Jueves, 9 de octubre 2025

| Actualizado 10/10/2025 08:31h.

Han pasado cinco años desde que Antxiñe Mendizabal publicara su primera novela ‘Odolekoak’, una obra realista, costumbrista, casi histórica… que también fue traducida al castellano por la editorial Conssoni. Sin embargo, aquel estilo «no le llenaba» y emprendió la búsqueda de cosas nuevas. Le atraían otras formas de mostrar el mundo, más alejadas del realismo, con facciones de fantasía y ficción, mediante las cuales, sentía que podía llegar a aquellos lugares que deseaba, a verdades más grandes…. De esta forma, Antxiñe Mendizabal empezó a explorar aquellas nuevas formas y encontró la suya, una voz a partir de la cual todo fue más fácil. «Desde ese momento he fluido como un río, sin apenas esfuerzo», describe sobre el proceso que le ha llevado hasta su segunda novela, ‘Katona’. El lunes la presentó en Donostia, el miércoles en Bilbao y ayer quiso hacerlo en casa. Una de las salas de actos de la casa de cultura Aizpurunea fue el escenario donde dio a conocer su libro. «Diría que es un viaje espiritual, escrito entre sueños y brujería. Habla del amor y del relato del amor, de la dificultad de escribir sobre el mismo, de la búsqueda de una voz propia, alejada de la mirada patriarcal en absoluto», definía ayer sobre su nueva obra.

‘Katona’ es la historia de una niña que fue raptada por un diablo llamado ‘Txerren’. En cuanto la niña nació, el diablo se apoderó de ella con la idea de que estuvieran juntos para siempre y vivieran una historia de amor. El diablo confirió a la niña un alma de escritora con la eterna promesa de que escribiera una historia de amor. Pero la niña tuvo que marcharse y en respuesta a esa marcha, el diablo decidió vengarse de ella, arrebatándole el nombre y junto a ello, su esencia. ‘Txerren’ no dejó que la niña, después convertida en adolescente y mujer, amara nunca a nadie, ni que escribiera sobre el amor.

«Pese a imperar la fantasía, hay mucho de mí en esta novela y también de nuestros alrededores, aparecen lugares reconocibles como la ikastola, Antigua, Sorginzulo, el tren, el bar de la cantina…», mencionaba.

«Al igual que le sucede a la protagonista e imagino que a más gente, siento que, pese a encarnar a una sola persona, a veces soy dos, tres o más. Hay una mujer visible y funcional, que interactúa entre amigos, con la familia, en el trabajo. Pero luego, hay otra mujer que no se ve, que en ocasiones vive en el submundo, otras veces en el limbo o en el aire y sale volando… una mujer de cuentos, en la que también me reconozco. Ahí no eres editora, escritora o madre, simplemente eres. Me he dado cuenta de que se trata de un lugar al que acudo fácilmente en los últimos años y desde ese lugar he querido escribir este nuevo libro», explicaba Antxiñe Mendizabal sobre ‘Katona’.

«Puede calificarse como onírico, fantástico y bastante surrealista. Personas de carne y hueso conviven con personajes de otros mundos en este libro, lleno de símbolos», indicaba.

Un ‘Behin bazen’ da comienzo a la novela, sobre la que Antxiñe avanzaba que la protagonista tendrá que superar continuamente pruebas y dificultades, en un viaje en el que siempre encontrará ayudantes y enemigos.

Amor y desobediencia

«Diría que es una historia de amor y desobediencia. La protagonista buscará el amor para escribir sobre el mismo, mientras la desobediencia emergerá ante la complejidad de tener que hacer frente al diablo para alcanzar su camino hacia la libertad. De alguna manera, todos tenemos nuestro enemigo, norma o destino con el que lidiar», señalaba.

«El diablo no dejará en paz a la protagonista y cada vez que llegue una oportunidad para el amor a su vida, aparecerá para ponérselo difícil. He de decir que al igual que en los cuentos de hadas, la historia acabará bien», anunció.

«Las brujas tienen un lugar muy importante en el relato. «¿Qué son? Al fin y al cabo se trata de mujeres desobedientes, que cuando se levanta el viento sur aparecen con su canto y con el aire, traen a la protagonista poemas, baladas, canciones, proverbios… Aquí he dado con una bonita colección de tesoros de la literatura vasca y popular, enorme e infinita», reseñó.

«Para crear el mundo onírico que buscaba me he valido de muchas de las cosas que nos ha dado el imaginario y la cosmología euskaldun, creencias, mitos, costumbres, leyes, bailes, recursos literarios… con raíces en el mundo del euskera», mencionaba.

También quiso ahondar en el porqué del título ‘Katona’. «Han sido tres los usos que he encontrado de esta palabra a lo largo del tiempo. Uno de ellos es el popular ‘Dona Dona Katona sutondoan aitona’ que nos lleva a la infancia. El segundo se lo escuché a mi madre, un día de forma inesperada, cuando me dijo que de pequeña iba a la escuela con Katona, en referencia al primer libro de letras que llevaban los niños al colegio, creemos que podría hacer alusión a ‘El Catón’, librillo creado por el autor de textos de educación Saturnino Calleja a comienzos de siglo pasado, con el que, en aquellos tiempos, se aprendía a leer y a escribir, probablemente los niños, al hablar en euskera, lo llamarían Katona en lugar de ‘El Catón’», enunciaba Antxiñe Mendizabal.

«El tercer uso lo encontré consultando diccionarios, algo que siempre me ha gustado mucho. Ojeando los de Resurrección María de Azkue, efectivamente, hallé la palabra Katona, era el nombre que se le daba a la sábana que antiguamente se utilizaba para vestir a los muertos, el último rastro de esta palabra se recogió en Ezkio, lugar del que precisamente proceden mis antepasados», mencionó como dato curioso de su intenso viaje hasta ‘Katona’.

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