbum, al ser una composición instrumental, pero yo, como amante de estas piezas, la vi perfecta para que la banda se luciese en una tesitura menos saturada, y así dar un respiro a la voz de Ralf… el tema sonó delicado, técnico, cargado de feeling y realmente dinámico. Una perfecta carta de presentación de Thalìa, que junto a Magnus hicieron algunas filigranas de muy agradable asimilación. Me sorprendió que incluyesen en el set «Fighting the Darkness» de «New Religion», que con su forma de medio tiempo, fue preámbulo de un final apoteósico. De su primer disco podrían haber escogido cualquier tema para tocar nuestro corazón metálico. Un «Silver & Gold» o un «Batallions of Hate» no hubiesen estado de más, pero no nos quejamos si es «Chainbreaker» la elegida, con su destructor estribillo, que todos disfrutamos sobremanera, bajando Ralf al foso a saludar mientras escupía cada estrofa…pero es que la banda parecen gozarlo tanto como nosotros, o más incluso. La fiesta no cesaba. Otra descarga emocional nos provocó el grito inicial, todo un hito en su historia, de «Metal Is Forever», single estrella del famoso «Devil’s Ground», siendo otro de los temas más queridos de PRIMAL FEAR, que nos acercaba peligrosamente a una despedida inminente.

No sin antes regalarnos algún momento de deleite más, como en «Hands of Time», generando un bonito momento con la banda al completo sentados en la tarima de batería (a Mat le costó un gran esfuerzo el simple hecho de agacharse para coger posición), André llevando ritmo golpeando baqueta contra baqueta, y cantando un fragmento cada uno de ellos. Gran festín de emotividad antes de la hecatombe final marcada por un hímnico, clásico y querido «Running in the Dust», con el que todos alzamos el puño de uno de los brazos, diciendo hasta la próxima a los chicos germanos con la mano del otro. Visiblemente satisfechos con su espectáculo (no me extraña), PRIMAL FEAR se retiraban del escenario habiendo sembrado un caos controlado que esperamos se repita más pronto que tarde. Llegaron y arrasaron. Conciertos como este marcan el estatus de una banda.

Texto: José Rojo

Fotos: Peifer Correspondientes al concierto del (Sabado 4 de Octubre, Sala Totem Villava, Pamplona)

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