El envejecimiento no ocurre de manera uniforme. Un estudio estadounidense reciente revela que existen dos etapas concretas en la vida en las que los signos de envejecimiento se disparan de forma abrupta. La primera de estas franjas ocurre alrededor de los 44 años, mientras que la segunda se sitúa cerca de los 60 años.
Los investigadores señalan que estos picos podrían explicar por qué algunas enfermedades, como las musculoesqueléticas y cardiovasculares, aumentan su incidencia a ciertas edades. La primera ola de cambios estaría relacionada con moléculas implicadas en la función cardiovascular y en el metabolismo de la cafeína, el alcohol y las grasas.
La segunda ola, que aparece hacia los 60 años, está vinculada a la regulación del sistema inmunológico y al deterioro de moléculas relacionadas con el metabolismo de carbohidratos y la función renal. En ambos grupos de edad, se observa un envejecimiento acelerado de la piel y los músculos.
Aun así, el estudio subraya que el estilo de vida sigue siendo un factor crucial. Por ejemplo, los cambios en el metabolismo de alcohol y cafeína podrían reflejar hábitos de consumo de los participantes. Esto indica que la alimentación, el ejercicio y el control del peso pueden influir notablemente en la velocidad del envejecimiento y en la esperanza de vida.
La investigación también destaca la importancia de la actividad física, especialmente a medida que se avanza en edad. Aquellas personas que realizan ejercicio regularmente muestran una tasa de mortalidad menor, un efecto que se intensifica en los grupos de mayor edad.
Además, cuidar la salud cerebral es clave. Dormir suficiente y con calidad permite al cerebro limpiar desechos, consolidar la memoria y mantener la función ejecutiva. Otros hábitos beneficiosos incluyen evitar sustancias nocivas, mantener relaciones sociales activas y gestionar el estrés, así como cuidar la vista y el oído.
En resumen, aunque ciertos procesos de envejecimiento se aceleran a edades concretas, las elecciones de estilo de vida saludables siguen siendo la mejor herramienta para ralentizar sus efectos y prolongar tanto la salud física como la cognitiva.