En apenas cinco años, Alejandro Sanz ha pasado de recorrer el Campus de Ourense para ir a clase, a ver los resultados de su trabajo en los circuitos de la Fórmula 1. Graduado en Ingeniería Aeroespacial por la Universidad de Vigo -en 2021- , hace ya dos años que forma parte del equipo Mercedes. “El ritmo es increíblemente rápido”, señala haciendo referencia a su día a día en la fábrica de Brackley (Reino Unido), aunque bien podría referirse a velocidad con la que ha llegado al Gran Circo.
Como muchos otros, Sanz creció viendo la Fórmula 1, sin embargo, para él “nunca fue una opción”, sino un sueño que parecía lejano, “solo al alcance de unos pocos con muchos más recursos de los que yo tenía”. La decisión de estudiar aeroespaciales llegó “en el último momento” y el motivo no fueron precisamente los coches. “Las pocas veces que volé de niño, me maravillaba cómo una máquina tan pesada podía despegar”, explica el ingeniero.
Sumar experiencias
Fue en su etapa universitaria cuando descubrió el UVigo Motorsport, una asociación de estudiantes que compite en la Formula Student -competición internacional para estudiantes en la que diseñan, construyen, desarrollan y compiten con monoplazas-. “Ese fue mi primer contacto con los monoplazas”, indica Sanz. Durante su paso por el Campus formó parte de varios grupos de trabajo en los que desarrolló distintos proyectos de su sector, lo que le ayudó a “adquirir una amplia gama de habilidades y conocer a muchas personas”.
Con el título de ingeniero en la mano decidió ampliar su formación con un máster en la Universidad Carlos III. Allí volvió a participar en la Formula Student y fue entonces cuando empezó a considerar “una posibilidad real” llegar a la Fórmula 1.
Aunque parezca que su llegada al equipo Mercedes fue sencilla, eso está lejos de la realidad. Desde que salió de la Escuela de Ingeniería de Ourense empezó a mandar su currículum a los equipos. Sin éxito. “Había llegado a un punto en el que estaba dispuesto a explorar otros caminos en el sector aeroespacial”, reconoce. Con todo, decidió darle una última oportunidad y se postuló como candidato a una nueva vacante. “Después de un proceso de selección muy exhaustivo, me encantó descubrir que había conseguido el puesto”, celebra y añade: “Todos en el proceso están altamente cualificados, por lo que es importante saber qué te hace excepcionalmente valioso como ingeniero”.
Un coche con su firma
Su labor dentro del equipo consiste en el “diseño aerodinámico del alerón delantero, desde los diseños conceptuales iniciales hasta las piezas finales que probamos en el túnel de viento”. En este sentido, sus decisiones están directamente relacionadas con los resultados que George Russell y Kimi Antonelli obtienen en pista. “Hay mucho en juego”, asegura, sin embargo, agradece que dentro de la filosofía de Mercedes “los errores se ven como oportunidades para mejorar”. Con todo, reconoce que “no hay sensación comparable a la de ver tu coche cruzar la línea de meta en primer lugar”.
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