Begoña Fernández
Madrid, 11 oct (EFE).- El segundo libro de la saga ‘Telmo Lobo’ ya está en las librerías y su autor, Emilio Aragón, ultima el tercero y pergeña un cuarto para finales de 2026 porque su aspiración, dice, es lograr una generación de jóvenes lectores de la serie e, incluso, llevar el libro a las aulas, leerlo y comentarlo con los alumnos.
En una entrevista con EFE, Aragón, con un perfil polifacético (músico, actor, productor, humorista y también escritor) reivindica a los clásicos como Robert Louis Stevenson. La nueva entrega de ‘Telmo Lobo: la leyenda del pirata’, editado por Alfaguara, homenajea al autor de ‘La isla del tesoro’ en el 175 aniversario de su nacimiento, que sirve de escenario para esta novela de aventuras.
“Yo reivindico a los clásicos y, sobre todo, los valores que proponen: la amistad, la justicia, la lealtad y una serie de cosas que se nos han perdido por el camino” dice el autor de la saga, que ve en los libros de aventuras el formato idóneo para el niño y el adolescente: “La aventura reúne todo lo que necesita un joven lector”.
“La novela de aventuras te abre la imaginación y te invita a que participes en el viaje”, afirma Aragón que en este segundo libro traslada a los hermanos Lobo (Telmo, Mía y Sammy) y a su amiga Carmina directamente al universo de Robert Louis Stevenson.
Escribir, al menos, mil palabras al día
A Emilio Aragón lo de “contar historias” no le llegó de repente sino que era un ‘rún rún’ que venía de hace muchos años, pero fue hace diez cuando se impuso escribir, al menos, mil palabras al día: “De lo que fuera, pero novelado”.
No se trataba, dice, de hacer un diario sino de narrar historias porque escribir “es terapéutico”.
Fruto de esa escritura nació su primer libro ‘El indiferente azul del cielo’, un libro, publicado por Espasa, que explora, sin conexión, lo cotidiano desde el realismo mágico hasta el terror.
Y ya con esa experiencia en su haber y con el empuje de sus nietos que le pedían insistentemente que les contará historias, Aragón perfiló las aventuras de Telmo Lobo con un primer libro, ‘El misterio del capitán’, que ya va por la tercera edición.
Una novela, que la editorial sitúa en la franja de 9 a 14 años, pero que el autor abre a los más pequeños y a los adultos: “¿A quien no le gusta leer un libro de aventuras?”.
Aragón explica que como escritor se mete de lleno en la historia, puede escribir horas y horas, y aunque parte de “un mínimo esqueleto y una pequeña brújula” considera que lo divertido es acabar con una historia totalmente distinta a la del inicio.
Toma como referencia el lema de Stephen King en ‘Mientras escribo’ y dice que lo hace de un tirón sin corregir y es cuando termina, cuando vuelve atrás, repasa, se da cuenta de lo que falta y recuenta la historia.
Aragón sueña con llevar ‘Telmo Lobo’ a un escenario
Emilio Aragón dice que le encantaría recorrer algunos colegios con su saga de ‘Telmo Lobo’: “Leer un capítulo del libro y hablar con los chavales, así, de esa manera, yo también podría escuchar sus inquietudes”.
Otra cosa con la que sueña el autor es llevar los personajes a un escenario, a un dibujo animado, a un cómic, a una película. Las expectativas de la serie son muchas y “soñar es gratis”, comenta.
“Un libro es como una partitura y hasta que no la toca el pianista, el cuarteto o la orquesta, no suena. El lector es más de la mitad del libro, el autor propone, pero el Telmo Lobo que tú te imagines no tendrá nada que ver con el que se imagine otro”.
El propósito de Aragón es hacer entender a los jóvenes “lo maravilloso de la lectura” por lo que supone de descubrimiento, y recuerda a un profesor (Don Miguel) que tuvo en Buenos Aires cuando tenía 11 años, que le trasladó la necesidad de leer, y que inició con la novela de Erich María Remarque ‘Sin novedad en el frente’.
Finalmente, Aragón reconoce que si tuviera que elegir entre el perfil de músico, escritor, actor, humorista y un largo etcétera, se decidiría, sin duda, por “la abuelidad, ser abuelo en toda la extensión de la palabra” y por el “espíritu tribal” de su familia que, espera, le permita seguir escribiendo historias para sus jóvenes lectores durante mucho tiempo. EFE
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