Con apenas unas horas de vuelo, el Siroko Gijón Basketball se convierte este sábado en anfitrión del primer derbi femenino asturiano de baloncesto en muchos años. El Palacio de los Deportes de Gijón, a partir de las 17 horas, acoge el encuentro de la segunda jornada de Liga Femenina 2 entre el Siroko y el Aceites Abril ADBA Sanfer.
La cita llega un poco pronto para unas y otras, más si cabe después del enfrentamiento que tuvieron hace un par de semanas en el Quirinal en la Copa Asturias (ganó el ADBA 75-64), pero ambas formaciones están decididas a convertir el partido en una fiesta y en una reivindicación. «Me hubiera gustado jugarlo un poco más adelante, con el equipo más consolidado, pero es lo que toca», apunta María Rodríguez, presidenta del Siroko. «A diferencia de lo que piensa otra gente, yo creo que el hecho de que haya otro equipo es algo positivo para Asturias. Es nuestro rival y todos queremos ganar, pero sobre todo vamos a disfrutar de una tarde de baloncesto», incide Carlos Galán, entrenador del ADBA.
El partido tiene más historia para el Siroko Gijón Basketball, un club nuevo que afronta el primer partido de su historia en casa. Su idea es jugar en el Palacio de Deportes de Gijón los sábados a las 20 horas, pero la coincidencia con el Círculo les ha empujado a adelantar el choque.
Una pasión
«La idea surge por la pasión por este deporte tanto de mi marido como yo, ambos jugamos al baloncesto desde pequeños. Teníamos ganas de que Gijón tuviese un equipo femenino en una categoría nacional», explica María Rodríguez.
El trabajo se acumula para un club que empieza, sin base detrás. Apenas tuvo unas semanas para configurar una plantilla para la Liga Femenina 2, con jugadoras de fuera por la falta de tiempo para asentar una base. De cara al futuro, el club ha alcanzado un acuerdo con el Grupo Covadonga para que el Siroko sea la vía natural de progresión para las cadetes y juveniles grupistas. De momento, ya hay una joven grupista en Liga Femenina 2, Lucía Mera.
El objetivo del Siroko, dadas las circunstancias, no puede ser otro que salvar la categoría y ganar tiempo para solidificar el proyecto. «En general estoy bastante contento con el equipo que hemos hecho. La idea es asentarse, una vez que lleguemos a las diez u once victorias igual podemos mirar más arriba». El debut en la pista del UE Mataró arrojó un resultado peor que las sensaciones en pista (65-48): «En el segundo cuarto fuimos capaces de engancharnos, estuvimos 25 minutos en 4-6 puntos, pero al fina llegamos justas de piernas y un poco frustradas porque no salían las cosas», incide Carlos Fernández, el entrenador.
Ilusión en el ADBA
Para su tocayo y colega en el banquillo del ADBA Carlos Galán, la temporada es de ilusión pese al relevo de buena parte de la plantilla: «Por diferentes circunstancias no hemos podido mantener el bloque, pero no porque no quisiéramos. Volvemos a tener el mismo número de jugadoras de la casa, pero son una oleada nueva y necesitan tiempo. Tenemos sensaciones muy positivas». Ayudará el papel de dos jugadoras que fueron determinantes en el primer triunfo ante el Manresa (74-56), Emilie Larsen y Taylor Janssen, aunque «los números irán cambiando». Sobre el derbi, Galán apunta que «es un refuerzo para el baloncesto asturiano ver a entrenadores asturianos en los banquillos, implicados. Es una pena que no haya más jugadoras, pero los proyectos necesitan tiempo».

Plantilla del Aceites Abril ADBA: de pie, por la izquierda, Gabi Fuentes, Carmen Martínez, Esther Sevilla, Taylor Hanssen, Lorena Lorenzo, Noemi Ogochukwu y Emilie Gudmand; abajo, Sofía Ramos, Carlota Azqueta, Sara Fraile, Marina Sánchez, Lúa Pérez y Helena Prats. / Miki López