Francisco Marco, el detective queFrancisco Marco, el detective que descubrió la identidad de Banksy.

Con los papeles cambiados, esta es la historia de cómo un reconocido y reconocible detective descubre la identidad de un artista al que nadie ha visto jamás. Banksy, uno de los artistas vivos más influyentes, encierra numerosas preguntas, como el proceso creativo, el criterio para la localización de sus obras o la forma en la que compone sin ser detectado, pero ninguna tan esperada como quién es.

Un español, Francisco Marco, aportó un nombre. Fue en abril cuando vimos la noticia, en La Otra Crónica del diario El Mundo. Ahora, ha concedido una entrevista en la que detalla cómo lo hizo. Marco, director de Método 3, doctor en Derecho, docente y escritor (autor de Operación Cataluña: la verdad oculta o La España inventada: tras los pasos de Villarejo junto al periodista a Manuel Bravo Pérez) lo hizo para ganar una apuesta a sus hijos.

Cuenta el detective que sus hijos no han seguido sus pasos. Que un día, entre bromas, le retaron, si tan bueno era en su trabajo, a resolver uno de los mayores enigmas: desenmascarar a Banksy. Así que se puso a ello, comenzando por contactar con una de sus personas de confianza en Reino Unido y enviando a un compañero desde Barcelona. Se lo narra a Daniel Fontanals, CEO de Fontanals y Cabré Detectives, en una extensa conversación disponible en YouTube.

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Robin Gunningham. Así, sostiene Marco, se llama Banksy. Nació el 28 de julio de 1974, luego tiene 51 años. Se casó en las Vegas en 2006 con su hoy todavía mujer, la exactivista Joy Charlotte Millward. Tienen una hija de cinco años. Aunque millonarios, llevan vida de clase media. Su escuela, la de Gunningham, fueron las calles de Bristol. La primera pista fue un dominio informático del artista en 2009 registrado con ese verdadero nombre.

Más tarde se hará llamar Robert Banks. Paulatinamente, desaparece del mundillo del grafiti. Su auge se acompasa con la invisibilidad, empieza a jugar al despiste. Más allá de su obra, se puede interpretar que Banksy quería trascender por su no identidad, aunque la explicación más plausible, según Marco, es que “lo que hace es ilegal” y necesita hacerlo a espaldas de la policía. “Ahora simplemente no quiere que le molesten”.

En su charla con Fontanals, también detective, Marco insiste en que ante un caso así, “lo primero que se hace es mirar el rastro digital previo, no el actual”. Despoja de importancia su tarea y asegura que operó como en otras tantas ocasiones, aunque no lo fuera, ya solo por quiénes eran sus ‘clientes’: “El pintor más famoso del mundo se mantenía en el anonimato y yo hago una apuesta con mis hijos”.

La obra de Bansky 'ElLa obra de Bansky ‘El niño migrante’ en Venecia. (AP Photo/Luca Bruno)

“Lo que harías tú -le dice a Fontanals- aplicado a localizar a una persona famosa que se está ocultando, es que no tiene mucho más”, insiste en rebajar. “En el primer registro de Banksy digital se utilizó un nombre real, Robin Gunningham, y a partir de ahí tienes que hacer una investigación normal y corriente: dónde ha nacido; padre, madre; dónde ha vivido, los cambios de censo que ha tenido…” Hay un salto en las pesquisas una vez se detecta la estructura societaria. El artista no trabaja solo y es millonario.

“Cuando se hace rico se cambia de nombre”. Es David Jones, nombre real por cierto de David Bowie. Con esa identidad, Gunningham maneja varias empresas especializadas en la “autenticación, comercialización y protección de sus derechos”, con Pest Control Office Ltd como marca principal. Otra que es clave es Picturesonwalls Ltd, para la venta de serigrafías y ediciones limitadas. Los ingresos son ingentes.

El detective Francisco Marco, directorEl detective Francisco Marco, director de Método 3, en una entrevista a Daniel Fontanals. (YouTube)

“Un tío que es rico, tiene dinero o lo utiliza. Entonces, ves cómo se movía societariamente ese dinero”, explica Marco a Fontanals. “En lo único que yo puedo llegar a ser especialista -continúa- es en el movimiento económico. Así que apliqué esos conocimientos para encontrar a esta persona y al final pude demostrar que era Banksy y ganarle la apuesta a mis hijos, que era lo más importante”, dice sonriendo.

Uno de los hallazgos más clarificadores, por gráfico, fue dar con una vivienda a la venta de Gunningham. Como cualquier otro ciudadano, la expuso en internet. “Amplías las fotos y empiezas a ver Banksys en todas las paredes”, describe Marco. Entretanto, el artista mundialmente conocido mantiene una vida modesta para su fortuna en una casa eso sí muy protegida, un búnker en una localidad a unos 30 kilómetros de Bristol.