José Antonio Paraíso (Madrid, 1971) jugó en el que entonces era el Pamesa Valencia entre 2001 y 2004. Formó parte de aquel equipo de leyenda … que conquistó el primer título europeo de la historia del club, la ULEB Cup de 2003, y de la plantilla que vivió una situación que analizada 21 años después debe hacer sentir orgullo a todos los que tomaron una decisión complicada, arriesgada… y comprobado el escenario de 2025 acertada. En marzo de 2004, la entidad de Juan Roig se negó a viajar a Israel para disputar un partido de Euroliga contra el Maccabi Tel Aviv del Top 16, decisivo para la Final Four, al entender que no se reunían las condiciones de seguridad tras un ataque del ejército israelí a Palestina para matar el entonces líder de Hamás, Ahmed Yasin. El Valencia Basket lo único que pidió a la Euroliga fue que el partido se jugará fuera de Israel. El organismo se negó, el club se mostró firme y fue sancionado con la pérdida del partido (que fue el que le impidió jugar la Final Four) más una sanción. En 2025, en el mismo clima bélico, el Hapoel Tel Aviv juega sus partidos de la Euroliga en Sofía y el Maccabi Tel Aviv en Belgrado. No hay más.
«La historia, y el paso de los años, nos ha acabado dando la razón», sentencia a este periódico un Paraíso que ahora mismo es el director comercial de la revista Gigantes del Basket: «El club se la jugó pero acertó y los jugadores también opinamos lo mismo. La seguridad era lo primero. No debíamos ir a jugar porque era una situación donde no nos sentíamos. El Valencia Basket fue el primero en negarse a ir a jugar a Israel por motivos de seguridad justificados. No puedes pretender que haya un espectáculo y que los actores, los jugadores, estén incómodos y preocupados haciendo su trabajo. Hubiera sido tan sencillo como aplicar lo que ahora vemos con normalidad, que si tienen que jugar la Euroliga sus partidos como locales se jueguen fuera de Israel. Eso es lo único que pedíamos, que se jugara fuera. Nadie nos apoyó. El club fue valiente en no cambiar de decisión. Fuimos pioneros en negarnos a jugar en un escenario donde estaban sucediendo actos violentos y otros clubes no lo hicieron».

Lo más triste de todo –puesto que lo más grave es que más de dos décadas después siguen siendo asesinados civiles en Gaza– es que la situación no ha cambiado más de dos décadas después. El foco, de nuevo, apunta al Valencia Basket para su partido ante el Hapoel en el Roig Arena el 15 de octubre. Ahora, junto al Baxi Manresa y La Laguna Tenerife en el foco de la preocupación. «Entiendo perfectamente el temor que puedan tener ahora los tres clubes que tienen que recibir a equipos de Israel», insiste el madrileño «porque se mueve mucho dentro del deporte, muchos jugadores, patrocinadores, familias… pero todo tiene que practicarse en un entorno seguro y lógicamente es inaceptable la situación. Igual que con Rusia, en este caso la Euroliga debería seguir siempre unas normas y, como mínimo, seguir aplicando que no se debe jugar en un país que esté en un conflicto bélico abierto. Eso es lo único que pedíamos en 2004».
La apuesta del Roig Arena
Lo que nadie pudo impedir fue que aquellos dos últimos años de Paraíso de taronja supusieran para el exjugador «un punto de inflexión para el club, para crear una base para competir». Y lo razona: «Fue aquello de ya no nos vale con meternos en los playoff sino que tenemos que pelear por estar entre los cuatro primeros y luchar por los títulos». Por cierto, preguntado por la final de la ACB de 2003 ante el Barça y si hubiera tenido en ella impacto la actual tecnología, se mostró claro: «La final de la ACB de 2003 es posible que la hubiera ganado el Pamesa Valencia si hubiera habido en ese momento Instant Replay. Fue una final muy ajustada, peleamos mucho en los dos partidos del Palau y repasando los vídeos hay muchas jugadas raras en el primer partido de la final». Sobre el actual proyecto taronja, se declaró fan del Valencia Basket de Pedro Martínez «porque se ha reforzado además muy bien y además es el año del Roig Arena. Como jugador, entiendo que van a tener que adaptarse porque parece que es lo mismo, los mismos aros, pero no es lo mismo pasar de jugar como local en la Fonteta a un Arena que todos ya tienen claro que es estilo NBA. Sobre De Larrea, aplaude su decisión de quedarse en España a seguir su formación: «Está en el sitio ideal. A lo mejor, si todo esto le pasa en otra estructura de club no hubiera decidido lo mismo. Esa lealtad es muy buena porque ve el comportamiento del club, el futuro, y que es lo ideal para él. De Larrea creo que ha acertado quedándose a crecer en Valencia, jugando la ACB y la Euroliga. Hay que estar atentos a su evolución porque seguramente llegará a la NBA».