¿Es posible que aquella generación nacida al amparo de la libertad sexual y con acceso casi ilimitado a la información sea la que menos conocimientos tenga sobre el sexo? Parece que sí. Un 64% de jóvenes gallegos admite no utilizar preservativo ni ningún otro método anticonceptivo, según un estudio elaborado por los doctores del Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHUP) Manuel Varela Salgado y Javier Paz Esquete en un instituto de la ciudad del Lérez. Tan solo un 36% de los chavales encuestados reconoce haberlo usado. «Recibimos charlas, estamos informados, pero la mayoría no lo utiliza porque no le da la gana», confiesa a este diario Xoán —nombre ficticio—, un joven compostelano de 19 años para el que usar protección durante el coito puede resultar «un lastre» porque, entre otras cosas, «cuesta mucho dinero».

Una «des-concienciación»

«Hace quince años la situación era más favorable», dice Manuel Varela Salgado, expresidente de la Sociedade Galega de Sexoloxía (Sogasex) y urólogo jubilado del CHUP. Tras una primera encuesta realizada en 2008, Primer estudio sobre conocimientos y actitudes sexuales de los adolescentes gallegos, la reciente repetición, «más precisa», les produjo a estos médicos una «negativa sorpresa». Cada vez el preservativo se usa menos, quizá, como indica Uxía—nombre ficticio—, una adolescente santiaguesa, porque «nos preocupamos más en hacerlo que en lo que pueda ocurrir después».

Varela Salgado señala la causa de esta irresponsabilidad: principalmente, un adelantamiento «alarmante» de la primera vez que los jóvenes ven pornografía. El estudio, publicado en marzo de 2025 en la Revista Internacional de Andrología, revela que un 13% de los 451 chavales encuestados reconocía consumir películas pornográficas con menos de 13 años. «Tratan de imitar lo que ven en el porno, como dejar de ponerse preservativo o, incluso, llevar a cabo prácticas abusivas y machistas siendo quinceañeros», explica Varela. Sin embargo, no es la única problemática. «Se informan a través del móvil, de las redes sociales, que es el mal de los males, y después se lo cuentan entre ellos», indica el urólogo.

Y es que, según su investigación, un 77,6% se informa por sus amistades, un porcentaje que se complementa con el 65% que lo hace a través de Internet y con el 58% que admite decantarse por las redes sociales para aprender sobre sexo. «Es lógico que tengan curiosidad y que empiecen a sentir deseo o atracción, que comienza a esas edades, pero recurren a la pornografía y a Internet porque no se les ofrece una educación sexual efectiva», considera Varela. En esa línea, el coautor del estudio señala que uno de los datos que más le «asustó» fue el referido a la violencia de género. «El 92% rechaza la violencia machista, pero el 7,5% restante, todos varones, dice que no existe tal realidad y menos durante una relación sexual», relata. «Esto es una clara consecuencia muy grave», sentencia.

Repunte de sífilis y gonorrea

«No nos vamos a engañar, la gente no se acuerda de las ITS y no tienen consciencia de ellas», confiesa Uxía. Las infecciones de transmisión sexual se siguen incrementando, como evidencian los últimos informes epidemiológicos desarrollados tanto por el Ministerio de Sanidad como por el Sergas. Los casos que más abundan en las consultas médicas: la sífilis y la gonorrea.

La incidencia de esta última se multiplicó por seis en 7 años en Galicia. Entre 2016 y 2023, el ejercicio con datos más recientes recopilados por el Ministerio de Sanidad, pasó de 148 casos de infección gonocócica a acercarse a los 1.000. Según la Consellería de Sanidade, entre 2005 y 2023 se registraron 4.417 casos, la inmensa mayoría entre hombres de 25 a 34 años de edad. «Conozco a varias personas que tuvieron el Virus del Papiloma Humano, clamidia y herpes genital, claro que es por no cuidarse», indica Xoán.

Asignatura de educación sexual

«Esto se puede solucionar con la asignatura pendiente de los institutos», opina Varela. Se refiere a la inclusión de una materia sobre educación sexual y sexualidad en el currículum educativo de Secudaria y Bachillerato. Aunque en los institutos cada vez se tratan con más frecuencia estos temas, suele ser «en talleres puntuales que conllevan problemas con alguna familia que todavía considera el sexo como un tabú», relata una orientadora de un instituto pontevedrés.

«Los adolescentes necesitan más información, aunque ya tienen mucha, pero no es la más correcta», considera esta orientadora. «La concienciación sobre el sexo hay que enfocarla en salud porque es una cuesión sanitaria», continúa. En esa línea, Varela reivindica «la salud sexual como un derecho» e insiste en que esa información «debe aportarla un profesional formado, como un sexólgo, no dejar al profesorado con esa tarea ni tampoco suprimirla».

Hablar de relaciones sexuales con adolescentes es un «sacrificio», pero de no revertir esta situación «seguiremos cayendo en errores muy graves, como enfermedades, agresiones o embarazos no deseados», advierte. «No podemos dejar que sigan aprendiendo conductas abusivas que ven en la pornografía y que consideren la violencia sexual lo normal», protesta Varela.

«No podemos dejar que sigan aprendiendo conductas abusivas que ven en la pornografía»

Manuel Varela Salgado

— Urólogo y coautor del estudio

Abusos, embarazos, infecciones y otros riesgos

«Conozco varias personas, de entre 16 y 19 años, que ya tuvieron varios sustos por no utilizar condón durante una relación sexual», comenta Uxía. «En vez de eso, está bastante extendida la llamada marcha atrás, y creo que lo está haciendo mucha gente», añade. Xoán coincide y reconoce que en su propio grupo de amigos es una práctica muy común. «Claro que conocemos qué peligros hay, y ninguno quiere vivirlo, pero simplemente hay una inconsciencia generalizada y lo pensamos después», apunta.

El económico es el que los jóvenes consideran el principal motivo por el que, según el estudio de Varela y Paz, un 64% de los adolescentes activos sexualmente no utiliza protección. Sin embargo, Xoán le suma la «incomodidad». «A veces molesta y no permite la misma sensibilidad», opina. Con todo, considera que «si fueran gratuitos» o con un precio muy reducido «todo el mundo se lo pondría».

Aparte de reclamar una bajada de costes de los condones, el estudio sobre las tendencias de los adolescentes gallegos concluye que un 88,5% aboga por tener una asignatura de educación sexual en el instituto o que, por lo menos, se mejore la información que recibe en los centros educativos. En ese sentido, casi un 78% cree que lo que le explican en clase, en alguna tutoría, sobre el sexo es «nulo».