A Paulius Motiejunas (Kaunas, 1981) se le ilumina la cara cuando habla de baloncesto, del juego. Y recalca con satisfacción que, por encima de todo, sigue siendo un aficionado que espera impaciente el inicio de cada jornada de Euroliga para devorar partidos, todos los que puede. Pero, claro, también es el CEO de una competición que navega tiempos extraordinarios, de más crecimiento que estabilidad. Que acaba de estrenar temporada con, por primera vez, veinte equipos en formato todos contra todos; con uno en Dubái, una transformación radical del mapa de su configuración clásica. Con dos equipos de Israel, con todo lo que eso implica y, en un medio plazo que cada vez es más corto, la alargadísima sombra de la NBA y un desembarco en Europa que nadie sabe con total certeza cómo será, pero será. Con muchos frentes abiertos, y muchos partidos por ver, Motiejunas atiende a AS en un inicio del curso que ve con optimismo y en el que responde con convicción a las incertidumbres que se acumulan, o eso parece en la mirada del aficionado, en su casa. La Euroliga.

La Euroliga 2025-26 empezó con el estreno del Dubai Basketball, el primer partido de fase regular en los Emiratos Árabes. Un día muy importante en la historia de la competición, desde luego. Y también, por extensión, para su legado. Usted ya es, para siempre, el CEO que llevó la Euroliga a Oriente Medio.

La verdad es que son cosas en las que ahora mismo ni me paro a pensar. Estás tan concentrado en cada detalle, en cada cosa que hay que hacer en el siguiente paso, que casi ni puedes fijarte en un cuadro más general. Seguramente en unos años, cuando además ya hayamos visto cómo va yendo todo, podremos mirar hacia atrás y darnos más cuenta de todo esto. Pero ahora mismo solo pienso en que empezamos una nueva temporada, la primera con veinte equipos, con un nuevo continente como parte de la competición… es emocionante, veremos cómo va.

Pero no es exagerado decir que el estreno del Dubai Basketball marca un antes y un después para la Euroliga.

Yo no pienso en esos términos, solo en hacer lo que tenemos que hacer, en que la Euroliga crezca; en dar los pasos adecuados en esa dirección. Iremos avanzando y sobre el legado que quede… veremos cuando haya terminado nuestro trabajo.

¿Cómo vio, sobre el terreno y en ese primer día de competición, el proyecto del Dubai Basketball? No deja de ser un equipo con menos de tres años de vida en una parte del mundo en la que el baloncesto partía prácticamente de cero.

Aquí hay dos partes, una es la de la organización y otra la del equipo, la relacionada con el baloncesto. Sobre esta última, veremos lo que pasa en la pista. No será fácil para ellos porque se suman a una liga extremadamente competitiva. Pero creo que han hecho un buen trabajo para poder competir de tú a tú contra todos los rivales.

Y luego está la ciudad, un pabellón de primerísima categoría como el Coca-Cola Arena…

Hay un potencial enorme. Tenemos que ser pacientes, dar tiempo y entender que hay unos plazos de crecimiento. Pero creo que el baloncesto tiene una enorme oportunidad aquí y que va a crecer mucho porque ya ha conseguido llamar la atención. Ahora hay que monetizar eso, y me refiero a hacer que crezca la base de aficionados, que haya más niños que jueguen en categorías de base, que todo el mundo sepa que aquí hay un equipo de Euroliga…

En la presentación del proyecto, además, se habló sin tapujos de la posibilidad de que haya más equipos de Oriente Medio en la Euroliga. Y la última Final Four se jugó en el Etihad Arena de Abu Dabi…

Tenemos que analizar el potencial que tenemos aquí. Los primeros pasos están resultando muy positivos. La Final Four en Abu Dabi dejó una sensación excelente y vimos el valor que tiene como marca. Ahora tenemos el equipo, los acuerdos comerciales, los de televisión… todo apunta en la dirección correcta, así que por qué vamos a cerrarnos puertas y a decir que no, por qué vamos a tener miedo a pensar a lo grande. Sabemos que es un mercado que puede crecer muchísimo, y eso no implica olvidar los que siguen siendo clave en Europa: siempre hablamos del Reino Unido, Francia, Alemania… No se trata de cambiar nuestros objetivos y poner el foco en otro lado, es más bien aumentar el número de focos.

