Las enfermedades y problemas vinculados a la salud mental son, cada vez más, un motivo de gran preocupación social. Su impacto entre la población se encuentra en máximos, una situación que está golpeando también al ámbito económico y laboral. Un estudio reciente elaborado por Umivale Activa y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) indicaba cómo estas patologías ya son el segundo motivo principal para pedir una baja laboral tras haberse disparado en la Comunitat Valenciana sus diagnósticos un 94 % respecto a antes de la pandemia. Sin embargo, detrás de ese dato ‘macro’, también se esconden varias realidades aún más alarmantes.

Impacto creciente

Porque según los datos facilitados a este diario por el Ministerio de Seguridad Social a través del Portal de Transparencia, las bajas laborales motivadas por un diagnóstico asociado a la salud mental rozaron de enero a agosto los 50.000 casos en la autonomía. El volumen, comparado con el mismo periodo del año pasado, supone un incremento del 8 %, siendo la ansiedad, la depresión o el trastorno distímico –similar a la depresión, pero con episodios menos intensos y más prolongados– los principales causantes de esas situaciones. Sin ir más lejos, en esos ocho primeros meses de este ejercicio, 131 trabajadores de la Comunitat pidieron una baja por ansiedad. Otros 25 empleados pidieron esa inactividad temporal cada jornada por una depresión y 24 más los hicieron padeciendo un trastorno distímico. Un golpe sustancial para la población que va en aumento.

Tras este hecho, el secretario de Acción Sindical, Salud Laboral y Sostenibilidad de CC OO PV, Antonio Inarejos, y la psicóloga especialista en Psicología Clínica, Consuelo Tomás, coinciden en que este auge viene derivado de una combinación de factores. Para el primero, el principal elemento tras este aumento está en el «modelo productivo» vigente en la actualidad que desemboca en que «cuanto más precario es el trabajo, peores consecuencias tiene para el trabajador». En este sentido, Inarejos apunta al papel que tienen las «jornadas tan largas» o las horas «extra«, pero también otra realidad como que se está «desmantelando lo público frente a lo privado». «Si tengo un problema mental y tengo que esperar seis meses para que me atiendan, es un gran problema», afirma el responsable de CC OO.

Tomás, por su parte, destaca cómo cada vez «existe mayor sensibilización» a estos problemas y la gente está «más dispuesta a reconocer» que los sufre, algo que eleva las cifras. Sin embargo, la explicación va más allá. Porque dentro del entorno laboral de muchos sectores, «la presión constante por la productividad, los plazos ajustados y la gestión de tareas con recursos que a veces son muy limitados provocan un agotamiento profesional que puede manifestarse con síntomas como la ansiedad». A eso se suma que padecer poca estabilidad laboral al tener un contrato temporal o contar con un salario bajo son «fuentes directas de ansiedad», lo mismo que «tener que resolver determinados temas» del empleo cuando estás «en tu vida familiar, de ocio o de tiempo libre».

Otros factores

Sin embargo, los factores que pueden impulsar estas bajas también pueden ser externos al trabajo. Como recuerda Inarejos, actualmente «estamos en medio de transiciones estratégicas como el cambio tecnológico, el cambio climático, etc.» cuyo ritmo de evolución puede impactar también en los profesionales.

A ello se suman -afirma Tomás- «factores socioeconómicos» que pueden hacer mella en algunas personas, como «ver que estás trabajando constantemente, pero que tu salario no permite acceder a recursos» como una vivienda o detectar una pérdida de poder adquisitivo por la inflación que aumenta «la presión económica por intentar mantener el puesto de trabajo» y que -apunta- puede ser «un factor de riesgo para desarrollar la ansiedad o agravar una depresión». Todo ello, sin olvidar una conciliación familiar y laboral que puede generar un agotamiento y «desencadenar problemas de ansiedad y de depresión» u otras circunstancias, desde enfermedades de familiares a divorcios, que pueden golpear la salud mental de una persona.

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