Hace unos años, hablar de MMA, de UFC o de algunas de las distintas competiciones de artes marciales mixtas era poco más que hacerlo en arameo: solo unos pocos lo entendían. El auge de este deporte a escala mundial ha hecho que cada vez se vean más combates y que aumente el número de practicantes. Lanzarote ya tiene un nombre propio: Hecher Sosa, quien luchó desde abajo para llegar a lo más alto, la UFC, peleando incluso contra las circunstancias.
Conocido como el Guanche Warrior, comparte sus sentimientos, ambiciones y el coste personal que ha implicado llegar hasta la UFC. Tras un combate decisivo en Las Vegas, en el marco del Dana White’s Contender Series (DWCS), Hecher no solo aseguró su contrato con la organización más prestigiosa de las artes marciales mixtas, sino que lo hizo soportando el golpe más duro: el fallecimiento de su padre pocas horas antes del pesaje.
En Las Vegas, Sosa se enfrentó a Mackson Lee en el DWCS, venciendo por decisión unánime y asegurando un contrato directo con la UFC. Fue una noche histórica: el lanzaroteño se convirtió en el primer español en llegar a la UFC por esa vía competitiva. Con él, ya son dos los canarios que han logrado firmar con la UFC, y solo nueve españoles han alcanzado un contrato profesional con la compañía más importante.
Lo que era alegría en ese momento, había sido llanto. Poco antes del pesaje para esa pelea, el padre de Hecher, Domingo Sosa, que fue boxeador amateur, falleció tras luchar contra el cáncer. El día del ajuste de peso, recibió la noticia temprano: “Mi hermano me llamó, me despertó y me dijo: ‘Hermano, papá se ha ido’… le colgué el teléfono, lloré, fue un dolor que no puedo explicar”.
A pesar del impacto, decidió seguir adelante con la pelea en honor a su padre. “Él dejó su cuerpo para venir a Las Vegas y estar conmigo en el momento más importante de mi carrera deportiva, y quiero pensar que, cuando entré en la jaula, éramos dos los que estábamos compitiendo contra mi rival”.
La organización le ofreció la posibilidad de aplazar su combate ante el brasileño Mackson Lee, pero el lanzaroteño decidió continuar. Un futuro Tras conseguir la victoria y el contrato, el Guanche Warrior recibió otra noticia: “Me ofrecieron debutar en la UFC en noviembre”. Sin embargo, rechazó esa oportunidad para pasar tiempo con su familia tras lo vivido.

“No tengo pensado moverme de Lanzarote, esta es mi casa”, asegura Sosa
Este gesto amplifica el valor humano de su historia, mostrando que, para él, la victoria no se mide solo en logros deportivos, sino también en responsabilidad y afecto. Llegar a la UFC implica cambios, aunque Hecher quiere seguir siendo fiel a sus raíces. “No tengo pensado moverme de Lanzarote, esta es mi casa, y cuando lo haga será para prepararme con los mejores, ya sea en Madrid, Tailandia o Estados Unidos, pero regresando a Lanzarote”, explica.
“Vengo de una isla pequeña donde los sueños se hacen grandes, y estoy aquí para cumplirlos”. Explica que “el contrato de UFC garantiza cuatro combates”, y Hecher, que no es de estar mucho tiempo parado, ya piensa en cuándo volver a pelear. “Me gustaría hacer, al menos, tres combates en 2026”, señala. “No me voy a conformar con esto, no he llegado hasta aquí para quedarme en el camino, sino que quiero dejar un legado”.
Recibimiento apoteósico
La hazaña de Hecher Sosa se ha convertido en una de las gestas individuales más importantes de la historia del deporte en Isla. El aeropuerto César Manrique se llenó de familiares, amigos y seguidores para recibir al peleador lanzaroteño. Tras fundirse en un abrazo con sus seres queridos, no paró de fotografiarse y firmar autógrafos con todos los presentes. No se fue del aeropuerto hasta haber atendido al último aficionado, demostrando una vez más su humildad.
La historia de Hecher Sosa no es solo la de un luchador que acaba de firmar un contrato con la UFC, sino la de un hombre que, ante la adversidad más profunda, supo seguir adelante para honrar a su padre, a su familia y a sí mismo. Su triunfo en el Dana White’s Contender Series transforma su nombre en una referencia para las artes marciales mixtas españolas.
El Guanche Warrior tiene por delante una ruta difícil, pero cargada de significado. Sea como sea, ya ha demostrado que sus sueños no solo pueden hacerse realidad, sino que se forjan con sacrificio, humildad, coraje y el firme deseo de que su apellido, y su historia, signifiquen algo para quienes lo siguen.