Pero da la sensación de que el mensaje ahora es que el crecimiento de la Euroliga pasa por ir más allá de sus fronteras naturales.

No, no, hay que encontrar un equilibrio. No se trata de que, si añadimos cuatro equipos nuevos, vayan a ser los cuatro de Oriente Medio. Faltan, por razones políticas, los equipos rusos; falta ahora también un equipo más de Alemania, podríamos tener un equipo en Reino Unido… así que no se trata de hablar de expansión y señalar solo a una parte del mapa sin tener en cuenta otras que también son cruciales. Pero es cierto que no podemos cerrar las puertas a ese crecimiento o, por ejemplo, a que se pueda crear una buena rivalidad deportiva con otro equipo en esa zona.

Hay aficionados que siguen sin estar convencidos de que sea una opción legítima que haya un equipo de Dubái en la Euroliga.

Sí, lo sabemos, pero en la pasada Final Four vimos que podíamos ofrecer un gran producto en la pista, fue un muy buen primer paso. Y que tenemos que hacer crecer ese producto sin estar centrados solo en Europa. Esto es abrir una puerta nueva; no es que nos estemos marchando de Europa: estamos abriendo un camino hacia Europa para los equipos de Oriente Medio. Creo que somos uno de los pocos deportes que puede hacer algo así, y tenemos que aprovecharlo. No creo que nada de esto destruya la identidad europea de nuestra competición. En Dubái hay muchos expatriados, vive mucha gente de Europa que ahora va a poder ver en directo partidos de Euroliga. Y, desde luego, queremos que la población dubaití aprenda de baloncesto, conozca nuestra competición.

Esta es la primera temporada con veinte equipos en un formato de todos contra todos que tanto usted como el sindicato de jugadores han reconocido que no se puede estirar más. Así que, si hay ampliación, habrá cambio a un sistema, se supone, de Conferencias. Y todo apunta a que la habrá, y a no mucho tardar.

Sí, tendría que haber seguro un cambio de formato, pero con la certeza de que cada equipo jugaría al menos una vez contra todos los demás de la competición. No se perderán los derbis, seguirán todos los partidos de máxima rivalidad. Estamos analizando cómo cambiaría exactamente el formato, cómo habría que ajustarlo. Además, el plan sería progresivo, no entrarían cuatro equipos de golpe. Pero en este formato, el máximo es veinte. A partir de ahí, habría Conferencias.

La convivencia con los campeonatos domésticos cada vez es más complicada.

En una situación ideal, todo el mundo tendría que dar un paso y buscar lo mejor para el baloncesto. En la real que hay ahora, entendemos que las competiciones domésticas son importantes, las Ventanas de selecciones son algo de lo que seguimos hablando con la FIBA y esta temporada las volvemos a incluir en nuestro calendario… damos los pasos que creemos que tenemos que dar. Pero estamos viendo que es así en todo el deporte, también en el fútbol. Los calendarios están cambiando y todas las partes intentan exprimir lo suyo al máximo. Hay menos entrenamientos y más partidos, así que está cambiando la forma de trabajar de jugadores, entrenadores…

Algunos equipos se quejan de que la competición genera más ingresos pero apenas se nota porque, a la vez, obliga a tener plantillas más largas y cada vez más caras. Lo comido por lo servido

Ojalá tuviéramos ahora mismo una fórmula para que todo cuadrara mejor. Todo el mundo está analizando cómo tener el mejor producto: lo hacen las ligas domésticas, lo hacemos nosotros… todos tenemos que encontrar la mejor fórmula posible. Ahora estamos todos viendo cómo se puede sacar el máximo beneficio de nuestras competiciones sin que salga perjudicado el juego. Hay una parte de presupuestos y una de ingresos. Sobre presupuestos, estamos introduciendo unas normas de fair play financiero que, entre otras cosas, tienen que controlar ese gasto de los equipos; y en cuento al crecimiento de los ingresos de la Euroliga, es muy rápido y está en los máximos de su historia.

