El informe constituye un trabajo destacado y muy completo para evaluar la generación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) y los flujos asociados al final de su ciclo de vida en Europa. Se basa en el proyecto FutuRaM, que proporciona las directrices y la base metodológica necesarias para este propósito. Aunque la aproximación es rigurosa y técnicamente sólida, algunas suposiciones de los modelos, como la uniformidad en la composición de productos o la estimación teórica de la recuperación de materias primas críticas, podrían limitar la capacidad de estos modelos para reflejar la realidad práctica de la generación y gestión de RAEE en los distintos países de la UE27+4. 

En primer lugar, el informe presenta definiciones clave sobre qué se considera RAEE, su clasificación y la normativa aplicable, en particular la Directiva Europea, e incluye datos numéricos sobre la generación de RAEE y las tasas de recuperación, basados en el Global E-waste Monitor 2024. No obstante, esta introducción podría haberse enriquecido con un análisis de las causas que explican las bajas tasas de recuperación observadas. 

El núcleo del enfoque FutuRaM es la aplicación de un modelo de existencias y flujos (stock and flow model), que cuantifica los principales indicadores estadísticos de RAEE desde su introducción en el mercado, pasando por su fase de uso activo, hasta su transición hacia los flujos de fin de vida. Al vincular los datos de composición de los productos con los flujos de RAEE y las distintas vías de recuperación, el modelo proporciona una comprensión equilibrada en términos de masa de la disponibilidad teórica y de las pérdidas de materias primas secundarias a lo largo de un horizonte temporal que se extiende hasta 2050. Esto ofrece perspectivas valiosas para optimizar la gestión de los flujos de RAEE, satisfacer futuras necesidades de recursos, reducir residuos y fomentar la circularidad en la UE27+4. 

La metodología de FutuRaM se basa en un marco conceptual sólido, alineado con estándares internacionales como los de la UNECE (2022) y las E-waste Statistics Guidelines (Forti et al., 2018). Su estructura integra múltiples dimensiones analíticas, desde la composición del producto hasta escenarios prospectivos de gestión de residuos, proporcionando una visión sistémica y dinámica del flujo de RAEE en Europa. 

Un elemento destacable es la ampliación de la caracterización de productos mediante el enfoque jerárquico del proyecto ProSUM (Comisión Europea, 2023), que permite desagregar los productos según claves UNU-KEY y estructurar su composición en niveles mutuamente excluyentes de componentes, materiales y elementos. Esta jerarquización mejora la trazabilidad y la comprensión de la distribución de materias primas críticas, aportando un mayor nivel de detalle técnico al modelo. No obstante, este refinamiento convive con un supuesto simplificador: la uniformidad de la composición de los productos en toda la UE27+4, lo que podría limitar la capacidad del modelo para reflejar diferencias reales entre países en consumo, estructura tecnológica, disponibilidad de productos o políticas nacionales de reciclaje. 

El modelo de flujos combina datos oficiales con la distribución de Weibull para estimar la generación de RAEE, mostrando una base metodológica sólida y coherente; sin embargo, hubiese sido beneficioso explicar en más detalle los criterios de integración para evaluar completamente la trazabilidad del modelo. Por su parte, el modelado de la composición de residuos integra la evolución histórica y tecnológica de los productos, permitiendo que la composición del RAEE refleje la mezcla de generaciones sucesivas de aparatos, lo que refuerza la representatividad del análisis. 

El modelo de recuperación proporciona estimaciones teóricas de la disponibilidad de materias primas críticas, preservando la jerarquía producto–componente–material–elemento y aplicando coeficientes de transferencia en cada etapa del tratamiento. Es un modelo robusto para simulación y planificación, pero no incorpora pérdidas operativas no previstas ni restricciones asociadas al diseño de los productos. 

En cuanto a los escenarios futuros hasta 2050, el modelo proyecta tres posibilidades: 

  • Business-as-usual (BAU): mantiene las tendencias actuales de consumo y generación de RAEE. 
  • Recovery (REC): mejora la recuperación de residuos sin alterar la generación. 
  • Circularity (CIR): incorpora economía circular, con productos más duraderos y reparables, y menores cantidades de RAEE. 

Si bien estos escenarios permiten explorar impactos a largo plazo, sus resultados dependen de supuestos sobre consumo, diseño de productos y eficiencia de recuperación. 

Finalmente, el informe subraya la necesidad de mejorar la recolección y recuperación de materiales críticos, identificando pérdidas significativas durante la recolección y destacando la importancia de mejoras en el diseño de productos y en las tecnologías de recuperación para maximizar la disponibilidad de estos materiales.