El encuentro entre Fanny y Alfredo en First Dates es un clarísimo ejemplo de que todo puede cambiar con una conversación. A ella no le gustó el soltero absolutamente nada, pero, por sorpresa, fue ella la que terminó más interesada en él que su cita.
«Blanco solo me como el arroz», llegó a expresarle a Carlos Sobera, momentos antes de conocer a la persona con la que la habían citado. Dejó cristalino que solo quería conocer a alguien de color, pero Alfredo, pese a ser de piel muy oscura y de sangre dominicana, no pasó el primer filtro de la soltera.
«Me gustan más fuertes y más altos», dijo decepcionada fuera de cámara, después de intercambiar las primeras palabras con el chico de 43 años en la barra del restaurante. Él, en cambio, sí confesó haberle atraído, y no solamente por su físico o su pelo negro, sino por su sonrisa y carisma a la hora de expresarse.
La cosa cambió a mejor gracias al clásico ’50 sombras de Grey’. Aunque los nervios traicionaron a Alfredo en un primer momento, confundiendo la mítica producción erótica con la icónica serie médica Anatomía de Grey, lo cierto es que a Fanny le entusiasmó conocer esa parte sensual, atrevida y aventurera del soltero en la cama.
Fanny y Alfredo, durante su cita en ‘First Dates’. (Mediaset)
De hecho, su decisión dio un giro completo cuando pasaron a la zona íntima del restaurante y vio en acción al dominicano. Se lanzó con varios besos picantes e incluso apagó las luces para hacerle ver que, pese a su personalidad apacible y elegante, hay en su interior un tigre que puede encajar a la perfección con sus gustos.
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Y así terminó pasando. Él quiso seguir conociéndola, pero fue Fanny quien estaba deseando de terminar la grabación para continuar exprimiendo a Alfredo, más allá de los focos. La soltera aceptó una segunda cita y no tuvo más remedio que admitir la sorpresa que se había llevado con su cita: «Pienso que ha habido química y que se le puede quitar la timidez».
El encuentro entre Fanny y Alfredo en First Dates es un clarísimo ejemplo de que todo puede cambiar con una conversación. A ella no le gustó el soltero absolutamente nada, pero, por sorpresa, fue ella la que terminó más interesada en él que su cita.