Cuando las cosas no salían en la temporada 2025 de la Fórmula 1,Carlos Sainz fue muy insistente en su discurso. «La velocidad no ha desparecido», repetía. Y dejaba claro que no iba a las carreras para ser séptimo u octavo. «Me retiraría», lanzó ante aquel punto bajo del golpe de Lawson en Zandvoort. Quizá esa forma de no perder el foco y un trabajo insistente que siempre le ha acompañado fue la forma de devolver a escena al mejor Carlos Sainz. Que puede ser el mismo del de los momentos bajos, pero con los resultados del cajón de Bakú y una lucha brutal en Singapur que le regaló un punto de valor oro.

Sainz, en Singapur.EFE
Fueron dos caras de la moneda diferentes, pero se mantienen bajo el prisma de un Sainz desatado y constante. En Bakú fue la lectura de la clasificación y el ritmo para ser podio. «Dejádmelo a mí», lanzó por su radio. En Singapur, el cambiar el enfoque de un fin de semana a la remontada del domingo después del desastre del sábado. «Es un problema que todavía nos hace pensar en las cosas que nos hace no ser un equipo que pelea por los grandes objetivos», explicó James Vowles, jefe del equipo, al identificar qué motivó la doble descalificación de sus coches.
Una oportunidad de oro
Sainz, de cualquier forma, fue la constante. Y suma la oportunidad del Gran Premio de los Estados Unidos. Quizá no está tan adaptado al FW47 como lo que será Las Vegas, pero es un circuito perfecto para las cualidades del coche británico. Vivo en la alta velocidad, eficiencia aerodinámica y capaz de pelear por comandar la zona media y dar ruido a una Ferrari hundida y que solo ha sumado seis puntos más que los de Grove desde las vacaciones de verano.
Además, el español sabe lo que es rendir y trabajarse las carreras en Austin. Viene de dos podios consecutivos con Ferrari y en 2024 se quedó con un segundo tras Leclerc pese a mantener un ritmo igual o mejor que el del monegasco durante ese fin de semana. Allí, un problema de motor le retrasó e impidió un éxito que sí que consiguió pocos días después en México. Esa sigue siendo una victoria increíble por velocidad y ritmo, y esa versión de Sainz se parece a la de Bakú o Singapur.
Según explicó James Vowles, ese giro a su 2025 vino acompañado por una charla sincera con Williams. «Tuvimos una charla honesta sobre lo que salió mal, cómo cambiarlo y también de lo bueno. Ha aportado muchísimas cosas al equipo. Y cuando lo repasamos, casi se quitó un peso de sus hombros. Tenemos una visión a largo plazo, va del rendimiento juntos y llegará», confesó Vowles.
Bajo el juicio del británico, allí reside el giro del 55. Que ya ha confirmado toda su velocidad y desarrollo con resultados, y algo que en Austin podría llevar a más en un trazado donde el coche británico se ha comportado bien históricamente y apunta a hacerlo en 2025. Su reto seguirá siendo el poder conjugar todo para optar a algo más.
Tuvimos una charla honesta sobre lo que salió mal, cómo cambiarlo y también de lo bueno. Ha aportado muchísimas cosas al equipo
James Vowles

Sainz, en Singapur.EFE
Fundamentalmente, pasará por aprovechar el neumático blando, cambiar la dinámica del sábado con ejemplos como el de Azerbaiyán y aprovechar las oportunidades que ofrece un fin de semana donde habrá también el aliciente de la carrera al sprint.