Marruecos. El vecino incómodo. Es el título, claro y directo, de un nuevo libro publicado por la periodista Sonia Moreno. En él se analizan «todas las claves del reinado de Mohamed VI y de una relación imprescindible para España». La autora ha trabajado durante más de una década en el país en diferentes medios de comunicación y ha comprobado de primera mano las dificultades para el ejercicio de la profesión.
El libro, que ha salido a la venta hace unos días con la editorial La Esfera de los Libros aborda asuntos como el espionaje y presiones a periodistas, que ella misma ha sufrido en primera persona. Disecciona el perfil del actual rey, las relaciones bilaterales con España, los grupos de presión, la cuestión del Sáhara Occidental y el giro de Pedro Sánchez, las aspiraciones territoriales de Marruecos sobre Ceuta y Melilla, la relación entre la Casa Real española y la marroquí o los retos en derechos humanos y libertades del país vecino.
«Es incómodo en el sentido de que no tenemos con ellos
una relación estable sino que es de vaivenes. Hay momentos álgidos como el de ahora
y otros bajos como en 2021», explica Moreno en conversación con Público. La periodista incide en que España es receptor directo de la migración que sale de su territorio o que la aspiración histórica del «Gran Marruecos» incluye suelo español.
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En nuestro país siempre se maneja con pies de plomo el lenguaje usado. Moreno pone un ejemplo. «Cuando preguntas ahora por la sucesión del rey en ámbitos diplomáticos o políticos todo el mundo tiene miedo de decir algo que
Marruecos entienda que es una injerencia y que tendríamos problemas», afirma.
Mohamed VI y su «perfil económico»
El primer capítulo está dedicado al papel del actual monarca marroquí, que tiene muchas diferencias al de su padre, Hassan II. «Ha habido muchos Mohamed VI distintos», apunta la autora. Al principio se le llamó «el rey de los pobres», también se le ha llamado «de los jóvenes» o «del pueblo». Para Moreno, el rey marroquí tiene «un perfil económico». «Es un empresario, no es
un político ni un diplomático, incluso tiene dificultades con las relaciones sociales.
Su padre sí tenía un perfil político. Por eso es ahora mismo el hombre más rico
de Marruecos y el quinto de África», afirma.
La periodista señala que para conseguir el reconocimiento del Sáhara Occidental como marroquí a través del plan de autonomía él emprende una campaña económica, especialmente en 2016. Primero en África y luego en Asia. A determinados países les ofreció inversiones a cambio de abrir consulados en las ciudades ocupadas de Dajla o El Aaiún incluso aunque no hubiera población del país en cuestión en dicho territorio.
Durante las últimas semanas han saltado a la luz pública unas importantes manifestaciones lideradas por el colectivo Gen Z 212. «En estos años de reinado Mohamed VI ha tenido que hacer frente a varias rebeliones populares, en algún momento preocupantes por coincidir en diferentes partes del país», escribe Moreno en el libro, que dedica varias páginas a estos acontecimientos.
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«Ha
habido manifestaciones en verano, en zonas rulares que no aparecieron
ni en los medios marroquíes. Se estaban gestando desde hace mucho tiempo. Los
médicos y profesores llevan tiempo saliendo a la calle, en 2018, en 2019, etc. Ya
sufrían represión. Había un caldo de cultivo, faltaba una chispa», destaca la autora a este medio. Moreno recuerda que la principal petición es que se vaya «la oligarquía que tiene dinero», especialmente el primer ministro Aziz Ajanuch, una de las grandes fortunas del país. El año que viene hay elecciones y ese punto sería clave para los manifestantes.
Los grupos de presión y la cuestión saharaui
«Este poder económico ha tentado a un grupo de presión hispano-marroquí que vende en España las virtudes del país vecino y presiona con el fin último de que se reconozca la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental«, señala Moreno en otro apartado del libro. Se mencionan determinadas páginas web pero también políticos con nombres y apellidos. Destacan Felipe González, Jordi Pujol, José Luis Rodríguez Zapatero, Juan Fernando López Aguilar, José Bono, Miguel Ángel Moratinos o Elías Bendodo, entre otros.
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«Me lo he encontrado muchas veces en los aeropuertos», apunta la periodista sobre Moratinos, exministro de Exteriores con los Gobiernos de Zapatero. «Él negoció muchas cosas por detrás», señala. Sobre el expresidente dice que lo ha visto también «salir del Parlamento marroquí por detrás». Zapatero es uno de los principales avalistas del Movimiento Saharaui para la Paz (MSP), calificado por el CNI como organización pantalla de los servicios secretos de Marruecos y enfrentado al Frente Polisario. «Necesitamos que nos explique por qué está
apoyando esto. Él lo que dice es que hay que buscar una solución y que esa sería
lo mejor para todos. ¿Ha estado con los colonos? ¿Se ha sentado con la parte oprimida o con el Polisario?», se pregunta la periodista.