La Euroliga es, y eso es fantástico, una competición muy igualada. La temporada pasada hubo dos victorias de diferencia entre el cuarto y el noveno. Pero con más partidos de fase regular, sería bueno que hubiera también más equipos que sintieran que pueden ser campeones. Parece que eso se reduce al final, casi todas las temporadas, a un lote en el que están Olympiacos, Panathinaikos, Fenerbahçe, Real Madrid… sería saludable, también, que ese fair play financiero ayude a impedir casos como el del Paris Basketball, que después de una temporada excepcional ha visto como los tradicionalmente más poderosos han desplumado su plantilla.

Ese es uno de los objetivos, sin duda. Pero, si te fijas, en la última Final Four no hubo equipos españoles por primera vez en veinte años: hay sorpresas y cambios, rachas. El Panathinaikos está ahora muy arriba, pero hace un par de años no. Tenemos clubes en nuestra competición cuya cultura es profundamente ganadora, su objetivo siempre es ser campeones. Pero es un buen problema, claro. Hay cambios y equipos que aparecen como el que has citado, el Paris. Es difícil tener éxito solo un año. El Paris es un gran ejemplo porque en sus seis años de recorrido ha hecho todo el camino hasta la Euroliga. Ahora tendrá cambios, pero lo importante es que haya estabilidad, una buena dirección deportiva, planificación… puede que vuelvan a sorprender a todo el mundo.

“No vamos a esperar a que venga nadie a decirnos cómo hacer las cosas”TJ Shorts, la estrella que dejó el Paris Basketball para fichar por el Panathinaikos.DANI SANCHEZ

Adam Silver, el comisionado de la NBA, suele aplaudir el nivel deportivo de la Euroliga mientras afirma que no se saca de él todo el beneficio económico que se podría. No sé si los números que se filtran le parecen realistas. En Estados Unidos, para empezar, hay unos contratos televisivos monstruosos, inalcanzables en Europa.

La mayoría del dinero del deporte está en Estados Unidos. Y puedes elegir el deporte que quieras. Así que viven en un mundo totalmente diferente al de los demás, parten de una base distinta en lo que se refiere al baloncesto. Estamos de acuerdo en que el europeo tiene un enorme potencial de crecimiento. Y en eso estamos trabajando, creo que con mucho éxito en los últimos años. El reparto de beneficios entre los clubes ha crecido mucho y hay margen para crecer más. Así que coincido con el punto de partida de ese mensaje, que se puede se sacar más beneficio. Esa es mi labor, hacer que crezca el negocio del baloncesto.

Pero a partir de ahí…

La mentalidad es distinta, sabemos que en Europa las cosas son diferentes. Te has referido a los acuerdos de televisión, y nosotros hablamos con todos los operadores y canales cada año, pero no creo que se pueda apretar un botón y ya está. Intentamos crecer paso a paso, tenemos una temporada nueva en la que más gente que nunca va a poder ver la Euroliga. No creemos en esas teorías de que la NBA va a venir a enseñarnos una fórmula mágica y todos vamos a reaccionar diciendo ‘madre mía, no sabíamos esto’. No es así. Conocemos nuestro mercado, a nuestros operadores, la competencia que hay en otros deportes… es lo que te decía, Europa y Estados Unidos son totalmente diferentes. Así que sí, nosotros también creemos que hay mucho potencial económico en el baloncesto europeo y queremos explotarlo al máximo.

Se han retomado las conversaciones entre Euroliga, NBA y FIBA. Pero ahora mismo, si no cambian las cosas, parece que nos encaminamos hacia una doble competición en la cima del baloncesto europeo. Creo que, para todos, el peor escenario posible. No sé cómo de cerca está eso ahora mismo.

