+ EXODIA
Miércoles, 1 de Octubre de 2025 – Sala 16 Toneladas – Valencia
Hay ciertos conciertos que uno marca en su calendario y espera que ese día llegue con ganas sabiendo que va a ser bueno. Eso mismo me pasó desde que se anunció la gira española de TIM RIPPER OWENS, la cual iba a recalar en Valencia. Esta era la tercera vez que el otrora vocalista de bandas como JUDAS PRIEST, ICED EARTH, YNGWIE MALMSTEEN y actualmente en KK’S PRIEST visitaba Valencia, por lo que muchos sabíamos el tremendo concierto que íbamos a presenciar, y así fue.
La primera alegría que me llevé fue ver que la gente respondió a la propuesta y la afluencia fue masiva. Desconozco si se llegó al sold out pero si no o logró, poco le faltó y la sala 16 Toneladas se llenó hasta la bandera, dejando claro que a pesar de caer el concierto en miércoles, la gente tenía ganas de ver al vocalista americano en acción interpretando canciones míticas de su ya dilatada carrera.
Así pues la sala ya presentaba un buen aforo cuando los valencianos EXODIA empezaron su actuación como banda telonera. Reunidos en 2023, esta formación de thrash metal se fundó en el año 2007, publicando dos álbumes y un tercero en el año de su vuelta a los escenarios. Desde entonces, han girado con frecuencia y ya era conocedor del tipo de concierto que iban a dar, dejando un muy buen sabor de boca.
En los primeros compases del concierto el sonido estuvo algo saturado y el bajo y batería sonaban por encima del resto de instrumentos, pero con el paso de su actuación se fue solucionando. “Temples of Lies” de su hasta ahora último disco “Into the Mouth of Hell” fue la primera canción en sonar y ya pudimos ver al quinteto totalmente entregado, teniendo como principal figura al vocalista Amando Milla, el cual no dejó de animar, moverse por el escenario y arengar al público, ejerciendo un muy buen papel de frontman.
“Buried Alive” continuó con la descarga, dándonos una buena dosis de thrash metal donde se podían notar las influencias de bandas como SLAYER, KREATOR o TANKARD. La siguiente canción, la cual dijeron que era ya vieja, se la dedicaron al técnico de sonido y con mucho humor presentaron “Fight my Cock and your Palate” de su debut “Slow Death” del años 2012.
También tuvieron algo de tiempo para hacer un poco de crítica y dedicar “World’s Cancer” a la iglesia, dejando claro que EXODIA tienen todo tipo de letras, pero predominando la crítica social. En “Shout the Nations” Amando nos pidió cantar el estribillo, y toda la sala respondió haciendo que fuera una de las canciones más resaltables de su actuación.
“Future Generations” fue otro buen momento, sonando genial con Víctor Tello dándolo todo en el bajo y no faltó la ya esperada “Corrupt!” donde Amando portaba una cabeza humana con peluca de juez, donde creo que no hace falta explicar de qué trata la letra.
El concierto empezaba a llegar al final y EXODIA quisieron dar las gracias a todas las personas que hicieron posible su participación esa noche y rematando con “Wicked Seed” y “150% Attitude” donde se formó un pequeño wall of death donde el vocalista nos dividió entre los que preferían la tortilla de patatas con o sin cebolla, creando un ambiente explosivo que puso el punto final a un más que digno concierto por parte de unos EXODIA que se nota que el descanso que se tomaron les ha servido para regresar más potentes que nunca.
