«Abrazo», «Compañía», «Amistad» y «Atemporalidad» son los términos que emplean Santi Balmes, Julián Saldarriaga, Jordi Roig y Oriol Bonet, respectivamente, para resumir en una sola palabra qué siginifica para ellos Love of Lesbian después de más de dos décadas juntos. Ejército de salvación (2024) es el último disco que han publicado, con el que han recorrido parte de España y ahora se embarcan en una gira por Latinoamérica. Aunque antes pasarán por el Movistar Arena (Madrid) para cantar con sus seguidores tanto sus temas nuevos como sus clásicos infalibles. De esto y más hablamos con los artistas en 20minutos.
Ejército de salvación lo definen como un homenaje a esas personas que, con un gesto sencillo, nos salvan. ¿Hay alguna experiencia concreta que les inspirara a darle ese enfoque?
SB: Veníamos de una gira y de un disco pandémico en el cual nos dimos cuenta de que habíamos hecho más piña que nunca. Se basa quizás en esa sensación que empezó a recorrer el alma de la banda en el sentido de que, a las malas nos tenemos a nosotros y fue muy bonito.
La amistad es uno de los puntos fuertes de este proyecto. ¿Qué sería de la sociedad sin ella?
JS: Un lugar de trabajo (risas). Creo que es un vínculo muy bonito en el sentido de que nadie te está obligando a tener un contrato como a lo mejor sucede con los matrimonios. Es un tipo de amor que va más sujeto a la libertad de decir ‘bueno, pues nos queremos con las taras’, por suerte no compartimos vivienda ni hijos. Es un vínculo fuerte que se curte y solidifica al cabo de los años con los buenos momentos, pero también con las tormentas, ya que te das cuenta de que te podrías haber ido o el otro se podría haber ido y todavía está ahí manteniendo y cuidando.
Es un disco que también invita a reflexionar. ¿Cómo se encuentra el punto de inflexión a la hora de componer sobre diferentes aspectos vitales?
SB: Generalmente no me doy cuenta hasta después el hecho de haber estado rondando en un mismo concepto desde diferentes ángulos. Se habla, por ejemplo, de Ejército de salvación, que es como hablar de tu pareja, pero en términos de amistad después de tantos años; en La Hermandad, de la amistad como una celebración y en Una Conversación Pendiente, de esas que tienes con amigos con los cuales al igual no has acabado muy bien. Creo que le da la vuelta al concepto de amistad desde diversos puntos, pero esto es una explicación a posteriori. Al principio te dejas llevar por lo que sientes en cada temporada de tu vida y luego te das cuenta de que hay unos temas que obsesivos han ido apareciendo en las canciones.
«Se habla de tanta comunicación en el mundo que quizás está un poco sobredimensionada y también hay que saber usar los silencios»
Precisamente en Una conversación pendiente cantan: ‘Habrá que arriesgarse y ser más valientes’. ¿Lo aplican en su día a día?
SB: No, una cosa es la canción, que es un deseo que entra dentro del mundo del ideal de cómo deberían ir las cosas, y otra es el realismo de lo que es el hacer esa llamada porque puede que incluso sea peor. Puede que quedes con ese amigo y te suelte un camión de de tritus mucho más grande y tú a él que el que te esperabas. Se habla de tanta comunicación en el mundo que quizás está un poco sobredimensionada y también hay que saber usar los silencios.
En un mundo tan acelerado como en el que vivimos, ¿qué hace Love of Lesbian para desconectar?
JR: Salimos del concierto, volvemos a casa y tenemos una vida muy dual. Como decimos entre nosotros, ‘somos estrellas del rock a tiempo parcial’ y eso nos sirve para desconectar de formar parte de una banda y volver al mundo estándar para cargar pilas de cara al siguiente fin de semana, gira o viaje. Es un equilibrio que que nos sirve a todos. Cuando ves que uno de los dos se descompensa, el otro te sirve para encontrar las soluciones que tienes en el lado opuesto.
Con este disco también celebran 25 años en la industria. ¿Han tenido su propio ejército de salvación?
UB: Lo somos entre nosotros, pero también lo ha sido muchas veces un encuentro con un músico amigo o compartir escenarios con amigos a los cuales admiramos. El celebrar esa amistad es nuestro propio ejército de salvación.
Después de tantos discos, ¿hay alguna canción del repertorio que haya cobrado un significado nuevo?
SB: Quizás últimamente el contexto de Ahí donde solíamos gritar, que era un más personal, íntimo, se está trasladando al tema político. Ahora la estoy cantando como un desahogo a toda la frustración que tengo al ver quelas muertes de los seres humanos no valen absolutamente de nada.
Son un grupo de festivales, pero han tomado la decisión de desvincularse de aquellos que tengan fondos ligados a KKR. Al tener tanta visibilidad y ver que muchos artistas evitan hablar del tema, ¿qué les mueve a no callar?
SB: Quizás es que ya tenemos una edad en la que no nos importa demasiado, en la que dices ‘qué más da’. Porque quizás miras a un futuro o hacia atrás y piensas que podrías haber hecho algo.
