Bea Barrio es una apasionada de la arquitectura. Se la nota en cada palabra que sale de su boca sobre una profesión que luce en sus título universitario pero que no ejerce al uso, tal y como se suele tener en mente a la figura de los arquitectos. Porque Bea no se sienta en una mesa a diseñar planos; ni visita protegida con un casco las obras de un futuro edificio de viviendas. Ella dedica sus días a llevar la arquitectura a campos como el turismo o la docencia. «Yo, cuando estaba en la carrera, me daba cuenta de que eso de hacer edificios al uso y crear nuevos edificios no iba mucho conmigo. Me gustaba ver los edificios que había y enseñarlos y comunicarlos de otra manera», reconoce la arquitecta que este martes clausuraba la Semana de la Arquitectura en la capital organizada por el Colegio de Arquitectos de Ávila.

‘Otras salidas en la arquitectura’ era el título de una charla en la que presentó precisamente eso, las otras opciones que ofrece el campo de la arquitectura a sus profesionales y que, como en el caso de la elegida por Bea, conllevan un fuerte componente didáctico.

«Creo que muchas veces no entendemos el patrimonio o estamos acostumbrados mucho a ver iglesias, castillos o monasterios pero no nos paramos a verlos, no nos paramos a entenderlos. Y eso pasa mucho, además, en nuestras ciudades de origen. Tú vas a otro sitio y sí que haces fotos y levantas la vista, pero en tus ciudades no», lamenta Bea, a la que le encanta ver que muchas de las personas a las que guía por Zamora son, precisamente, zamoranos.

«Me he dado cuenta de que hay que parar un poquito. Veo, por ejemplo, que en Zamora que hay gente que hace visitas en una hora. Pero tú en una hora no puedes ver esa ciudad si quieres verla de verdad, ¿no? Entonces yo creo que iniciativas como la mía ayudan a un turismo sostenible», reflexiona la arquitecta, que en este sentido compara las ciudades de Ávila yZamora. «Son dos ciudades pequeñitas, capitales de provincia, pero con muchísimo que enseñar y muchísimo que contar», recalca el valor de ambas localidades 

«Creo que pararte y valorar lo que tenemos ayuda a seguir potenciándolo», continua reflexionando sobre su labor como arquitecta en el campo del turismo. «Haciendo visitas un poco más largas, un poco más entretenidas, un poco más con rigor, en este caso, desde el punto de vista de la arquitectura. También poniendo mucho el foco en todo el patrimonio en peligro», advierte, y pone como ejemplo el castillo de Castronuevo, en Rivilla de Barajas.

«También las redes sociales y los nuevos medios de comunicación nos ayudan a poner el foco en ese patrimonio que corre peligro y que forma parte de nuestra identidad», mencionaba otro de los campos en los que ella se mueve como pez en el agua (@beacastillo_). «La gente que llega a mis visitas es por redes sociales», habla de seguidores que, reconoce, quizá no cuenten a la hora de salvar ese patrimonio. «Pero sí lo cuenta la comunidad y lo interesada que está esta gente. Y te das cuenta cuando se ha conseguido rehabilitar muchísimos de estos sitios que estaban en mal estado o al menos cuando se ha sacado los colores a los propietarios», cuenta.

Con esta charla se cierra un ciclo de conferencias en el que se ha reflexionado sobre temas como la comunicación en la arquitectura o las narrativas arquitectónicas y ha dedicado un tiempo a los niños.