El pasado miércoles, Ginebra fue escenario de un nuevo encuentro entre los principales actores del baloncesto internacional. Representantes de la Euroliga, la NBA y la FIBA mantuvieron una sesión de trabajo destinada a estudiar posibles fórmulas de cooperación de cara a un proyecto común en el futuro del deporte europeo.
Esta cita dio continuidad al anuncio que meses atrás realizaron conjuntamente la liga estadounidense y la Federación Internacional de Baloncesto sobre su intención de impulsar una competición de clubes de alcance continental. La iniciativa podría denominarse ‘NBA Europe‘ y busca consolidar un torneo estable donde haya participación de franquicias del viejo continente, lo que abre un debate sobre el papel que jugará la actual estructura del baloncesto europeo.
Después del encuentro entre las tres partes, la Euroliga detalló que en la primera reunión había presentado un plan de colaboración que aún no ha obtenido respuesta concreta. También aclaró que en la cita de este miércoles no se ofrecieron novedades sustanciales sobre la planificación del proyecto de NBA Europa.
Dejan Bodiroga, presidente de la Euroliga / EFE
Desde la cúpula de la Euroliga se valora positivamente la actitud de la NBA por mantener un diálogo fluido y la implicación de la FIBA en la coordinación de las reuniones. El mensaje difundido por la máxima competición continental también subraya su disposición a seguir participando en las conversaciones con ambas entidades, siempre que se salvaguarden los intereses de los clubes y del baloncesto del continente.
Cuatro criterios exigidos por la Euroliga
Antes de viajar a Suiza, la Euroliga explicó que sus clubes se habían citado en Barcelona para intercambiar opiniones y unificar criterios. A partir de esa reunión, la competición reafirmó su intención de continuar en conversaciones con la NBA y la FIBA, aunque dejó claro que cualquier colaboración futura deberá regirse por cuatro «principios básicos»:
Primero el «beneficio compartido«, que garantice un equilibrio entre todos los participantes que sostenga económicamente el proyecto. El segundo principio es la «integridad cultural«, que vele por la identidad del baloncesto europeo y proteja a sus aficionados.
El tercer punto requerido por la Euroliga es la «excelencia competitiva«, es decir, asegurar que el nivel competitivo no se vea afectado por los cambios estructurales. Y por último, la «gobernanza europea«, que priorizaría a los órganos europeos en cualquier toma de decisión que se lleve a cabo.
La posición que adopta la NBA
George Aivazoglou, Director General de NBA Europa y Oriente Medio, ha dejado la puerta abierta a seguir hablando: «En colaboración con FIBA, seguimos manteniendo conversaciones de buena fe con la Euroliga sobre un nuevo modelo para el baloncesto europeo que acelere el crecimiento del deporte, celebre las ricas tradiciones del baloncesto en tantas ciudades y países, y sirva mejor a los aficionados de todo el continente. Seguimos abiertos a trabajar con este proyecto, siempre que logremos alinear nuestra visión sobre el enorme potencial del baloncesto en Europa».
Según fuentes conocedoras del caso, la liga estadounidense también se ha pronunciado sobre el asunto, explicando que se trata de un modelo inviable, pero reiterando que siguen abiertos a abordar el tema y asegurando que todos los equipos miembros de la Euroliga son bienvenidos en el nuevo ecosistema, ya sea como miembros permanentes o clasificándose a través de la BCL o de sus respectivas ligas nacionales.
La Euroliga insiste en que el desarrollo del baloncesto profesional debe basarse en la cooperación, pero sin comprometer los valores que han consolidado su actual modelo. Las conversaciones continuarán en los próximos meses, mientras las tres partes exploran una posible convergencia entre las estructuras más poderosas del baloncesto global.