El lehendakari ha señalado este miércoles que es «obvia» la necesidad de «una cierta consolidación» en el ámbito financiero y en Europa. Es un mensaje … que ha trasladado en el Fórum Europa celebrado en Madrid. Imanol Pradales ha insistido en que «nadie lo pone en duda, porque se necesita «un sector financiero fuerte y competitivo en el conjunto de la Unión Europea». Sobre todo, ha dicho, en un momento geopolítico «tan complejo» como el actual.

Pradales ha defendido esta posición al ser preguntado sobre la opa de BBVA sobre el Sabadell, que vive los momentos decisivos con un periodo de aceptación que terminará el próximo viernes. El mensaje del lehendakari coincide con una de las líneas argumentales del banco vasco para defender la operación, la de ganar escala para ahorrar en las inversiones necesarias en digitalización y obtener más capacidad de financiación.

«Relación institucional muy buena»

«Hay necesidad de inversión de escala muy importante en el ámbito de la energía, de las tecnologías. Necesitamos, por lo tanto, operaciones de consolidación financiera», ha añadido Pradales, que ha destacado que la relación que tienen desde el Gobierno vasco y él personalmente con el BBVA es «excelente». «Creo que estamos intentando, tanto el presidente del BBVA como yo, como lehendakari, que la aportación que haga el banco en el territorio vasco sea cada vez más relevante y más importante, en términos de apoyo al tejido empresarial, al cliente minorista, y de apoyo también a las transformaciones que se están intentando llevar a cabo en el conjunto de la economía vasca».

Las palabras de Pradales guardan entre líneas un importante cambio de matiz en la posición que el Gobierno vasco había mantenido hasta ahora sobre la opa. En varias intervenciones públicas el lehendakari había señalado que «lo importante no es cómo acabe la operación, sino que BBVA dé un paso adelante y aumente el impacto en Euskadi». Las reclamaciones del Ejecutivo autónomo se concretaron en que haya «más unidades de negocio», que la sede tenga «más relevancia», en que el pago de impuestos en Euskadi sea «superior» y que el banco «juegue un papel muy relevante en la Alianza Financiera Vasca», la herramienta lanzada por el Ejecutivo para coordinar inversiones en industria con los principales agentes financieros.

El presidente del PNV, Aitor Esteban, tampoco contribuyó a relativizar la situación cuando criticó que BBVA solo tenga la sede en Euskadi y «poco más», cuando fue preguntado por la entidad presidida por Carlos Torres. «A pesar de que tenga su sede aquí, no se puede decir que sea un banco realmente vasco», zanjó.

Se trataba de un posicionamiento más bien frío, que contrasta con las palabras de este miércoles del lehendakari. Imanol Pradales ha defendido que «tienen que ser los accionistas quienes decidan». «Tienen que tomar las decisiones que entiendan adecuadas». Sobre el resultado, se ha mostrado confiado en que la opa va a ser «positiva para Euskadi y espera que también lo sea para Cataluña» porque «quiero pensar» que se va abordar con la sensibilidad necesaria tanto para Euskadi, como para Cataluña.

Euskadi, el territorio con los incentivos fiscales «más competitivos»

En el foro, el lehendakari ha defendido además, que Euskadi es el territorio «más atractivo» de España y con los incentivos fiscales «más competitivos» para las empresas. Pradales ha defendido el plan industrial presentado recientemente acompañado de un plan de inversiones para la transformación de la economía vasca «muy ambicioso» con una apuesta pública de 4.000 millones para movilizar un total de 15.900 millones de inversión en la industria vasca.

Pradales ha fijado como una de las guías para esta legislatura la atracción empresarial y la generación de una política favorable a la actividad económica. Una apuesta en la que ha enmarcado las políticas fiscales de las diputaciones vascas con «un paquete de incentivos para la empresa que es el más competitivo en el Estado, sin ninguna duda», además de «uno de los más competitivos en el ámbito europeo».

El lehendakari ha defendido, de este modo, el uso de la competitividad fiscal para ganar en la captación de inversiones para Euskadi, frente a mensajes del anterior Gobierno de Urkullu que reprocharon a comunidades autónomas, como la de Madrid, que establecieran una especie de «dumping» fiscal con rebajas de impuestos.