Las paredes de estuco fueron durante mucho tiempo la norma en la construcción tradicional, pero con la llegada del pladur, esta técnica fue perdiendo protagonismo, en favor de acabados más lisos y fáciles de instalar. «El estuco con textura se veía como algo demasiado tradicional y difícil de mantener», explica Krystal Reinhard, fundadora y diseñadora principal de Old Soul Design Studio. Hoy, el estuco vuelve a estar en el punto de mira. «El resurgir del estuco está ligado al deseo de vivir en casas que parezcan hechas a mano y con alma», afirma. «A medida que las viviendas se hacen más grandes, las superficies lisas y extensas de pladur pueden resultar frías y despersonalizadas. El estuco añade profundidad, calidez y una cualidad táctil que el pladur no puede igualar».