La figura de Juan José, el diestro de La Fuente de San Esteban, ha vuelto a brillar con fuerza en el Salón del Ayuntamiento de Alba de Tormes. El crítico taurino Paco Cañamero ha presentado su libro biográfico, ‘Juan José, El Torero’, un homenaje necesario a un hombre que, en palabras del autor, fue «un torero que tocó en muy breve espacio de tiempo la miel y la hiel». El acto, organizado por la Asociación Taurina ’15 de Octubre’, ha congregado a aficionados que han querido recordar y redescubrir la historia de un maestro cuya carrera, marcada por la gloria y la tragedia, forma parte indeleble de la tauromaquia salmantina.

Un torero llamado a la gloria

Paco Cañamero, quien compartió paisanaje y una profunda amistad con el diestro, ha desgranado con emoción los pilares de la figura de Juan José. Lo ha definido como un torero de corte clásico, un representante puro de la sobriedad y la verdad de la escuela castellana. Su toreo, cargado de emoción y pureza, lo posicionó rápidamente en la primera línea del escalafón. «Estaba llamado a ser el sucesor natural de Santiago Martín ‘El Viti’, pero las circunstancias luego no fueron como él quiso», ha recordado Cañamero, aludiendo al fatídico accidente que truncó una trayectoria destinada a las más altas cimas.

El libro se centra en su etapa como matador de toros, un periodo breve pero de una intensidad desbordante. En esos años, Juan José disfrutó de lo que todo aspirante a torero sueña: pisar las grandes ferias, cosechar triunfos y obtener el reconocimiento económico y profesional. Sin embargo, el destino le tenía reservado un duro revés que cambió su vida para siempre. Esta dualidad, entre el éxito fulgurante y el drama personal, es el eje sobre el que pivota una biografía que busca hacer justicia a su legado.

El idilio permanente con Alba de Tormes

La elección de Alba de Tormes para la presentación no ha sido casual. Como ha explicado el autor, Juan José sentía un profundo amor por la villa ducal, un lugar donde contaba con grandes amigos y al que acudía con frecuencia. «Era un gran enamorado de Alba de Tormes, aquí tenía muchos amigos, le gustaba mucho venir», ha afirmado Cañamero. Su presencia fue una constante en la vida taurina albense, tanto en su etapa en activo, participando en varios festivales en la Plaza Vieja, como posteriormente.

Su implicación fue especialmente notable durante su etapa al frente de la Escuela de Tauromaquia de Salamanca. Juan José se volcó para que Alba tuviera un papel protagonista. Fue una figura clave en la época de los festivales impulsados por José Yáñez y, de manera crucial, asesoró en el diseño y la construcción de la plaza de toros local, un proyecto de escuela taller. «Don Juan José siempre fue una persona que estuvo ahí, que los ayudó mucho a la distribución de corrales, chiqueros, burladeros», ha detallado el biógrafo. Gracias a su empeño, Alba de Tormes llegó a acoger varias finales nacionales de escuelas de tauromaquia, consolidando su prestigio en el mapa taurino.

Paco Cañamero recupera la memoria de Juan José, el torero que "tocó la miel y la hiel" | Imagen 1

Embajador y símbolo de La Fuente de San Esteban

Si su vínculo con Alba fue fuerte, su conexión con su pueblo natal, La Fuente de San Esteban, fue existencial. Cañamero, paisano del torero, ha hablado desde el conocimiento íntimo que le dio crecer en el mismo ambiente taurino, cuna de grandes figuras como Paco Pallares y su contemporáneo Julio Robles. «Juan José fue un embajador de La Fuente de San Esteban», ha sentenciado con rotundidad. A pesar de tener la oportunidad de vivir en grandes capitales como Salamanca o Madrid, eligió permanecer aferrado a sus raíces.

«Fue un hombre que pudo tener oportunidad de haber vivido en otro sitio, pero siempre estuvo aferrado a su pueblo. Allí nació, allí vivió, allí murió, allí está enterrado«, ha subrayado Cañamero en una de las declaraciones más emotivas. Esta lealtad a su tierra y a su gente lo convirtió en un verdadero símbolo, un hombre que se sentía profundamente identificado con las tradiciones y el día a día de su pueblo.

La memoria de su arte y su persona

Aunque el tiempo tiende a difuminar los recuerdos, la huella de Juan José permanece viva en la memoria de los buenos aficionados. Cañamero ha evocado algunas de sus actuaciones más memorables: la faena a un toro de Jandilla en Salamanca, su tarde con un astado de Vitorino en Madrid o una corrida de Antonio Pérez en «Castro Urdiales». Fueron tardes en las que dejó constancia de su inmensa categoría y grandeza.

El autor ha reflexionado sobre la fragilidad de la memoria colectiva en el mundo del toro. «Desgraciadamente, la gente, cuando uno desaparece y llegan otros, pues se olvidan muy pronto, pero Juan José siempre goza del respeto y la consideración de los aficionados«, ha matizado. Más allá del torero, el libro reivindica a la persona. Cañamero ha cerrado su intervención destacando su lado más humano, el que explica por qué cosechó tantas y tan buenas amistades a lo largo de su vida.

«Fue una persona muy generosa, con un corazón de oro», ha concluido. Tras la presentación, los asistentes han podido charlar con el autor, compartir recuerdos sobre el maestro y llevarse un ejemplar firmado de una obra que no solo narra una vida, sino que rescata del olvido a una figura esencial del toreo salmantino.