El UEMC Baloncesto Valladolid sigue caminando en el alambre. Su apuesta por una plantilla corta de tan solo diez jugadores  obligada por ese condicionante económico en forma de deuda que lastra en cierta medida al club, se está convirtiendo en un auténtico quebradero de cabeza para el entrenador David Barrio en este arranque de la temporada. Y es que el técnico vallisoletano cruza los dedos en cada sesión, en cada partido y en casi cada movimiento de sus jugadores para huir de la lacra de las lesiones. Como bien decía en pasadas fechas, desde que arrancara los entrenamientos en pretemporada el pasado mes de agosto, no ha sido todavía capaz de hacer un entrenamiento con la plantilla al completo. Al contrario.

Fares Ochi en el partido ante LogroBasket.

Diario de Valladolid | El Mundo

Las lesiones de Carreño y Pau Isern le hicieron comenzar la campaña con solo ocho jugadores. Y rizando el rizo la pasada semana cayó un tercer jugador, Taiwo, para ir a Logroño con solo siete profesionales. Afortunadamente el calendario, posiblemente en su fase más liviana, ha jugado a su favor en este tramo inicial. Pero la pregunta es obligada. Realmente ¿con ocho basta? ¿Y con siete? Porque la apuesta por la cantera o los jugadores del filial, la que se vendió o más bien malvendió a bombo y platillo en el arranque ejerce, de momento, de florero. En el primer partido la aportación de los jugadores  del filial, solo una categoría por debajo (Tercera FEB) se redujo a 36 segundos de Neri en el partido inaugural ante el CB Toledo con triunfo por 83-71. Y en el segundo envite a dos minutos de Neri y a un escaso minuto de Hansen y Barnes en los llamados minutos de la basura en el laborioso triunfo en Logroño (65-79) con solo… siete profesionales disponibles.  

El parte médico actualizado del club no aporta claridad sobre el futuro de una plantilla, quizás, por lógica, sobrecargada. «Samuel Taiwo sufrió una contusión en su rodilla izquierda durante el entrenamiento del sábado por la mañana y causó baja en el encuentro que el UEMC Baloncesto Valladolid disputó en la pista del LogroBasket Logi7. El pívot húngaro está pendiente de pruebas para determinar si sufre o no algún tipo de lesión». Un parte, otro parte de nuevo confuso que como el último de Carreño, sigue los lentos protocolos de la Mutua para saber 4el dictamen definitivo.

La actualización del parte médico del equipo vaticina la posible recuperación del base Pau Isern, que «ya afronta la recta final de su recuperación por la pequeña rotura miofascial en la zona isquiotibial de su pierna izquierda que sufrió el pasado viernes 26 de septiembre en el entrenamiento celebrado en Boecillo. El base sigue trabajando al margen y su vuelta a la dinámica del UEMC Baloncesto Valladolid está prevista para esta semana, pero dependerá de su evolución», indican desde el club.

Por su parte Pau Carreño también sigue realizando trabajo específico y recuperándose de la luxación acromioclavicular de Grado II con un fuerte edema óseo y osteoartritis postraumática que sufre en su hombro derecho y por el que se optó por la no intervención quirúrgica.  El alero catalán continúa siendo baja.

Con la dificultad de encontrar en estos momentos un refuerzo en el mercado, según confesó el propio David Barrio la pasada semana en la previa ante Logroño, afortunadamente el calendario todavía no aprieta y ejerce de flotador de una situación cuanto menos peligrosa. 

El próximo sábado (19.00 horas) el equipo de Barrio se medirá a uno de los equipos más endebles de la categoría, el Castillo de Gorraiz Valle de Egúes navarro, conjunto que fue apaleado en la última jornada ante la primera víctima de los vallisoletano, el CB Toledo, por 98-67. Una oportunidad de oro para saber si los jugadores del filial pueden o no ayudar. Y no solo para los minutos de la basura o de forma testimonial. Ahora o nunca.