Entre aplausos en el balcón de un hotel, en bata, con una copa de vino, besando la bandera y después santiguándose… No es la última de Torrente ni una escena de Berlanga. Es la imagen que dejó el torero Morante de la Puebla el pasado domingo ante sus seguidores desde el balcón de un hotel madrileño.
Unas horas antes se había retirado del toreo en una tarde, cómo no, con guiños a Santiago Abascal e Isabel Díaz Ayuso. ¿Se viene torero reconvertido en candidato del ultracentro? El tiempo dirá, pero por el momento la esperpéntica escena ha dejado un reguero de reacciones.
El encumbramiento de gente que se dedica a infligir sufrimiento a animales continúa en pleno 2025. Afortunadamente cada vez es más minoritario y argumentos como aquel de Mariló Montero en La Revuelta cada vez resultan más absurdos.