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El mundo de las consolas portátiles se agita. Hay ya varios modelos a precio muy bajo con prestaciones de gama media alta, como la Ayn Odin 2.
El mundo de las consolas portátiles no para de expandirse a una velocidad de vértigo. Ya no es solo cosa de Nintendo; a la nueva Switch 2 le ha salido una competencia feroz. Por un lado, está la Steam Deck y las bestias con Windows de ASUS, Lenovo y MSI, que son básicamente un PC de sobremesa en tus manos.
Por otro, un universo cada vez más interesante de consolas con Android, que han dejado de ser simples máquinas para juegos retro y se han pasado a mover sin problemas joyas como PUBG Mobile, Call of Duty: Mobile o el devorador de recursos que es Genshin Impact. Y en esa liga una de las más destacadas es la Ayn Odin 2.
Presume de un diseño mucho más «pro» que otras consolas Android. No imita a ninguna consola de los 90 o los 2000 y tiene personalidad propia, y vaya personalidad. Hasta tiene panel OLED, algo que en la Steam Deck iría a más de 500 euros, pero que en este caso sale por únicamente 277.
Esta consola retro es potentísima gracias al Snapdragon 8 Gen 2, y además con una pantalla de 6″ y WiFi 7.
Potencia para quemar la Play Store sin pestañear
La Ayn Odin 2 es un dispositivo que coge lo mejor del mundo de los móviles de gama alta y lo mete en un cuerpo de consola portátil perfectamente diseñado para jugar. Su secreto, y la razón por la que es tan potente, es que en su interior late un procesador Qualcomm Snapdragon 8 Gen 2.
Para que te hagas una idea, es el mismo chip que montaban los teléfonos Android más caros del año pasado. Esto se traduce en una potencia bruta que puede con absolutamente todo lo que le eches de la Google Play Store.
Los juegos más exigentes, esos que hacen sudar a los mejores móviles, en la Odin 2 corren con una fluidez pasmosa, con los gráficos al máximo y sin una sola caída de frames. Es una experiencia de juego nativa en Android que no tiene rival. Además, Ayn ha incorporado un sistema de refrigeración activa con un ventilador, algo que no tienen los móviles, para que la consola no se caliente y mantenga el máximo rendimiento durante horas.
El diseño de la consola es pura ergonomía. Los controles están donde esperas que estén: dos joysticks analógicos de alta calidad, una cruceta precisa, botones de acción, gatillos y demás. Todo tiene un tacto sólido y responde a la perfección. Está pensada para sesiones de juego largas sin que se te cansen las manos.
La conectividad es otro de sus puntos fuertes. Tiene WiFi 7 y Bluetooth 5.3, lo último de lo último, para asegurar una conexión online estable y de baja latencia. Además, cuenta con un puerto USB-C para la carga y transferencia de datos, y una salida Micro HDMI para que puedas conectar la consola a la tele y disfrutar de tus juegos en pantalla grande.
La batería de 8.000 mAh es enorme y te garantiza horas y horas de juego sin tener que estar pegado al enchufe. Y como funciona con Android 13, tienes acceso a todo el ecosistema de Google: no solo a los juegos de la Play Store, sino también a aplicaciones de streaming de juegos como Xbox Game Pass, GeForce Now o PlayStation Remote Play.
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