Nosotros llevamos aquí veinticinco años ya, hemos desarrollado esta competición y creado nuestro producto. Sabemos cómo funciona. Sigo diciendo lo mismo: estamos encantados de sentarnos y dialogar, pero hace falta que todos tengamos eso claro. No sé cuáles son exactamente los planes de la NBA, leemos lo que se publica igual que todo el mundo. Que vendrán en 2027, luego que será en 2028, que hay mucho potencial… sí, eso le entendemos todos. Hemos tenido un par de reuniones, y las propuestas que ha habido sobre la mesa… lo siento, pero no ayudan al baloncesto. Tenemos trece clubes propietarios, y son sus intereses los que defendemos. Ellos hicieron unas propuestas que nuestros clubes rechazaron. Hay que seguir hablando, pero tenemos que saber más detalles, más números. Nuestra actitud no va a ser esperar a que venga alguien a decirnos cómo se hacen las cosas. Tenemos un camino, estamos siguiéndolo y si alguien viene y dice que puede sumarse y ayudar, nos sentaremos a hablar. Pero no estamos listos para decir ‘ah, vale, este par de equipos se queda, este par de equipos se va, elegimos a nuestro antojo a los que nos parecen mejores’.

¿Y qué pasos concretos se pueden dar?

Es lo que te digo: hace falta dos para bailar un tango y nosotros representamos a trece equipos propietarios de la competición, defendemos los intereses de todos ellos y, a partir de ahí, estamos encantados de hablar del crecimiento del baloncesto. No sé cuántas veces voy a repetir lo mismo, pero el crecimiento tiene que basarse en un matrimonio feliz para las dos partes.

Hay rumores permanentes de que al Real Madrid le interesa, como mínimo, sentarse a escuchar qué tiene que decir la NBA. Y que el Barça podría seguir sus pasos. No sé cuánto les preocupa eso y cómo de problemático es que sean, finalmente, clubes con estrategias que en gran parte dependen de los movimientos del fútbol.

La pregunta correcta es cómo respondemos. Lo que hacemos es intentar crecer y explicar a nuestros clubes, a los propietarios de la competición, nuestra hoja de ruta. Una que no está solo en una presentación sobre el papel. Una que cumple. El Real Madrid ha sido parte de nuestra competición estos 26 años, y respetamos que quiera escuchar. Si la NBA dice que quiere hablar, es normal que todo el mundo preste atención. Pero el Madrid y el Barça tienen que entender, y creo que entienden, que son una parte fundamental de la Euroliga; y espero que sean capaces de ver el potencial que tenemos. Son parte de los propietarios de una competición que no es de nadie más: es de ellos, de los clubes. Hay muchos matices, y no puedo decir mucho más porque no sé qué se les ha dicho o prometido. Pero lo que nosotros prometemos, lo cumplimos. ¿Otros? No lo sabemos y por eso no podemos decir nada. ¿Si estamos nerviosos? No, creemos que hemos hecho un buen trabajo, concentrados en seguir creciendo.

Tiremos un poco más del hilo del baloncesto español, y más en concreto de sus pabellones. Hay muy buenas noticias en Valencia con el estreno del Roig Arena, pero malas (o ninguna) en Barcelona con el Nuevo Palau.

Creemos que el Barcelona cada vez está más cerca de tener un nuevo pabellón. Cada año creemos que está más cerca. Hablamos hace un par de semanas con ellos y vimos los planes que hay. Barcelona necesita un buen pabellón. Sabemos que primero están reconstruyendo el estadio de fútbol, pero tiene que llegar justo después. Entendemos que el fútbol va primero, pero el baloncesto tiene que ir a continuación. Así que estamos a la espera, a ver si no hay retrasos con el estadio y después viene el nuevo pabellón de baloncesto. Cruzamos los dedos y sabemos que el club tiene un plan.

¿Y el Roig Arena?

Estuve ahí en el primer partido. Va a ser el mejor pabellón de Europa.

El año pasado, obviamente, el Maccabi ya estaba en competición. Pero ahora hay un equipo más de Israel, el Hapoel que ganó la Eurocup, y la sensibilidad social es mucho mayor. Estoy seguro de que vio lo que sucedió en la Vuelta a España. ¿Cómo de preocupados están de lo que se pueda vivir tanto dentro como fuera de los pabellones en los partidos de Maccabi y Hapoel?

