Salvador de la Puerta, al frente de la ganadería de Lagunajanda, ha vuelto a triunfar de triunfar en Algemesí, donde ya es un clásico. Y este año, al igual que sus compañeros, tuvo el gesto de renunciar a parte de sus honorarios para ayudar a la comisión a sacar adelante la feria tras la Dana.


Enrique Amat

 

“No podía ser de otra manera con un pueblo como Algemesí. Es especial, nosotros ya somos de casa. Es una maravilla, un milagro de la tauromaquia. Ver a tanta gente ilusionada, tantos niños involucrados desde las ocho de la mañana en el encierro. Y durante veinte días montando la plaza todo el pueblo, cada cadafal con su parte de peñistas manos a la obra, es algo maravilloso. Nosotros llevamos muchos años anunciándonos en Algemesí pero no dejamos de asombrarnos de esta fiesta.”

 

Gente joven, cantera de toreros. Y tantos chavales del pueblo anunciados este año.

“Es un semillero de afición. Y luego, cuando los novillos dan juego, la gente se lo pasa bien. Este año, por ejemplo, a mí me daba cierto respeto que se anunciase la novillada con dos debutantes, dos chavales todavía con escasa experiencia, porque sin bagaje a veces es complicado torear nuestros astados. Sobre todo los novillos de ese día, que venían con un volumen y una presencia muy serias. Pero los novilleros dieron con la receta adecuada a los astados, tratándolos con cuidado, suavidad y les ayudaron a dar juego.Y la gente disfrutó.”

 

Los toros también tienen que tener suerte en el sorteo.

“Totalmente. Y que caigan en buenas manos. La medicina para nuestros novillos es la suavidad, y darles tiempo. Y si encima le pones al tema concepto y sal, como hicieron los toreros, mejor que mejor. Hay que darles tiempo entre tanda y tanda. Es lo que hicieron los toreros y encima mataron a los novillos. Fue sorprendente. Se llevaron tras orejas cada uno. Y eso que era una novillada fuerte. La verdad es que yo disfruté muchísimo.”

 

El encierro era toda una corridita de toros.

“Iba muy bien presentado, y tuvo fondo y dio juego. El cuarto fue muy castigado en el caballo y quiso más que pudo. Pero en conjunto es para estar satisfechos. Nosotros  cuidamos mucho y somos muy exigentes con los novillos que enviamos. Lidiar cuatro novillos te permite ser más selectivo y nosotros nos esmeramos mucho en este tema. Los elegimos con mimo y no pasamos apuros, porque lo llevamos todo muy preparado. A mí me gustó mucho Ojaranzo, el castaño lidiado en tercer lugar. Venía de una muy buena madre y de un semental que nos da mucha confianza. No nos equivocamos. Confiamos mucho en él. Vamos por el buen camino y un novillo como ese te ilusiona porque te arma de razones y te indica que en el trabajo que estás haciendo va por el camino correcto.”

 

La reata es importante

“Sí. Pero también hay que observar el comportamiento del toro en el campo. Cómo van a comer, como se pelean. El 38 colorado, Ojaranzo, era siempre el primero que iba a comer y nunca dejaba de correr. Salió con alegría de chiqueros, rompiendo para adelante y luego tuvo los finales siempre para abajo. Con esa fuerza y ese empuje y ese celo. Yo me emocioné. Al final la nobleza se ve en el campo, pero la verdadera  bravura se mide en la plaza.”

 

Algemesí es una plaza que se antoja difícil por su estructura.

“Puede parecer eso, pero por otra parte, al ser más pequeña, la energía que gastan los novillos para embestir es menor. Y es que los desplazamientos para encontrar los engaños son menores. Todo es más cercano. Incluso la salida de chiqueros es cercana y para parar al novillo no hace falta que éste se quebrante y de muchas vueltas. Y se puede reunir uno con ellos enseguida. Algemesí, como digo, es un milagro, es algo que hay que extrapolar. “

 

Ustedes ya son clásicos allí.

“Estoy viendo una foto del 29 de septiembre de 2001. Con Iván García y Salvador Vega, quienes salieron a hombros. Y ya llevábamos algunos años yendo allí. Los dos salieron a hombros. Tenemos muchos y muy buenos recuerdos.”

 

Salvador Domecq,  su madre María Domecq. Una ganadería que va cogiendo carta de naturaleza y un estilo propio. Llevan una temporada buena. Madrid, Tarifa.

