El aficionado a la F1 que no conoce a las persona que hay detrás de un piloto como Verstappen, puede pensar que es como una máquina, el mejor robot programado por y para ganar y competir a 300 km/h. Muchos pueden llegar a pensar que solo se mueve por ganar, a toda costa, juzgándolo solo por su forma de conducir, siempre al límite, su forma de pelear, siempre dura, a veces agresiva en pista, y sus respuestas en algunas ocasiones tajantes y contundentes en rueda de prensa, sobre todo, ante preguntas en las que cree que le quieren sacar el titular fácil y tendencioso que se convierta en viral. 

En estos últimos años, la imagen de ‘bad boy’ de Max ha sido sobre todo alimentada en muchas ocasiones por parte de la prensa británica para presentarlo a partir de 2021 como el ‘malo’ que toda película tiene, el enemigo perfecto para el ídolo de su público, Lewis Hamilton. 

Pero en las distancias cortas es cuando realmente puedes sacar conclusiones sobre los pilotos. MD entrevistó a Max Verstappen en dos ocasiones en el último año y medio. En el GP de Hungría de F1 de 2024 y en el pasado GP de Italia de F1 de esta temporada. En ambas ocasiones, Max atendió a este diario con una sonrisa, mirando a los ojos del periodista (algo que otros no hacen), mostrándose interesado por las preguntas, por dar respuestas elaboradas y explicándose, algo que el entrevistador siempre busca, pero que muchas veces no puede encontrar. Para ello, se necesita la colaboración del entrevistado. Y Max siempre colaboró. 

De esa forma es como este diario logró en Monza que Max se abriera al mundo para dar a conocer su lado más personal. El de padre de familia, puesto que este año su vida cambió con el nacimiento de su primera hija, Lily. Pero también el de la persona que hay detrás del piloto en cuanto a miedos, preocupaciones y los riesgos que está dispuesto a tomar en competición cuando decida alejarse de la F1. 

En el pasado, los pilotos intentaban esconder sus sentimientos. Max los abordó sin dudar, admitiendo que su vida y su manera de verla han cambiado tras el nacimiento de su hija. Y reconoce lo mucho que echa de menos a su núcleo familiar en un calendario tan demandante para todos, que antes solía ser de 17 carreras y que en los últimos años se ha ampliado a 24. A ello hay que sumarle su trabajo en la fábrica, los test de pretemporada y otras pruebas. 

«Sí, las prioridades en la vida desde que soy padre han cambiado. Además, por supuesto, llegas a casa y hay alguien nuevo, un nuevo miembro de la familia que te está esperando. Y eso es súper bonito. Siempre supe que quería tener hijos, así que tener una hija ahora es estupendo. Lo disfruto mucho. Probablemente, tener un hijo también te hace ser un poco más tranquilo en la vida, responsable y darte cuenta de que hay más cosas en la vida además de la Fórmula 1«, explicaba Max a Mundo Deportivo.

«Cuando estás viajando tanto tiempo, sí, se echan de menos. Hay muchas carreras, así que es importante pasar tiempo con ellos una vez que vuelves a casa», argumentó al respecto un Max que quiso explicarse cuando MD le preguntó si le tenía miedo a algo pese a que su trabajo comporte jugarse la vida cada vez que se sube a un F1 a más de 300 km/h. 

«¿Miedo? No es miedo, pero siempre hay preocupaciones en la vida. En mi caso, están relacionadas con la familia, con los amigos… Sí, siempre hay cosas que crees que tienes bajo control y luego pasa algo. Típico de la vida. Pero siempre intentas controlar todo lo que puedes», expresó. No es de extrañar que diga eso. En la F1, los pilotos están acostumbrados a quererlo tener todo bajo control con sus manos, con la responsabilidad de tener a más de mil personas detrás dependiendo de sus resultados, con miles de parámetros en la cabeza y una carrera que controlar no solo físicamente, también mentalmente. 

HorizontalMax Verstappen charló con MD recientemente para mostrar su lado más personal, en carreras y en la vidaDavid Moreno / Terceros¿Miedo? No, más bien preocupaciones»

En ese sentido, que Max asegure no tener miedo a nada, no quiere decir que no tenga respeto a otras carreras que pueden ser más peligrosas que la F1, como el Dakar, por el hecho de enfrentarse a las miles de trampas de los desiertos que superan los coches. O la Indy500, por tener que rozar los muros del óvalo de Indianápolis a 390 km/h. Alonso decidió asumir esos riesgos probando en ambas carreras. Pero Max tiene claro que no lo hará. 

Max Verstappen atiende a Mundo Deportivo en Monza, en el GP de Italia de F1 2025Max Verstappen, siempre muy atento y cercano en su reciente entrevista en Mundo DeportivoDavid Moreno

«No, no quiero hacerlo. Ni el Dakar, ni las 500 Millas de Indianápolis. No, realmente no me interesa. Me gusta verlo, pero no es el tipo de carreras que me gustaría hacer después de la Fórmula 1. Las carreras con coches GT son duras, sí, pero no son en el desierto, sino en condiciones normales», apuntaba a este diario de forma clara, sin esconderse. 

«¿No quiere ir allí porque es peligroso?», le preguntó MD para entender su decisión.

«Sí, porque no vale la pena correr el riesgo de competir ahí. Después de la Fórmula 1, ya has arriesgado tu vida lo suficiente durante muchos años. Así que eso es solo otro riesgo que, en mi opinión, llega un momento en el que ya no vale la pena tomar», finalizó. ¿Miedo? No. En su caso, responsabilidad. Prefiere no jugarse el pellejo en esas citas y pensar en otros retos, como el que ya está preparando de las 24 Horas de Nürbugring al volante de un GT, otra de sus pasiones, aunque no deje de ser otra carrera en una de las pistas más peligrosas del mundo.