El Inveready Gipuzkoa Basket afronta su segundo choque consecutivo en casa este viernes (20.30 h.) ante el Cartagena con el ánimo y esperanza de … lograr el primer triunfo del curso. Las sensaciones de juego no coinciden con la clasificación porque en el último choque bien podría haberse llevado el triunfo ante el Obradoiro. Los fichajes están funcionando y un calendario más amable seguro que le hace subir puestos en la tabla.

Inicio terrorífico. Que las tres primeras jornadas del campeonato hayan sido ante Coruña, Estudiantes y Obradoiro puede explicar por qué el GBC navega por ahora sin triunfos. Como subir el Tourmalet, el Aubisque y el Aspin sin calentar. En términos futbolísticos, como si la Real inicia la Liga ante el Real Madrid, Atlético y Barcelona. Los tres rivales que ha tenido el equipo de Sergio García son, junto con el Palencia, los máximos aspirantes al ascenso. Ya se sabía que el arranque liguero iba a ser muy exigente y que no sería una sorpresa tener a estas alturas el casillero de triunfos a cero. Al menos, el equipo ha dado la cara.

Detalles que marcan. Si la minuciosidad suele desnivelar la balanza en partidos igualados, ante rivales como los que ha tenido el Inveready marcan la diferencia. En el estreno ante el Coruña el GBC estuvo en el partido a pesar de hacer un 1 de 22 desde el triple. En su salida a Madrid, llegó a ir 26 puntos abajo en el marcador y lo que se presuponía una fiesta estudiantil casi se vuelve un drama para los locales.El GBC se puso a tres puntos y no pudo firmar la remontada, entre otras cosas, porque tiró 19 tiros libres menos que su rival. Con todo Sergio García confesó que «no se podía volver a repetir ese inicio de partido».

Capacidad competitiva. Una característica que mostró el equipo guipuzcoano el pasado viernes en el Amenabar Arena.Vaya por delante que el Obradoiro no contó con dos elementos de altura como el sueco Lindquist y el exGBC Goran Huskic. Sin embargo, los diez jugadores que presentó Epi fueron de primera fila. Las vibraciones que dejó el Gipuzkoa Basket y por lo que la afición debe estar tranquila es que tuteó a un equipo de alta gama. Lideró el choque, tuvo arrestos para remontar yendo seis abajo, provocó una prórroga, tuvo bola para ganar… La victoria se esfumó pero bien se podía haber quedado en el pabellón donostiarra. La manta, ante este tipo de equipos, no llega para tapar hasta el cuello y los pies. Barcello se destapó en la primera parte del partido.Después lo hizo Dos Anjos. Westermann y Andersson fueron picando minuto a minuto.Es imposible dejar a todos a cero y el GBC, personificado en Mikel Motos, tuvo el nivel e hizo el esfuerzo necesario en pelear el partido hasta el último segundo.Esto va de triunfos pero hay derrotas que son un poco más dulces.

Mejor calendario ahora. El GBC recibe el viernes a un siempre peligroso Cartagena (20.30 horas) que ha ganado dos encuentros hasta la fecha. Después le tocará descansar y a partir del primer fin de semana de noviembre tiene por delante partidos más amables que los que le han tocado hasta ahora. Visitará El Plantío donde esperará Tizona, después recibirá en Donostia al Palma y a Zamora de manera consecutiva y el 22 de noviembre pondrá rumbo a Fuenlabrada.Después volverá a haber un parón, esta vez general, por la disputa de las ventanas FIBA. No hay duda de que Tizona yFuenlabrada están llamados a estar arriba, pero por ahora no llegan al nivel que exhibe Coruña, Estudiantes y Obradoiro.

Gustan los nuevos. Hay cuatro jugadores que promedian más de diez puntos por encuentro destacando los 14,3 de Nacho Varela. Korsantia, Terry y Nicolau pasan de los dobles dígitos.Salvo el pívot castellonense, el resto son jugadores que visten la camiseta del GBC por primera vez.A ellos se le unen los ocho puntos de Tanor Ngom en los dos partidos que ha disputado.Por encima del gigante senegalés figura Manex Ansorregi con diez puntos de promedio. Estos seis jugadores casi aseguran sesenta puntos por choque. Entre las caras nuevas, McGhie acredita 3,7 puntos y Hanzlik 4,7 tantos por encuentro. Ambos ya han demostrado que son una amenaza desde fuera. Quien menos ha actuado de los fichajes ha sido Ignacio Rosa, quien ha metido un par de canastas en los tres encuentros.