
Cintillo Premios Levante 2025 / ED
El director del Área Clínica de Imagen Médica de La Fe, Luis Martí Bonmatí, suma un nuevo galardón. El próximo 15 de octubre recibirá el Premio Levante-EMV 2025 en la categoría de Salud, patrocinado por Novotel Valencia, como reconocimiento a una larga trayectoria que le ha convertido en una eminencia en su campo, la radiología, un área «clave en el diagnóstico, tratamiento y pronóstico del paciente» y que, sin embargo, no es una de las especialidades más demandadas por los MIR (Mécico Interno Residente) ante el miedo de que el avance tecnológico y la intromisión de la Inteligencia Artificial (IA) implique, a futuro, menos plazas y menos posibilidades de trabajo. Sin embargo, el doctor Martí Bonmatí lo niega con rotundidad y explica que la radiología implica un «reto científico y profesional» además de una «excelente oportunidad para la docencia e investigación». Y coloca a la IA en el centro de la ecuación.
«La IA permitirá detectar tumores años antes de que se vean. Hasta ahora, las lesiones tumorales se detectan porque el cáncer aparece y genera sintomatología. Pero ya hay muchas veces que observamos el interior de los órganos y los tejidos y, aunque aún no detectamos las lesiones a simple vista, ya podemos observar cambios que nos permitirían establecer que existe un riesgo de tener un cáncer o localizar esos cambios donde se va a desarrollar el cáncer. Ese es uno de los papeles que tiene la IA: poder detectar esos cambios microestructurales, imperceptibles a la vista, pero que los ordenadores sí pueden detectar. Eso ya está en programas de detección precoz de cáncer de mama donde la IA alerta de esos microcambios estructurales que permiten un cribado personalizado. Y eso que ya desarrollamos en mama es aplicable al pulmón, a la próstata…», explica el doctor Martí Bonmatí.
«Lo que ya empleamos para el cáncer de mama es aplicable al pulmón o a la próstata»
Así, el radiólogo explica que el uso de la IA es una realidad que permite «conocer el estado de la mutación dentro de un tumor lo que significa que se puede seleccionar un tratamiento específico y adelantar en 3 semanas ese tratamiento».
El doctor gestiona a un equipo de 380 personas en el hospital La Fe y es cofundador de la empresa valenciana Quibim, de referencia internacional en biomarcadores de imagen y soluciones de IA para el diagnóstico. Pero, además, es el encargado de la dirección científica de Infraestructura Europea de Imágenes de Cáncer (Eucaim) «donde uno de los objetivos es acelerar el proceso regulatorio de soluciones computacionales en IA aplicadas a la imagen».
Más allá de la «sala oscura»
El doctor Luis Martí Bonmatí es de los profesionales que cree en un futuro diferente para su especialidad, donde el radiólogo «salga de esa sala oscura» (donde los pacientes lo identifican) para participar de forma activa en el proceso clínico.
«El radiólogo es un profesional que generalmente está sobresaturado de trabajo. No tiene tiempo más allá de la lectura de las imágenes, de las exploraciones que se generan cada día en los hospitales. En el hospital cada día analizamos casi a 1.000 pacientes. Hace 20 años leíamos la mitad de estudios y éramos muchos más profesionales», explica. Por eso, defiende la idea de la IA porque «esas soluciones técnicas permitirán hacer el trabajo de forma más eficiente y así el radiólogo podrá participar de forma activa en las prácticas clínicas fuera de la sala donde informa de estudios radiológicos».
Asegura que la sanidad pública valenciana aprueba en cuanto a la equipación, pero afirma que debe mejorar en el sistema de citación. «Los sistemas y programas de comunicación hospitalaria, de datos y accesos, se diseñaron hace años y precisan de una renovación. Complicar la actividad es muy fácil y simplificarla es el reto que tenemos por delante. Y, de nuevo, en la tecnología está la clave», concluye.
Sin radiólogo, no hay diagnóstico
«El radiólogo tiene un peso importantísimo en la sanidad. Para que sepamos qué es lo que le sucede a un paciente hay que estudiarlo con imagen. Las máquinas obtienen las imágenes y los radiólogos son los encargados de analizarlas de forma correcta. La formación es constante porque dedicamos años al estudio de cómo extraer la mayor información posible de las imágenes», explica el doctor Luis Martí Bonmatí.
Respecto a las listas de espera, el experto asegura que en radiología y medicina nuclear «procuramos diferenciar el tiempo de espera de un primer diagnóstico y el de los seguimientos, es decir, cuando se marcan las pruebas de las revisiones». «Actuamos lo más rápido posible cuando la enfermedad es relevante, crítica y hay que tomar tratamiento o realizar una intervención. Pero hay otra realidad en esas revisiones periódicas. Hay sistemas de citación que optimizan esos tiempos y ayudar a los radiólogos en las citaciones pero es cierto que los sistemas que tenemos no han evolucionado y deberían hacerlo», explica.