El PSOE lanzó ayer un capote simbólico al mundo taurino al bloquear la tramitación de una Iniciativa Legislativa Popular que apostaba por retirar a los … toros su blindaje legal y su condición de bien cultural digno de protección en toda España. La abstención de los socialistas escenifica de forma clara un debate interno que hay dentro de los socialistas y abre una nueva brecha con la mayoría de sus socios.

La ILP había sido presentada en febrero por el colectivo ‘No es mi cultura’, que registró en el Congreso 664.777 firmas válidas, muy por encima de las 500.000 que se exigen para facilitar la tramitación. El objetivo principal de la propuesta era permitir que cada una de las comunidades tuviese las competencias necesarias para poder suprimir la tauromaquia. En el recuerdo está lo sucedido en Cataluña, que prohibió los toros en 2010, pero que tuvo que dar marcha atrás al tumbar el Tribunal Constitucional la norma autonómica.

A partir de la presentación de la ILP se produjeron varios movimientos entre los partidarios y los detractores de una iniciativa que trasciende la línea ideológica entre la izquierda y la derecha. En el primer grupo estaba Sumar, con un papel clave.No sólo forma parte del Gobierno, sino que tiene a Ernest Urtasun como ministro de Cultura. El representante de los comunes ya ha tomado varias decisiones simbólicas, como eliminar el premio Nacional de la Tauromaquia. Entre los partidarios de permitir la tramitación –en el debate de ayer no se decidía si se aprobaba la norma o no, solo si se iniciaba el debate parlamentario– estaban prácticamente todos los socios de Pedro Sánchez, incluidos el PNV y EH Bildu. Y entre los críticos se habían posicionado claramente el PP y Vox. Así que todo quedaba en manos del PSOE, que al final optó por una abstención que, en la práctica, era todo un puyazo a la ILP.

El problema de los socialistas no era que podía enfrentarse a sus socios, sino el debate interno que hay dentro del propio partido. De ahí que durante los últimos meses se haya movido en una calculada ambigüedad. Hay dirigentes, incluido el propio Sánchez, que han reconocido que no le gustan los toros. Pero hay otras sensibilidades. y no son menores ni anecdóticas.

El PSOE andaluz aprobó hace unos meses una iniciativa en apoyo de la tauromaquia, y los socialistas de Castilla y León también han pedido respeto y han considerado un «gran error» abrir un debate sobre esta cuestión. Las dos comunidades tienen varias cuestiones en común. En ambas habrá elecciones autonómicas el año que viene, en las dos hay una importante tradición taurina que defienden numerosos militantes socialistas y tanto en Andalucía como en Castilla y León el PSOE se juega mucho. El líder del PSE-EE, Eneko Andueza, también es un reconocido aficionado a los toros.

Así que el PSOE se presentó ayer en la Comisión de Cultura sin haber hecho público su posicionamiento, aunque hace unos meses los socialistas habían asegurado que no harían «oídos sordos» a las firmas incluidas en la ILP, pero este martes, Maribel García, diputada extremeña –otra de las autonomías donde la tauromaquia es apoyada por buena parte de los militantes socialistas– habló de que «la cultura no se impone ni se deroga por decreto» y recalcó que «el papel del Estado no es decidir qué es o no cultura, sino garantizar la libertad para crear, sentir y expresar». Luego llegó la votación y la ILP recibió el estoque definitivo: 57 votos a favor, 169 votos en contra, y las 118 abstenciones claves del PSOE y de José Luis Ábalos, ahora en el Grupo Mixto. Durante su discurso, Maribel García recalcó que «a veces el gesto más valiente es dejar que la sociedad siga avanzando en paz».