Joel Álvarez demostró durante la madrugada del domingo pasado por qué sus entrenadores le apodaron ‘El Fenómeno’. El luchador asturiano se enfrentó a Vicente Luque, un brasileño con 16 victorias dentro de la UFC, en la cartelera estelar de Río de Janeiro y se … impuso con una autoridad brillante. Dominó en los tres asaltos y los jueces le otorgaron una decisión unánime (triple 30-26). Sin embargo, no estuvo exento de controversia, pues el árbitro debía haber parado antes la pelea a favor del asturiano. Eso provocó que sumara su primer triunfo a las cartulinas, ya que sus 22 victorias anteriores como profesional habían llegado antes de que acabara el tiempo establecido. Sea como fuere, el peleador español se ha convertido en una estrella en ciernes y su horizonte es esperanzador tras su transición de peso ligero (70,3 kilos) al peso wélter (77,1 kilos) de la UFC. Poco después de bajarse del octágono, Joel Álvarez atiende en exclusiva a ABC para analizar esta nueva etapa.

-Enhorabuena por la victoria. ¿Cómo está?

-La verdad que me he encontrado muy bien, muy a gusto, he intentado por activa y por pasiva finalizar, pero Vicente es una piedra.

-Cuando ha pasado por delante de la cámara de ABC tras bajarse del octágono, nos ha dicho: «Lo siento por no finalizar», en lugar de celebrar por todo lo alto una victoria ante un histórico como Vicente Luque.

-Es que he tocado con los dedos la finalización en varias ocasiones, pero no ha podido ser, es un veterano de guerra, pero ha sido un 30-26 (una puntuación arrolladora), una victoria muy clara. Estoy contento porque he hecho minutos de jaula, que lo necesitaba en esta nueva división, comprobar cómo son de fuertes.

-¿Y cómo son?

-Vicente era muy fuerte, muy duro, pero me he notado muy bien, es mi división. Tengo que mejorar muchas cosas, pero puedo darle grandes alegrías a los aficionados españoles en esta categoría.

-Sin duda es una de esas victorias que suman, porque al estar 15 minutos sobre el octágono hay mucho material para analizar y buscar mejoras, pese a ser un triunfo muy dominante.

-Claro, al final son veintitrés victorias que tengo, todas las anteriores finalizadas y esta no, piensas si tenía que haberme volcado más en el triángulo invertido que tenía, haber utilizado otro tipo de golpeo sobre la lona… Pero hemos ganado que es lo importante y estoy muy contento con ello.

-Analicemos la pelea. En el primer asalto, hubo una detención del árbitro por un posible piquete de dedo sobre el ojo (golpe ilegal) sobre Vicente, que no paró de combatir, pero realmente era con el puño cerrado, por lo que era un golpe legal.

-Sí, de hecho se ve claramente en la repetición que es con la mano cerrada, le conecté en el ojo, no buscaba que fuera un KO pero si hay esa parada… Bueno no pasa nada, hubiese molado porque hubiera sido otro KO, pero me permitió ganar minutos encima de la jaula. Se puede ver que el golpe era bueno.

-Viendo las cámaras, el árbitro debería haber decretado una victoria suya, por abandono de Vicente Luque, ya que había indicado el final de la pelea con un gesto con los brazos.

-Eso es, debería haber sido KO técnico. Pero bueno, ese primer asalto me ayudó para coger el ritmo, distancia y ‘timing’ de la pelea, sabía que lo había ganado. En nuestras anotaciones teníamos apuntado que había que dar una clase maestra de boxeo y trabajamos muy bien ese aspecto.

-Habíamos estado hablando previamente que Vicente Luque podía ir a la lucha cuerpo a cuerpo cuando se sintiera en peligro, algo que ocurrió en el segundo asalto y en el tercero.

-Sí, me sorprendió porque fue a la lucha las dos veces, pero defendí bien la lucha y caí por encima para asegurar la victoria. Pero no contaba con ello, pensaba que iba utilizar más sus manos de poder. Le obligamos a ir a luchar y es algo que me hizo ilusión.

-Ya en el tercer round, quedó usted en una situación de ventaja en el suelo con un triángulo invertido cerrado. ¿Estaba intentando someter y por eso el árbitro no los levantó por falta de acción?

-Realmente llegué a encajar el triángulo invertido y lo tenía bien pillado, pensé que si quería finalizar y estirarlo, tenía que tirarme hacia un lado, pero Enrique (uno de sus entrenadores) me gritó que quedaban dos minutos, que eran muchos si no lo conseguía finalizar, y mi patrón (Borja Álvarez) me dijo que aguantara en esa posición. Me quedé con las ganas porque si salía habría sido muy bueno finalizar con un triángulo invertido. Pero aseguramos la victoria que era lo importante, hay que ser inteligentes.

-En ciertos momentos del combate, Vicente conectó algunas manos potentes. ¿Cómo sintió el poder de pegada en el peso wélter?

-Bien, bien, pega muy duro, me ha tocado varias veces, pero tengo mucha quijada, encajo bien los golpes y lo llevo bien. No llevo una carrera muy sufrida.

-Tras la victoria, se han sentado juntos Vicente y usted en el octágono, mostrándose respeto mutuo. ¿Qué le ha dicho su rival?

-Me decía que le había pasado por encima, que qué le podía recomendar a él y yo le decía que era al revés, me dijo que quería hablar conmigo y le comenté que me gustaría pasarme algún día a entrenar con ellos en el gimnasio Kill Cliff. Es un salto generacional, yo crecí viendo pelear a Vicente Luque y es uno de mis luchadores favoritos y de mi hermano también. Me ha gustado mucho compartir la jaula con él.

-Esta victoria le pone en la órbita del top 15 de la UFC. Me dio algunos nombres como Carlos Prates, Ian Garry o Leon Edwards. ¿Quién sigue para Joel Álvarez?

-No lo sé, lo que mande la empresa. En Qatar hay un evento el 22 de noviembre, antes de que nazca mi hijo en diciembre, puedo coger algún reemplazo si se cae alguno de los participantes del combate coestelar (Ian Garry contra Belal Muhammad), pero si no se diese, pues apuntaría ya más para marzo. Quiero asentarme más en el wélter, ajustar más el rebote tras el recorte de peso, he rebotado hasta las 187 libras (84,8 kilos), no soy un peso wélter de los grandes, quiero hacerme un poco más grande. Pero me he notado muy rápido, eso sí, me ha dado ese punto de velocidad.

-En cualquier caso, ha sido un triunfo espectacular, un golpe de autoridad y la mejor manera de entrar por la puerta grande en el peso wélter. ¿Qué mensaje le mandaría a los aficionados españoles?

-Quería darle las gracias a toda la afición, que son los mejores. También a mi equipo, el Centro Deportivo Tíbet de Gijón, el mejor gimnasio que hay, a mi familia, a mi mujer y a mi hija. Y a vosotros, a los seguidores del Ejército de Pancho Villa, misión cumplida en Río de Janeiro.