–Algún día este equipo tendrá más jugadoras de Vigo que de fuera –le auguró Paco Araújo a Carlos Colinas cuando fue a contratarlo como director deportivo del Celta.
Aún no se ha cumplido el vaticinio del llorado presidente. Lo han impedido las exigencias competitivas, las limitaciones financieras o la evolución general del baloncesto, según el caso. Araújo y Carrera florecieron demasiado como para retenerlas. Otras promesas se extraviaron por el camino o decidieron probar la aventura universitaria estadounidense, lo que hoy se estila. En ocasiones se apostó por un catálogo amplio de profesionales. «La subida de canteranas siempre viene condicionada por lo que pasa en el primer equipo», admite Cristina Cantero. Las circunstancias impulsan hoy al Celta hacia un horizonte más próximo al que soñaba Araújo.
Son cinco canteranas entre las doce en plantilla, ya con minutos oficiales en las tres primeras jornadas; tres de ellas, Sara Vidal, Paula Salinas y Uxía Rodríguez, con peso en la rotación y coincidiendo a la vez en cancha. No sucedía en la escuadra celeste desde comienzos de la pasada década, tras la renuncia en 2012 a la máxima categoría por motivos económicos. Se repite tras otro descenso, esta vez deportivo, a su pesar. Pero aquel grupo, entonces con unas adolescentes Loureiro, Canella, Araújo o Alonso, por ejemplo, se contentaba con la permanencia. El actual intentará pelear por un pronto regreso a Liga Femenina.
La concentración de recursos en menos fichajes se ha unido al valor de lo propio. Al Celta, además, no le convino concretar que el filial ocupase la plaza en Liga 2 que se había merecido. Todo se ha conjugado para que a Sara Vidal, capitana y referente espiritual, se le unan Paula Salinas –que llegó desde el PBB en 2023– y Uxía Rodríguez, de la generación de 2007, como residentes permanentes. Todas ellas promedian más de 10 minutos en cancha.
Distintas fases del proceso
«Cada una tiene sus cosas, pero en general están asumiendo muy bien el reto», evalúa su entrenadora. «No desempeñan un papel residual, de ver qué pasa, sino de dar un paso adelante. Uxi, Salinas y Saravi está en ese punto de tener presencia porque tienen capacidad para ello».
El quinteto se completa con Naiara Martínez e Isabel Cabello, de la camada de 2008. Isa, de hecho, se pierde los entrenamientos matutinos por sus clases en el instituto. Naiara, que cursa Bachillerato en línea, está reestableciendo la progresión que una compleja lesión muscular, con medio año de convalecencia, lastró en la pasada temporada.

Isa Cabello, en un entrenamiento de pretemporada. / Alba Villar
Cantero aprecio el efecto de emulación que puede generar en la estructura del Celta: «Es muy chulo y también un reflejo para que nuestras niñas vean que se pueden quedar. Ellas se lo están currando y están dando pasos de gigante para competir bien», advierte.
Carlos Colinas, en aquella entrevista que decidió su futuro, recuerda haberle hablado a Araújo de lo medios y la dedicación que la apuesta por la cantera exigía. Y nunca olvida el ejecutivo qué le contestó:
–El problema es creer en ello o no. Y yo quiero creer en ello.
EL ANÁLISIS DE CRISTINA CANTERO
- Sara Vidal: «Tiene mucha parte de trabajo sucio. No va a brillar sola. Es jugadora de equipo. Necesita que el resto esté muy bien. Debemos encontrarla en tiros abiertos. Su mejoría puede ir por ser fiable ahí y no quedarse parada, ser letal sin balón y consistente en la comunicación. También vive de ir al rebote, de estar bien atrás».
- Paula Salinas: «Siempre le han dado un rol defensivo. Imprime mucha intensidad y es muy competitiva. Pero tiene cosas en ataque que debe empezar a valorar. Cada vez está tirando mejor y tiene muy buenas piernas para finalizar. Debe vaciarse en defensa e ir encontrando sus momentos en ataque. Nos aportará un montón».
- Uxía Rodríguez: «Una jugadoraza de futuro, con una planta increíble. Cambió ya el chip mental, sobre todo en autoestima. Debe afianzar ese perfil y creer que puede tener un rol principal sin que nadie se lo diga. Puede tirar, penetrar, defender, rebotear… Polivalente, necesita madurar a nivel competitivo. Nos dará muchas alegrías».
- Naiara Martínez: «Trabaja para ser un ‘4’ que pueda tirar, echar el balón al suelo y jugar de espaldas. Jugó más cerca del aro en categorías inferiores de lo que nos habría interesado por su desarrollo. Es la pívot más fiable desde el exterior. La lesión la frenó mucho. Necesita poner en práctica lo que entrena y lo conseguirá. Es una currante».
- Isabel Cabello: «Muy buena planta aunque tiene que dar un punto más de cambio físico, ganar masa muscular, más potencia en las piernas y saber utilizar su cuerpo. También más fiabilidad en el tiro. Es el primer año que trabaja con las séniors. Debemos habituarla a otro ritmo, a jugar con contactos. La iremos encontrando».
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