El grupo vasco Sapa Placencia (Sapa) adquirirá una segunda planta en Estados Unidos para responder al crecimiento derivado de su alianza con General Dynamics en … el programa de blindados de nueva generación del Ejército norteamericano, valorado en más de 5.000 millones de euros. La empresa duplicará su capacidad productiva en EE UU y superará los 80 millones de inversión acumulada, mientras refuerza su impacto industrial en Euskadi. En territorio vasco, donde cuenta ya con más de 300 empleos directos y 700 indirectos, seguirá ampliando su efecto tractor sobre pymes tecnológicas e industriales.

Este hito marca un punto de inflexión para la industria vasca, que por primera vez logra colocar ingeniería propia en el núcleo de los sistemas de movilidad del Ejército de la primera potencia mundial. Y lo hace con una propuesta de alto valor añadido: un sistema de transmisión híbrido de última generación que ha superado con éxito los exigentes estándares del Pentágono.
En paralelo a ese salto, Sapa adquirirá una segunda planta en Estados Unidos para responder al fuerte crecimiento derivado de su alianza con General Dynamics, según ha podido saber DV. Con sede en Andoain, la empresa duplicará su capacidad productiva en Norteamérica y superará los 80 millones de inversión acumulada, mientras refuerza su impacto industrial en Euskadi, impulsado también por el auge europeo del sector de defensa. Su actividad en la comunidad autónoma —con más de 300 empleos directos— genera ya más de 700 puestos indirectos y seguirá ampliando su efecto tractor sobre centenares de pymes tecnológicas e industriales vascas.
Autonomía logística
El grupo de la familia Aperribay ha iniciado los trámites para incorporar una nueva instalación en el estado norteamericano de Michigan, cerca del área donde ya opera una planta de 10.000 metros cuadrados de ingeniería y validación de prototipos. El complejo en funcionamiento, situado en Shelby, está completando su transformación en una línea de producción de gran escala y alcanzará plena capacidad industrial en 2026. La adquisición de una segunda planta, también prevista para el año que viene, permitirá atender el incremento de demanda del programa Next Generation del sistema de movilidad del nuevo tanque estadounidense, además de reforzar la autonomía logística que exige por ley el Pentágono.
El reconocimiento internacional a la tecnología guipuzcoana se reflejó también en la feria de defensa de Washington, celebrada recientemente, donde Sapa fue la única compañía española con presencia propia. Su participación no solo confirma su consolidación como socio de referencia del Ejército norteamericano, sino que abre una brecha para que otras empresas tecnológicas europeas —y especialmente vascas— puedan acceder a ese ecosistema de innovación y suministro.
El acuerdo eleva la ingeniería guipuzcoana a la primera línea mundial y marca un antes y un después en su economía
El conocimiento y las homologaciones logradas por la andoaindarra podrían actuar como puerta de entrada para reforzar la relación con socios industriales de Euskadi en los ámbitos de la electrónica, el software o la energía de potencia. No en vano, la expansión internacional tiene una consecuencia inmediata en casa. Con una plantilla de 360 trabajadores en España —un 30% dedicados a investigación y desarrollo—, la empresa mantiene una red de más de trescientos proveedores vascos, especializados en electrónica, energía de potencia, digitalización industrial y mecánica de precisión. Varias de esas empresas fabrican ya para la compañía motores eléctricos, inversores y convertidores, mientras otras trabajan en componentes de transmisión y estructuras de aluminio mecanizado. El grupo genera así un volumen de empleo indirecto equivalente al doble de su plantilla, y el crecimiento previsto en Europa y Estados Unidos reforzará aún más la cadena de valor vasca en los próximos años.
Dinamismo tecnológico
El dinamismo tecnológico del grupo pilotado por la familia Aperribay se extiende también al ámbito civil. La compañía lidera un proyecto de tecnología dual que busca trasladar su experiencia en defensa al desarrollo de un sistema de tracción eléctrica destinado a vehículos pesados y maquinaria off-road. El nuevo driveline eléctrico, que combina máquinas de alta potencia y sistemas de engranaje inteligente, se encuentra en fase de desarrollo dentro de un Perte de movilidad eléctrica, con la previsión de alcanzar el mercado en un plazo de cinco años, hacia 2030. Este programa simboliza la transición natural de la empresa hacia aplicaciones industriales sostenibles, sin renunciar a la exigencia y fiabilidad del entorno militar.
También transformará su planta de Michigan, de 10.000 metros cuadrados, en centro de producción a gran escala antes de 2026
El crecimiento internacional de la compañía se apoya, además, en una profunda digitalización de sus procesos. El grupo ha diseñado su propio modelo de producción inteligente, el Sapa Assistant Production, que integra robótica, trazabilidad completa y gestión avanzada de la logística. El sistema, desarrollado junto a multinacionales como Siemens, Microsoft y Oracle, y en colaboración con Mondragon Unibertsitatea, se está implantando tanto en Euskadi como en Estados Unidos, y ya se extiende a parte de la red de suministradores homologados.
En cualquier caso, Sapa prevé un crecimiento espectacular durante los próximos años. Espera multiplicar por siete su facturación en los próximos seis años, hasta alcanzar unos 800 millones de euros, impulsada por los contratos internacionales de defensa y el desarrollo de su línea civil.