Mientras se realizaba el cambio de escenario, muchos eran los que se preguntaban qué canciones íbamos a escuchar en el repertorio de Ripper, y es que el vocalista tiene donde elegir. La verdad es que la carrera del vocalista siempre ha estado sujeta a las bandas en las que ha formado parte, no teniendo mucho éxito cuando ha querido volar en solitario. Sus años en JUDAS PRIEST sustituyendo a Rob Halford le pusieron en el mapa, y aunque tuvo la difícil tarea, supo ganarse el respeto de los fans, publicando 2 discos, “Jugulator”, que aunque tuvo sus detractores me parece un excelente álbum y el más que denostado “Demolition” que ahí si que coincido que fue un trabajo decepcionante y totalmente alejado del sonido de la banda. De ahí engrosó en las filas de ICED EARTH sustituyendo a otro grande como es Matt Barlow y publicando también 2 trabajos que no están precisamente entre lo mejor de su discografía, siendo expulsado al regresar Barlow y por lo visto no en muy buenos términos. Después fue llamado por YNGWIE MALMSTEEN donde también cantó en 2 álbumes con el mítico guitarrista, y de ahí ha estado vagando sin mucho éxito en proyectos fallidos como BEYOND FEAR (lástima que de ahí saliera únicamente un disco) DIO DISCIPLES, THE THREE TREMORS o publicando discos bajo su propio nombre que pasaron desapercibidos.
No ha sido hasta que su ex compañero en JUDAS PRIEST K.K. Downing le llamara para formar filas en su proyecto KK’S PRIEST cuando Ripper ha vuelto a estar en el mapa, demostrando que su voz está impoluta y que tiene carisma de sobra para echarse a los hombros a la banda.
Con todo ya dispuesto y la sala a reventar, la banda hacía su aparición en escena. Para su periplo por España, Ripper ha formado una banda donde su mayoría militan en la banda andaluza PULSA DENURA, figurando en ella José Pineda (SNAKEYES, PULSE DENURA) y Miguel Salvatierra a las guitarras y Rafael Vázquez al bajo, sumando la presencia de Moyano “el Búfalo” (KING LIZARD) a la batería, una formación que en todo momento estuvo a la altura y se les notó felices de estar tocando junto a un titán del heavy metal.
Con la intro de “Jugulator” TIM RIPPER OWENS aparecía en el escenario acompañado de una sonora ovación y comenzó su espectáculo vocal. Ya desde los primeros compases demostró que los años no afectan a su voz que sigue igual de bien que cuando entró a JUDAS PRIEST, llegando a los mismos tonos que antaño y dejándonos alucinados con su facilidad de llegar a agudos imposibles sin notarse en él algún esfuerzo. Ataviado con una gorra, chupa de cuero y una camiseta del “Screaming for Vengeance”, Owens estuvo muy comunicativo y simpático, cercano a sus seguidores y disfrutando de su trayectoria tan dilatada.
Bajo el grito de “let me hear you” dieron paso al primer clásico de la noche, “The Green Manalishi (With the Two Pronged Crown)” tema original de FLEETWOOD MAC que JUDAS PRIEST popularizaron en su mítico disco “Killing Machine” de 1978. Aunque Ripper defendió las canciones de su etapa en la banda británica, no faltaron naturalmente clásicos de todas sus etapas, siendo la siguiente “The Ripper”, la cual fue anunciada con el vocalista preguntando cuál era su nombre, apodo que recibió precisamente por ese tema que nunca falta en sus repertorios en solitario, con una sala que no paró de saltar y cantar las canciones ya totalmente entregada a una banda que sonó perfecta y engrasada.
Como decía, Owens defendió sus canciones en su etapa en JUDAS PRIEST y dio paso a la genial “Burn in Hell” del álbum “Jugulator”, la cual es una de las más destacadas del citado disco y que fue un regalo para los oídos escucharla, ya que desde que Halford regresó, estas canciones no han vuelto a ser tocadas, y que gracias a Ripper podemos escucharlas (también desde hace poco con KK’S PRIEST)
Pero el concierto albergaba sorpresas y la primera fue cuando Ripper dedicó unas palabras al tristemente desaparecido OZZY OSBOURNE, queriéndole rendir tributo y tocando “Children of the Grave” clásico de BLACK SABBATH que interpretó de manera magistral llevándola a su terreno vocal. Momento emotivo y donde una vez más Owens demostró su polivalencia de registros.
