Uno de los mayores culebrones de lo que va a de curso en el panorama tenístico ha tenido un protagonista muy claro, Stefanos Tsitsipas y su carrusel de entrenadores. El griego está en uno de los años más complicados de su carrera, sin encontrar el equilibrio en su juego y sumando derrotas muy feas. Tanto que ya está al borde de caer del top 30 de la ATP, cuando si hasta ahora algo había tenido era regularidad, la misma que le permitía estar casi siempre entre los 10 mejores en los últimos años. Pero ahora, a punto de cumplir 27 años, ha tocado fondo.
Este 2025 tiene un título, en Doha, donde parecía que había encontrado de nuevo algo dentro de él. Además, un cambio de raqueta despertó esa sensación, pues de una semana a otra era un jugador distinto. Sin embargo, volvió a caer y trató de salir del atolladero con otro cambios. El más importante de ellos llegó antes de la gira de hierba. El heleno contrató a Goran Ivanisevic, separándose de su padre, quien siempre había tutelado su carrera. El ex entrenador de Novak Djokovic venía de una experiencia rocambolesca con Elena Rybakina y necesitaba una nueva motivación, pero no fue todo lo bien que esperaba.
Una experiencia convulsa
Desde el inicio, los métodos del balcánico no encontraron en el griego a un buen discípulo, y tras varias derrotas, agravadas por los problemas físicos de Stef, acabaron rompiendo. Esto derivó en una guerra dialéctica, con ambos acusándose, y al final, ha terminado por pasar lo que se podía esperar. Tsitsipas ha terminado volviendo bajo el paragüas de su padre, tal y como ha confirmado en sus redes sociales:
«Algunos viajes tienen una forma de volver al punto de partida. Después de un tiempo separados, vuelvo con quien siempre creyó en mí: mi padre. Estoy agradecido de volver a compartir la pista y el camino con él. Hemos pasado juntos por todos los capítulos de este viaje, y este es el siguiente. A veces, volver a casa es el paso adelante m��s audaz«.
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Así que, a partir de ahora, Apostolos estará de nuevo en el banquillo de su hijo y comandará su carrera, en busca de una redención necesaria. Además, también debe ponerse de nuevo en forma, pues las lesiones siguen haciéndole mucho daño y no termina de jugar al 100%, lo que irremediablemente lastra mucho su juego y su futuro, al menos a corto plazo.