Victoria Beckham estrena documental en Netflix y lo celebramos recorriendo las casas de su vida

Victoria Beckham, el nuevo documental de Netflix, nos muestra a la diseñadora desde una nueva perspectiva. A lo largo de tres capítulos, Victoria hace un recorrido por su vida mientras se prepara para la Semana de la Moda de París, un viaje emocional que abarca sus inicios, su paso por Spice Girls y por su puesto, su lucha por hacerse un nombre en el mundo de la moda. La creativa deja a un lado su imagen distante para mostrarse vulnerable y hablar de sus inseguridades, pero también de una determinación implacable que la ha convertido en una de las diseñadoras más famosas a nivel global. Sus éxitos no son casualidad, puede que, como ella misma reconoce, no sea capaz de preparar un sándwich de queso, pero su tenacidad implacable, un trabajo constante y el apoyo incondicional de su marido, han levantado un imperio, también inmobiliario. Recorremos las propiedades de los Beckham, de Londres a Miami, pasando por Dubái.

La familia Beckham en el estreno del documental Victoria Beckham en Londres

La familia Beckham durante el estreno. El único que faltó al evento fue Brooklyn, el primogénito de la pareja, que tampoco aparece en el documental.© Karwai Tang / Wire Image via Getty

El ático de las afueras de Mánchester

La primera compra en común de la poderosa pareja fue un ático de unos 356.000 euros en una llamativa mansión victoriana de ladrillo rojo llamada Oakwood House, situada en la lujosa localidad de Alderley Edge, muy popular entre los futbolistas del Manchester United. Según reportaba la prensa por aquel entonces, Victoria decoró el salón con estampado de cebra y el baño con estampado de leopardo (por desgracia, no existen fotos del resultado). Los Beckham obtuvieron beneficios cuando vendieron el apartamento por unos 670.000 euros en 2002.

Vista area de 'Beckhingham Palace'

La antigua casa de los Beckham en Sawbridgeworth, Reino Unido.

© Ian Miles-Flashpoint Pictures / Alamy Stock Photo‘Beckingham’ Palace

Cuando compraron Rowneybury House, una antigua residencia de Grado II, la prensa no tardó en bautizar el nuevo hogar como «Beckingham», debido a la exorbitante suma que se gastaron en renovar la mansión por la que pagaron casi 3 millones de euros. Contaba con siete dormitorios, una piscina cubierta, un estudio de grabación, una sala de juegos y un gimnasio. Además, Victoria decoró cada habitación: del dormitorio con estampado de leopardo y espejos en el techo, al friso con temática Disney en la habitación del bebé. En el exterior, nueve hectáreas de terreno con pistas de tenis, un campo de fútbol, jardines, un laberinto de setos, e incluso «un parque infantil formado por antiguas ruinas falsas». Los Beckham finalmente vendieron la finca en 2014, con un beneficio de más de diez millones de euros.

Una inversión en el campo

Justo cuando Victoria anunció su segundo embarazo, en 2001, la familia se mudó a un granero convertido en Nether Alderley, en la histórica finca de Heawood Hall, una propiedad catalogada de Grado II que, se cree, fue construida en 1720. La casa, de cinco dormitorios, les costó alrededor de 1,3 millones de euros y otros 230.000 en reformas. Aunque no está claro qué mejoras hicieron los Beckham, según informaba la prensa cuando salió a la venta en 2012 por 2,5 millones de euros, la propiedad contaba con una piscina cubierta con paredes de ladrillo rojo, techos abovedados y vigas de madera; un gimnasio y una sala de juegos. La familia se mudó en 2005, cuando su hijo Brooklyn tenía seis años; su segundo hijo, Romeo, tres; y su tercer hijo, Cruz, acababa de llegar.