Moreno también hace hincapié en el silencio informativo en el que se encuentra el territorio del Sáhara Occidental. Ni ella misma, pese a tener acreditación de prensa en el país, ha podido visitar la zona de manera libre. «Hemos sido pastoreados por el Gobierno de Rabat», señala sobre las ocasiones en las que ha podido visitar Dajla. No se le permitió cruzar una calle para hablar con unos activistas o bajarse del coche para hacer fotografías. «Para no estar en contacto con la realidad nos alojaron en jaimas en medio del desierto y en complejos turísticos de lujo cerrados a la población local», destaca. Ryanair ha abierto una línea directa a Dajla desde Madrid. Un puñado de periodistas y activistas españoles, entre ellos uno de Público, han sido expulsados en pocos meses.
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«Estando acreditada y como residente siempre tenía
miedo de no volver a entrar. Diez años así es muy duro. Porque no te das
cuenta del día a día, pero te pasa factura. La autocensura es terrible,
maquillas un poco determinadas palabras. Lo que más me ha costado es no poder ser yo, mi personalidad real,
pegada a la de periodista. No he podido ir a manifestaciones del Rif o del
Sáhara aunque fuera solo a ver. Porque me sacan una foto y no vuelvo a entrar, como le pasó a mi compañera Carla Fibla», relata Moreno.
En el libro cuenta varias presiones que recibió, así como propuestas de cantidades ingentes de dinero para escribir «buena información» sobre Marruecos. Además desvela una anécdota ocurrida en 2010, cuando era precisamente corresponsal para Público. Casi recién llegada se impulsó el campamento de Gdeim Izik, con miles de saharauis protestando por su situación a las afueras de El Aaiún. Para evitar problemas y que fuera expulsada tuvo que firmar con un pseudónimo, el de Raúl Torres.
Pero las presiones no se quedaron ahí. Moreno explica el espionaje que sufrió. «Lazarus Technology determinó como perito externo que fui vigilada a través de un programa malicioso y varias aplicaciones de espionaje y seguimiento que permitieron el control remoto de mi teléfono móvil, obteniendo una serie de datos e información acerca de la ubicación, los desplazamientos, los contactos, las imágenes y las llamadas a lo largo de casi un año», escribe en el libro.
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Las investigaciones realizadas -el caso está judicializado- señalan como los artífices del espionaje a dos ciudadanos marroquíes, un periodista y un militar. «Tienen fotos con Salvador Illa y Miquel Iceta. Yo les avisé de que
tuvieran cuidado», revela Moreno en conversación con este medio.
Al espionaje telefónico de Moreno le rodearon otros muchos delitos: uso de fotos y conversaciones privadas que se manipulan, acoso, amenazas, difamación en medios, llamadas a jefes y fuentes. La periodista cuenta todo lo que tuvo que sufrir durante varios meses. En paralelo el Gobierno de Marruecos le envió el 8 de octubre de 2020 una comunicación oficial anunciando que le retiraba la acreditación como corresponsal de la Cadena SER en el país.
Corinna, Juan Carlos I y sus vínculos
Otro asunto que trata el libro es la relación entre la Casa Real española y la marroquí. «Lo más llamativo es el tema de Corinna», apunta la periodista, que hace referencia a unas conversaciones publicadas en 2018 en El Español. En ellas participan Corinna Larsen, el expresidente de Telefónica Juan Villalonga y el excomisario José Manuel Villarejo. A partir de ahí investigó para llegar a la conclusión de que se produjo una «donación» de un terreno en Casablanca de Juan Carlos I a su amante.
«Cuando empiezan todos los problemas del emérito, en Marruecos consideran que es por la coalición con Unidas Podemos. Y les piden ayuda desde la Casa Real», señala Moreno. Finalmente tras la huida de España, Juan Carlos I eligió Emiratos Árabes mientras que el reino alauita guardó un calculado silencio para preservar determinados negocios con Reino Unido, donde el rey emérito tenía entonces causas abiertas.
Ceuta y Melilla
«El mayo desacierto de los gobiernos españoles ha sido subestimar las capacidades de Marruecos». Es una de las últimas frases del libro. Para Moreno, el país vecino tiene una «agenda muy organizada» en cuanto a su estrategia de «asfixia» especialmente a Ceuta y Melilla y sus aspiraciones territoriales.
«Se lo dije en 2020 a los ceutíes. No lo digo ni como crítica ni como apoyo, sino que tenemos que ver lo que está pasando
para reaccionar. Ellos tienen una agenda para asfixiar. Ellos tienen planes. Cuando enseñan de manera internacional el futuro de Nador enseñan Melilla con un
tranvía desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad. Eso esta circulando. ¿No es una injerencia? Es un país que nos está siempre chantajeando
y tomando el pulso», reflexiona Moreno.