Asturias se juega mucho en que la vacuna de la gripe funcione este próximo invierno. La campaña de protección ya arrancó este pasado jueves en las residencias de mayores, y este próximo martes se extenderá a la población general.
Que los grupos de riesgo se vacunen es importante. Pero que la protección sea eficaz lo es todavía más. Y lo es en términos de vidas salvadas, como lo ponen de relieve los datos de los últimos años en la región.
Lo explica con detalle Marta Huerta, subdirectora de Coordinación Asistencial y Cuidados del Servicio de Salud del Principado (Sespa). El año pasado, las cepas empleadas en la vacuna gripal fueron las mismas que posteriormente circularon entre la población. “Esa concordancia disminuyó mucho las consultas y los ingresos, y se notó muchísimo”, enfatizó Marta Huerta. Y añadió: “Esperemos que este año suceda lo mismo, pero no sabemos qué cepas van a circular”.
La referencia, en el Hemisferio Sur
La vacuna composición de la vacuna de la gripe la determina la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mes de febrero de cada año, tomando como referencia los virus que han circulado previamente en el otoño e invierno del Hemisferio Sur. Pero, claro, las epidemias de gripe están siempre sometidas a las mutaciones de los virus y a otras circunstancias imprevisibles, y lo que pueda suceder unas semanas después es imposible de vaticinar.
Lo que sí revelan las estadísticas es lo que puede significar para Asturias el que la vacuna sea efectiva o no. O sea, que su composición de virus atenuados “concuerde” con los que finalmente circulen.
Datos de los últimos inviernos
Esa estadística ha sido realizada por LA NUEVA ESPAÑA con los datos de mortalidad del otoño-invierno publicados por SADEI (Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales). Para establecer comparativas, se han tomado los meses de mayor mortalidad por infecciones respiratorias: de noviembre a febrero.
Y lo que las cifras arrojan en los tres últimos ejercicios es lo siguiente: en el otoño-invierno de la temporada 2022-23 se registraron en Asturias 4.905 defunciones; en el mismo periodo de 2023-24, una cifra muy similar: 4.985 muertes; y entre noviembre de 2024 y febrero de 2025, el cómputo de fallecimientos fue sensiblemente inferior: 4.584.
Que se sepa, el gran factor diferencial del último tramo de otoño-invierno en Asturias fue el eficaz efecto de la vacuna antigripal. De donde se deduce que una protección frente al virus de la gripe que sea efectiva puede salvar en Asturias entre 300 y 400 vidas (sobre un total aproximado de entre 13.000 y 14.000 muertes anuales), además de evitar un volumen elevado de ingresos hospitalarios, causantes, por añadidura, de una sobrecarga del sistema sanitario en los meses fríos.
Proteger a los menores de 5 años
Por otra parte, uno de los mayores retos que afronta la Consejería de Salud en la presente campaña se centra en proteger frente a la gripe a los niños menores de 5 años, habida cuenta que se trata de un colectivo con un notable potencial de transmitir la enfermedad.
El año pasado, ésta fue la faceta más débil de todo el programa de vacunación, ya que se aplicó la inmunización antigripal a 8.894 niños y niñas, lo que se tradujo en una cobertura del 35,7%, dato que las propias autoridades sanitarias consideraron flojo. Era la primera campaña en la que se recomendaba a los padres asturianos administrar la protección a sus hijos de este grupo de edad. El resultado no fue óptimo, y en la campaña que ahora comienza se pretende mejorarlo.
Cuatro tipos de vacuna
Para la campaña de vacunación antigripal de este año, la Consejería de Salud del Principado dispone de cuatro tipos de vacunas frente a la gripe, las que mejor se ajustan a las diferentes necesidades de la población diana. En total, el Servicio de Salud podrá disponer de 386.400 dosis en las que se han invertido 4,7 millones.
El Principado anima a recibir la dosis a todas las personas para las que se recomienda:
-Quienes hayan cumplido 60 años.
-Personas internas en centros de discapacidad y residencias de mayores, así como otras institucionalizadas de manera prolongada.
-Personas con enfermedades crónicas, sea cual sea su edad
–Mujeres embarazadas.
-Personas que conviven con otras que tienen un alto grado de inmunosupresión.
Colectivos sensibles
Otro de los objetivos de esta campaña es reducir el impacto de los virus y mantener los servicios esenciales. En este caso, los grupos indicados son los siguientes:
-Personal de centros y establecimientos sanitarios y sociosanitarios públicos y privados
-Personas que trabajan en servicios públicos esenciales, con especial énfasis en fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, fuerzas armadas, bomberos y servicios de protección civil.
También se recomienda a los siguientes grupos:
-Población infantil de 6 a 59 meses.
-Personas de 5 a 59 años que presentan un mayor riesgo de complicaciones, como las fumadoras.
-Estudiantes en prácticas en centros sanitarios y sociosanitarios.
-Personal de guarderías y centros de educación infantil hasta los 6 años.
-Personas con exposición laboral directa a aves, mustélidos o ganado porcino.
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