En una noche llena de color, fe y tradición en la plaza de toros Nuevo Progreso, el queretano Diego San Román se proclamó como el gran triunfador de la tradicional “Corrida de las Luces”, festejo en honor a la Virgen de Zapopan que marcó el inicio de la segunda parte de la Temporada Grande.

San Román abrió plaza ante “Joyerito”, un toro de 485 kilos, muy esperado por la afición tapatía, con el que toreó con clase y firmó una faena intensa y de buena conexión con el tendido. Su segunda actuación, ante “Pardito”, un toro de 498 kilos, fue aún más rotunda, ya que cuajó una faena de gran entrega y verdad, cerrada con una estocada certera que puso al público de pie. Se adjudicó dos orejas con las que el queretano salió en hombros por la puerta grande, rubricando así una noche de consagración.

Con este triunfo, Diego San Román no solo se lleva el reconocimiento del público tapatío, sino que ratifica su gran momento profesional y su capacidad para sostener la responsabilidad de abrir carteles importantes. Su actuación en Guadalajara deja claro que el joven queretano ha madurado y que su tauromaquia, basada en la entrega, el valor y la verdad, tiene todavía mucho por decir en los ruedos de México y de otras partes del mundo.

En otros resultados, Isaac Fonseca, segundo de la noche, enfrentó a “Guantero”, un toro de 478 kilos que no le ofreció opciones. El michoacano, siempre dispuesto y con actitud, trató de imponerse, pero ante la falta de transmisión del ejemplar, decidió abreviar su labor, recibiendo una ovación de reconocimiento a su disposición.

Por su parte, el joven español Marco Pérez demostró que tiene madera de figura. Con “Vencedor”, de 475 kilos, se mostró breve pero elegante con el capote, y ya con la muleta logró conectar muletazos templados y de gran clase por el derecho, que fueron bien valorados por el público. Posteriormente, con “Cortesano”, de 487 kilos, cerró la noche con una faena de empaque y ritmo, aunque lamentablemente falló con la espada, lo que le privó de un mejor resultado.

La “Corrida de las Luces” volvió a ser un espectáculo lleno de simbolismo, en el que las luces de las velas y los destellos en los tendidos se mezclaron con la emoción del toreo. La devoción a la Virgen de Zapopan, patrona de Jalisco, se hizo presente en cada detalle, desde el paseíllo hasta los últimos compases de la noche.

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