JR: Es un gesto prácticamente emocional. El hecho de saber que algo está pasando ahí, este vínculo de KKR. Nosotros hemos hecho este verano festivales, pero te vas a dormir y hay algo dentro de ti que dices ‘algo está pasando que no estamos haciendo bien’. No es ningún gesto que pretenda aleccionar a nadie ni que pretenda ser cabeza visible de nada. Simplemente un granito de arena, una voz para lo que está sucediendo. Hoy en día tendemos a blanquear y naturalizar enseguida las desgracias, nos acostumbramos demasiado rápido al sufrimiento ajeno y hay que hacer todo lo que sea por intentar evitarlo.
«Tendemos a blanquear y naturalizar enseguida las desgracias, nos acostumbramos demasiado rápido al sufrimiento ajeno y hay que hacer todo lo que sea por intentar evitarlo»
¿Qué papel juega la música en un contexto social y político tan convulso?
SB: Es complicado porque, como decía Jordi, no pretendemos aleccionar ni mucho menos. Siempre ha habido bandas que nunca se han pronunciado y otras que se han pronunciado muchísimo. Creo que está a la orden del día de que se nos presupone que nuestro trabajo es muy emocional y a partir de aquí es complicado hacer según qué cosas cuando no estás convencido al 100%. No somos expertos en geopolítica, cuando nos dicen, por ejemplo, ‘es que estaba habiendo una catástrofe también en Sudán’ o donde sea y no te llega. Lo único que nosotros teníamos claro es que había una empresa que, aparte de varios negocios que tiene, está casi montando una real state en lo que sería un terreno que está lleno de muertos y que seguramente habrá muchos que no se podrán desenterrar jamás. A partir de aquí nos causa a nosotros un conflicto que nos ha hecho cierto cierto daño emocional y somos personas que tenemos que estar al 100% en las cosas en las que estamos implicados y hemos optado por esta decisión. Es algo que trascendía más allá.
Al ser una banda con un largo recorrido, ¿les asusta que haya un final?
JS: Es algo contra lo que no puedes luchar. Todo tiene un final: una pila, una cámara, nuestras vidas, las trayectorias de las bandas… A no ser que se demuestre lo contrario, la única banda eterna van a ser los Rolling Stones, que van a sacar un disco el año que viene. Es cierto que durante un tiempo algunos vivimos con cierta ansiedad la posibilidad de que no existiese el grupo porque sabes que es un oficio cambiante, que no está sujeto a tus decisiones, no sabes si un disco va a gustar o no, si el público le va a dar le dar la espalda, si van a salir los conciertos, si viene una pandemia y estás años sin poder trabajar ni facturar… es todo un poco aleatorio. Esa ansiedad no nos dejaba disfrutar del presente. Entonces, creo que todos hicimos un click y pusimos el piloto automático para ver hacia donde iba todo esto y poder estar vagando del camino, porque si no es una idea que se instala en tu cabeza y no te deja.
¿Cómo perciben el relevo de la nueva oleada de bandas indie?
SB: Bien, hay muchas. Creo que en cada oleada se duplica el fenómeno: después de Planetas tomamos el relevo nosotros, Vestusta Morla, Lori Mayers, Sidonie, Supersubmarina… De repente llegó Izal y ahora han entrado todas estas bandas que son como una multiplicación. Para los programadores está muy bien porque hay menos posibilidades de repetir un cartel (risas). Hay muchas y valen la pena.
JS: Yo lo único que siento sobre las nuevas generaciones es una profunda rabia conque tengan un nombre mejor que el nuestro (risas). Todas tienen un nombre de banda mucho mejor que Love of Lesbian.
«Durante un tiempo algunos vivimos con cierta ansiedad la posibilidad de que no existiese el grupo porque sabes que es un oficio cambiante, y era algo que no nos dejaba disfrutar del presente»
¿Cómo se hubieran llamado si no fuera Love of Lesbian?
JS: Santi tenía otro nombre.
SB: Sí, Café y Cigarro.
JS: O Antigua y Barbuda.
SB: No tengo ninguna buena idea (risas).
Tienen una cita muy especial el 1 de noviembre en el Movistar Arena. ¿Cómo se prepara un setlist con tantos temas a las espaldas?
SB: Cada uno de nosotros lleva a su abogado en la reunión del repertorio porque cada uno tiene sus particulares canciones preferidas (risas).
JS: En el caso de este 1 de noviembre en Madrid es más que un concierto de fin de gira, porque el año que viene continuaremos. Tiene un punto de de abrazar el pasado; vamos a hacer un repertorio largo, seguramente tocaremos seis o siete canciones del último disco, pero estas semanas estamos discutiendo repertorio, rescatando algunas canciones que vienen de discos anteriores que no solíamos tocar; las estamos poniendo al lado de las nuevas para ver cómo quedan. Va a ser un repertorio de cierta nostalgia combinada con la frescura de las actuales. También van a venir invitados y amistades de carrera que van a enriquecer el concierto y darle un cierto aire de novedad con su voz.
¿Qué esperan por parte de sus fans?
JS: El público ha recibido este último disco con mucha rapidez. Antes las canciones tardaban más tiempo en el calar y estas desde los primeros conciertos ya estaban en la vibra. Eso nos ha permitido disfrutarlo desde el primer día y por ese motivo creo que estamos rescatando también algunas canciones viejas. Lo que esperamos es que se agote las entradas.