Haremos todo lo que esté en nuestra mano para garantizar la seguridad de los jugadores y los aficionados. La seguridad es lo primero. Lo segundo es que ahora se habla de negociaciones para un alto el fuego, así que ojalá todo pudiera calmarse, eso es lo que más nos gustaría. Es muy difícil manejar estos asuntos que emanan de la política. Seguimos las líneas que marcan los gobiernos y obviamente cruzamos los dedos para que esto quede atrás, se rebaje la tensión y podamos, por nuestra parte, concentrarnos solo en el baloncesto.

Después de la pandemia y la invasión rusa de Ucrania, si cambian las cosas con los equipos de Israel podría ser la tercera de las siete últimas temporadas que no termina con la composición y calendario iniciales.

Hay conflictos y problemas, situaciones que obviamente tienen efecto en el mundo del deporte. Así que una vez más tendremos que adaptarnos.

¿En qué momento de salud está la Eurocup? España solo tendrá esta temporada un equipo, el Manresa. El Joventut y el Gran Canaria han preferido la Champions, como lleva años haciendo el Unicaja. Hay equipos que consideran que es una competición muy larga y dura, difícil de ganar; y que el premio de jugar la Euroliga puede acabar siendo un caramelo envenenado.

Es cierto que en España la situación ha cambiado, pero en general creo que la Eurocup sigue siendo una competición muy fuerte. Estamos centrados en aumentar también los ingresos de los equipos que participan en ella y creo que hemos encontrado un buen formato de calendario en el que cada equipo tiene asegurados nueve partidos en su pista, con los que eso garantiza por entradas, sponsors… creemos que va a seguir creciendo aunque hay equipos que van y vienen. Es un título, no una competición que se juega solo para llegar a la Euroliga. No se puede tener la mentalidad de que el único objetivo de la Eurocup es conseguir una plaza para la Euroliga.

Uno de los problemas más importantes que afronta ahora el baloncesto europeo es la constante y ya masiva fuga de talento joven hacia las universidades estadounidenses. ¿Qué puede hacer la Euroliga desde su posición?

Espero que sea un problema a corto plazo, que no se alargue en el tiempo, porque además solo un porcentaje pequeño de todos esos jugadores terminará en la NBA. Ahora mismo es dinero fácil, totalmente fuera del mercado de lo que se maneja en Europa. Especialmente en lo que se refiere a los jugadores jóvenes. Con los números que manejan ahora las universidades es imposible competir. Lo que tenemos que hacer es esperar, ver qué pasa en tres o cuatro años cuando muchos no tengan hueco en la NBA y vayan regresando. Será un proceso porque habrá que volver a inculcarles la mentalidad del juego europeo, pero creo que encajarán bien porque al fin y al cabo empezaron su formación en nuestras canteras, las europeas. Puede que sea un problema mayor ver cómo se ajustan a una realidad distinta cuando vuelvan y vean las opciones y salarios que van a tener aquí. Son ciclos. Ahora estamos en la parte en la que los jugadores se van. Pero muchos volverán, las universidades controlarán más su gasto, habrá documentos que se requerirán para irse, garantías para que los equipos de formación reciban algo a cambio… el mercado se ajustará y seguramente en un par de años todo esté mucho más estabilizado.

Ahora es CEO de la Euroliga, antes fue presidente del Zalgiris. ¿Cómo cambia la forma de ver todo el mundillo del baloncesto entre una posición y otra?

Noticias relacionadasLa Euroliga más salvajeUn día histórico para Dubái y la Euroliga: “No es solo cuestión de dinero”

Es totalmente diferente. La forma en la que ves los partidos… todo. Cuando diriges un equipo, de lo que se trata es que gane. Ese equipo. Ahora veo un partido y pienso en cómo hacer que sea un producto más vendible, cómo lo está haciendo la producción televisiva, cómo van los patrocinadores, qué tal la actuación de los árbitros… cuando eres presidente de un equipo te concentras en asuntos mucho más locales. Pero lo que sí es cierto es que sigo teniendo la máxima ilusión cuando llega una jornada y enciendo la tele para ver partidos de Euroliga. Es más difícil para mi mujer, porque el ritmo de viajes es mucho más intenso, y le gustaría que tuviéramos más tiempo libre, pero por desgracia no es así. Empiezan pronto unos partidos, otros acaban tarde, hay muchos muy igualados… disfruto muchísimo viendo partidos de baloncesto.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí