España cayó de nuevo en los cuartos de final del Mundial Sub-20 –ronda que no consigue superar desde hace 22 años-, en esta ocasión, ante Colombia, penalizado por la falta de contundencia en ambas áreas a lo largo de todo el torneo, que encontró su cenit en el penalti no señalado sobre Rayane en el descuento del encuentro ante el equipo cafetero.
Más allá de los debates interminables sobre la justicia o no de la decisión arbitral que pudo cambiar el devenir del choque, y del camino de la ‘Rojita’ en el torneo, el equipo de Paco Gallardo se marcha de Chile con la sensación de no haber aprovechado al máximo el talento de sus futbolistas, tras dos derrotas, ante Colombia y Marruecos-, un empate frente a México y dos victorias, ante Brasil y Ucrania, ambas por la mínima (1-0).
Los destellos evidentes de calidad de una generación de futbolistas que dará que hablar en un futuro no muy lejano, quedan empañados por una eliminación que evidenció los puntos débiles del equipo desde su debut con derrota ante Marruecos (2-0) hasta su adiós de este sábado.
La reacción ante Colombia, un espejismo
España afrontaba el encuentro ante Colombia con 4 goles a favor y 4 en contra con la intención de cerrar el área propia y abrir la rival, pero la realidad hizo que sucediera justo lo contrario, cediendo espacios a un Ney Villarreal que finiquitó el choque en tres acciones que llegaron precedidas de sendos errores defensivos.
La reacción española en apenas cuatro minutos con los tantos de Rayane y Virgili pareció cerrar definitivamente el problema de las áreas, pero la remontada cafetera, y las ocasiones posteriores desaprovechas por la ‘Rojita’ cerraron en falso la tibia esperanza de no caer de nuevo en los errores pasados.
España volvía a hacer aguas en ambas áreas a pesar de la tabla de salvación en la que se ha erigido el portero Fran González a lo largo del torneo, con su actuación estelar ante Brasil en el último encuentro de la primera fase, y varias acciones salvadoras en el partido ante los colombianos antes del tercer gol de Ney Villarreal.
Ya el encuentro ante Ucrania en octavos de final fue un boceto de lo que podría pintar en cuartos, donde el dominio de los de Paco Gallardo no pudo materializarse más allá del gol de Pablo García, con un Izan Merino que logró tapar la última llegada ucraniana antes de que Iker Bravo no acertara a anotar el 2-0.
La falta de contundencia defensiva también se había apuntado en el segundo encuentro de la primera fase, cuando la selección de México anotó el gol del empate (2-2) en el minuto 86 en un centro colgado al área que no supo neutralizar la defensa española, severamente castigada ante Marruecos (2-0) en un anticipo de lo que estaba por llegar.