“En Madrid, lidiamos el 4 de junio en San Isidro, y la corrida fue importante. Estuvo bien recibida y aceptada por la afición. No fue completa, tuvo sus matices para bien y para menos bien. Nos demostró que debemos seguir trabajando, pero en definitiva fue una buena experiencia y nos mostró los caminos a seguir. Y en Tarifa lidiamos el 24 de agosto. Un festejo televisado por Canal Sur. Y que además consiguió un share del 20 %, entre 315.000 a 500.000 espectadores. Y eso no es fácil alcanzar un día de verano. A un  toro se le dió la vuelta al ruedo, y a otro toro, Tramposo, lo indultó David Galán. Se cortaron diez orejas. Y lo más importante es que vimos elementos comunes con cruces de diferentes líneas. Nos interesaba ver la colocación, la humillación, el comportamiento de los toros. Somos muy exigentes con la ganadería.” 

 

Todo eso requiere un gran trabajo.

“Para eso estamos. Para dedicarle tiempo y afición. Ahora tenemos la satisfacción de que nueve de cada diez vacas embisten en los tentaderos. Y a nuestros toros les premian. Hace tres años, se indultó otro Ojaranzo en Colmenar de Oreja. El año pasado se indultó en Utrera a Malandrino. Y el de Tarifa, era de un semental llamado Tramposo. El resultado del trabajo lo vemos día día.”

 

No es fácil que un toro se recupere de las lesiones cuando se le indulta.

“Al contrario, los toros indultados se suelen curar rapidísimo. Al menos los nuestros. El de Tarifa, en dos meses ya estaba bien. Y eso que tomó dos puyazos, el segundo muy largo. Ahora hemos aprendido a curar a los toros de abajo a arriba. El toro además es un animal con una potencia y una fuerza tremenda. Se ve mucha sangre, pero es una sangre que si se les castiga en el sitio adecuado, sus heridas no son tan complicadas de sanar.”

 

Se dice que es más importante la madre, una vaca buena, que un semental.

“Así es. Aunque una vaca solo tiene un producto y un toro puede cubrir diez o doce vacas. Pero la vaca indica el camino, te deja ver y te señala en el tentadero cual puede ser su desarrollo. Sus productos. A nosotros, como digo, nos ha indultado animales Ojarazo, Tramposo y Malandrino que luego como sementales están funcionando.”

 

Toros de Lagunajanda, fundada en 1997 por María Domecq, se encuentra en la finca Jandilla, en Vejer de la Frontera. Una ganadería y un auténtico espacio ecológico.

“Hay muchos ingredientes en un toro bravo: la casta, la bravura, la nobleza, la duración, los finales, la movilidad. Pero yo señalaría con mayúsculas la ENTREGA, ahí está todo. La intuición del toro de saber que el enemigo no es el torero, la capacidad de luchar hasta la muerte que le da la bravura y tomar los engaños con transmisión. Buscamos siempre un toro encastado, que es lo que hacemos en esta casa. Igual no lo quieren tanto los toreros, pero nuestro ADN es la bravura y la intensidad en las embestidas. Igual son toros más de aficionado a veces que de público, pero dan espectáculo y divierten y emocionan.”

 

Y requiere que caigan en manos de toreros preparados.

“Sí, pero como hablábamos antes,  en Algemesí eran dos chavales debutantes, y los novillos sirvieron para ellos, porque tuvieron entrega. Y la suavidad y los finales del animal lo facilita todo. Nosotros tenemos toros y nos gusta lidiar también utreros y erales. Hay que ayudar a los toreros más nuevos y traerles a los tentaderos y también lidiar en novilladas y para las escuelas. Para el año 2026 tenemos una camada de unos veinticinco toros propios de plazas de primera y dos corridas con un poco menos de presencia. Estamos con mucha ilusión y muy enchufados. Tenemos que darlo todo. Trabajo, espíritu sacrificio, cuidar todos los aspectos. Y no ser autocomplacientes.”

 

Todo requiere mucho tiempo y dinero.

“Bueno, hay que invertir muchas cosas, pero sobre todo hace falta ilusión y afición. La finca además no solo es de toros. Hay especies animales en la misma. Es un espacio ecológico. Las dehesas se conservan gracias al toro bravo y por eso se mantienen. Sin ganaderías no existirían. Es un ecosistema único. El acebuchal, los alcornoques, las aguilas, los carboneros, los búhos. Todo eso es una riqueza ecológica que no se basa solo en el toro de lidia si no en más componentes”.