«La enfermedad del aburrimiento, los viejos la acumulan y no la sueltan», comienza espetando con el ágil tono de voz y mente que exhibe a sus 101 años el popular Paco Escalero (Bermillo de Sayago, Zamora, 15 de mayo de 1924). Muy conocido por su vecindario, se mueve con su andador por la calle Bartomeu Pou hacia Blanquerna para tomarse cada día su café y pasar un rato con su hija, Nuria. Inquieto por naturaleza, en más de cuarenta años jubilado, tras dedicarse a la banca, ha alimentado su pasión por las manualidades. «Ahora estoy terminando una colcha», explica el autor de numerosos objetos en miniatura, bastones, bolsos, bisutería…
A punto de conocer a su segundo biznieto, Paco ha cumplido otro sueño vital. Lo ha hecho con 101 años «y 135 días», publicando su primer libro: Recopilación de frases de intelecturales universales y sabios griegos. Un compendio de frases que ha ido coleccionando y escribiendo en viejos cuadernos desde ya la primera mitad del pasado siglo. «En el Crédito Balear -donde empezó a trabajar en octubre de 1943- había un compañero de Inca que conocía a un encuadernador y me hizo un bloc o libreta en la que pegaba, como si fueran cromos, las frases que escribía», recuerda Paco, que durante su etapa en Madrid pudo comprar ya libretas de cuadrículas en las que plasmar esas sentencias que recopila en su primer libro. «Y voy a por el segundo, pero tengo que darme prisa», bromea con el humor que le define.
Paco Escalero, junto a su primer libro publicado. Foto: F.F.
Prologado por Víctor Gayà, colaborador de Última Hora, le ha ayudado su pasión por la lectura y por el uso del lenguaje, construido en forma de sentencias edificantes. «He leído muchos libros y escuchado miles de refranes durante mi vida, y creía que era una buena idea juntarlos todo en un libro», que ha publicado en formato de autoedición gracias a la Imprenta Nueva Balear, donde ha encontrado todo tipo de facilidades. Dice que uno de los objetivos de su trabajo es «trasladar la sabiduría popular en un momento en el que vemos una sociedad que come mal, por ejemplo. Y eso no ayuda. Con mi libro, además de cumplir un sueño al poder verlo publicado, quiero que no se pierdan estas frases que tanto contenido y sentido tienen», prosigue mientras saborea un cortado en un bar próximo a su domicilio, donde tiene su espectacular taller.
La inquietud de Escalero, quien explica que las manualidades «han alimentado mi vida», se ha plasmado en un libro que ha hecho llegar a familiares y amigos como legado de su larga vida y capacidad creativa. «El encuadernador me dijo que esto era algo único», dice orgulloso de su nueva obra, que plasma su vitalidad y el carácter afable que le define y le ha hecho ser una persona muy querida por quienes comparten edificio con él y los que, cada día y fiel a su hora, le ven moverse con su inseparable andador para darse su paseo y desayunar.