Fernando López-Pita se define como un optimista: «Sin tener nada que ver con el mundo del ‘media’ o de la escritura, vi esta oportunidad y fui a por ello». Ingeniero de formación, tras una etapa en Londres y otra en Berlín, trabajando en una empresa de libros electrónicos, empezó a tramar cómo dar forma a un viejo anhelo: reunir en un lugar lo que le gustaba leer y normalmente encontraba desperdigado, textos diversos, genuinos. Así nació Sustrato (www.sustrato.io/), «una plataforma en construcción».

Su propuesta pasa por romper los clichés digitales: frente a la publicidad invasiva y el ‘branded content‘, propone un modelo transparente. Así, mide el tiempo de lectura y reparte el 70% íntegro a los autores: «Queremos premiar que se lea largo. Tiene que haber gente que prefiera pagar lo que valen dos cervezas al mes a cambio de textos puros».

Más allá de la tecnología, ha diseñado un formato de comunidad de autores, lectores y agentes culturales. No busca el tráfico masivo, sino alinear incentivos: «El autor quiere escribir libre y a su ritmo, el lector quiere calidad y yo, como empresa, quiero exactamente lo mismo». Lo dice con humor: «Hubo una época en que soñaba con celditas de Excel, ahora sueño con artículos guapos».

Sustrato se está convirtiendo en la plataforma para que esa comunidad pueda sostener una conversación honesta y valiosa. «Estamos todos un poco hartos del contenido algorítmico», afirma López-Pita, convencido de que hay un espacio para el consumo consciente también en la lectura.

Con determinación, habla de círculos virtuosos, de «sostenerse de abajo arriba» y de cambiar el ecosistema mediático. «Estamos creciendo con sentido», afirma, y es que todo esto se está llevando al ‘offline’, con eventos y encuentros, y no solo con los de Sustrato, sino con los que van incorporando a la recién estrenada agenda. Las cifras le acompañan, pero sobre todo lo hacen los 86 autores y más de 150 suscriptores que ya comparten sus ideales.