Los ecos procedentes de la isla de la Cartuja este sábado por la noche resonaron con fuerza en toda la parte occidental de Sevilla penetrando hasta el Aljarafe. No en vano, la voz de Mónica Naranjo es conocida y reconocida como una de las más potentes y virtuosas de todo el panorama musical español de este siglo.

No puede decirse que sea un talento emergente. Por el contrario, una firme trayectoria de tres décadas de éxitos avalan a la cantante catalana, que justamente llegaba a Sevilla para inaugurar la gira con la que sopla treinta velas en la tarta de su carrera musical. El hecho de que escogiera a la capital hispalense como primera parada en España del ‘Greatest Hits Tour’ generó una gran expectación que demuestran las miles de entradas vendidas en el Live Sur Stadium.

Para ir haciendo boca y calentando al personal, subió primero al escenario Agoney, telonero habitual en los conciertos de Mónica Naranjo. El extriunfito hizo gala de sus capacidades vocales y de mucho ritmo para meterse en el bolsillo al variopinto público de la Cartuja, que estaba tan animado como requería la ocasión. Y con variopinto hay que destacar lo difícil que sería calcular la media de edad del público, que abarcaba desde el grupo de amigas de edad madura y las parejas que van sumando años e incluso décadas juntos hasta los jóvenes que a la hora del concierto coreaban el nombre de la artista impaciente por verla cantar, a los que más tarde se unió todo el recinto.

Jaleada por las palmas a compás, como no podía ser de otra forma en Sevilla, apareció Mónica Naranjo en el escenario vestida entera de rojo pasadas las nueve y diez de la noche. Apenas acababan de comenzar los primeros compases de ‘Entender el amor’ cuando el público ya había pasado al estado de euforia. Ella estaba entregada al disfrute propio y el de todos los presentes, con los que rápidamente alcanzó la simbiosis. Después de que los fans cantaran a coro ‘Sólo se vive una vez’, Mónica Naranjo se dirigió a ellos: «Buenas noches, Sevilla. Gracias por venir y gracias por estar, porque esto está dedicado a vosotros. Este va a ser un repaso de estos años, que no son pocos, pero han pasado muy rápido». Desde la pista se escuchó a un fan entregado gritar: «¡Mónica, yo por ti soy un buen hombre!».

El público estuvo entregado de principio a fin cantando y bailando temas míticos como ‘Entender el amor’, ‘Desátame’ o ‘Sobreviviré’

Lo cierto es que, para delirio de los fans, el concierto fue un homenaje a todos los temas que han hecho grande a la cantante en todas sus etapas, por lo que fue fácil de seguir al sonar un éxito tras otro. La polivalente artista demostró que haber sobrepasado el medio siglo no es impedimento para mantener el ritmo y los decibelios por las nubes. Así ocurrió con temas como ‘Europa’, que rozarían lo imposible para tantos otros cantantes, pero que la catalana interpretaba con pasmosa facilidad y con la total confianza que dan las tablas sobre el escenario.

Sin solución de continuidad, Naranjo hizo gala de su versatilidad pasando de un estilo a otro enlazando temas de distintos momentos de su carrera. Los popurrís eran auténticas montañas rusas siempre con el mismo final: la lluvia de aplausos del público. También hubo momentos para la actuación entre la intérprete, su equipo de bailarines y los juegos de luces, como en ‘Amor y lujo’. Del agrado del público fueron asimismo los vistosos números entre los pases de la cantante, que realizó varios cambios de atuendo.

Naranjo apretó más fuerte

Completamente de negro salió triunfal para ofrecer uno de los momentos más calientes de la noche: cuando cantó uno de los himnos de toda una generación: ‘Desátame’, con la complicidad y el desenfreno de todo el público de la Cartuja. «A veces me dicen si no me canso de cantar ‘Desátame’. Pues no, porque es un regalo que Dios me ha dado. Cuántos artistas querían tener una canción como esa por lo importante que es para vosotros. Yo siempre digo que el propósito que tenemos los artistas en la vida es hacer que la vida ajena sea más bonita», explicó antes de sacar su lado más tierno con ‘Empiezo a recordarte’, uno de sus primeros y más íntimos éxitos. ‘El amor coloca’, ‘Pantera en libertad’… Una tras otra se iban sucediendo las canciones esperadas por los enfervorecidos fans. Antes del colofón, aparecieron los Nebulossa para interpretar junto a Mónica Naranjo el tema ‘Venenosa’.

«Si me lo permitís, estoy a punto de enseñar un pecho», dijo la de Figueras con total naturalidad antes afrontar la recta final del concierto. «Al final acabamos siempre con lo más aburrido, con lo de siempre, porque es lo que os revive, lo que cantamos en el coche y acabamos todos gritando». Sonó ‘Sobreviviré’ y no hubo una sola garganta que no se desgañitara. Cayó una nube de confeti rojo y el vozarrón de Mónica Naranjo traspasó todos los tímpanos. La canción terminó, pero el espectáculo aún se resistía a apagarse. Unos minutos después, en medio de una aclamación, la protagonista volvió y remató la faena con un último número en el que puso a todo el público a saltar. Así se empieza una gira.