Con un breve pero intenso solo de guitarra por parte de José Pineda (excelente músico que además de guitarrista, es un notable bajista y uno de los mejores músicos de nuestra escena si me preguntáis) el vocalista se tomó un leve descanso para presentar el primer tema de KK’S PRIEST como fue “Hellfire Thunderbolt” dando paso a su etapa más reciente, la cual espero que sea duradera y junto a Downing nos brinden más discos y giras.
Durante el concierto se dieron algunos problemas de sonido, siendo el primero unos percances con el bajo, que dejó de sonar tras la canción y mientras se solventaban, Ripper cantó a capela las primeras estrofas de “Heaven and Hell” de BLACK SABBATH, con un guiño al también desaparecido Ronnie James Dio y con el problema solucionado nos recordó que la película “Rockstar” de 2001 protagonizada por Mark Wahlberg está ligeramente basada en su vida cuando entró a formar parte de JUDAS PRIEST, dando paso a otro gran tema de los británicos como es “Beyond the Realms of Death”, que aunque bajó las revoluciones la interpretó de manera magistral al igual que el solo ejecutado por Pineda.
Owens estuvo bastante parlanchín entre canciones, comentando que los encargados de traer el catering le habían preparado una tarta y que pese a estar a dieta le había gustado y volvió a la carga con el disco “Jugulator”, esta vez con “Blood Stained”. Si bien me encanta ese disco, es cierto que Ripper siempre recurre a las mismas canciones, dejando de lado otras que merecerían estar en el repertorio como “Bullet Train” o “Cathedral Spires”, pero supongo que más vale eso que nada.
Su única referencia a su paso por ICED EARTH llegó con “When the Eagle Cries”, tema algo flojo a mi parecer que podría haber cambiado por otro de los dos discos en los que cantó, pero parece que el vocalista no está muy contento por su paso de la banda del ahora denostado Jon Schaffer y no quiso darnos más canciones de la banda, al igual que no cantó nada de los discos que grabó con YNGWIE MALMSTEEN, aunque esto es más comprensible ya que son álbumes buenos, pero poco populares dentro de la discografía del guitarrista sueco.
“One More Shot at Glory” fue la segunda y última referencia a KK’S PRIEST (ojalá tengamos dentro de poco a la banda girando de nuevo) y la segunda sorpresa llegó con otro homenaje, esta vez al también tristemente desaparecido Paul Di’Anno, el cual estuvo abriendo los conciertos de KK’S PRIEST en su última gira y que Owens pidió una ovación para celebrar su vida, dando paso a “Wratchild”, mítico tema del álbum “Killers” de IRON MAIDEN que Owens también bordó y fue un bonito recuerdo a la figura del vocalista que grabó los dos primeros álbumes de la Doncella.
Ripper siguió bromeando con el público y se quitó por primera vez la gorra para dejar a la vista de todos su afeitada cabeza, diciendo que se estaba quedando calvo y había optado por rapársela, de lo cual no sabía si había sido buena idea y tras eso quiso reivindicar el que para él es su disco favorito en la etapa en la que fue vocalista en JUDAS PRIEST, “Demolition”, para dar paso a “Hell Is Home”. Aunque creo que muchos somos los que ponemos ese álbum como el peor de la carrera de PRIEST, entiendo que él lo defienda y le tenga cierto cariño. Desgraciadamente llegó otro problema con el sonido cuando su micrófono dejó de sonar y tuvieron que darle otro mientras la canción seguía, llegando al final y bromeando con que lo había roto con su potente voz.
La recta final llegaba con un solo de batería que no se hizo muy largo y que sirvió para que Owens abandonara el escenario por unos segundos para dar paso a “The Hellion” que dejaba adivinar que la siguiente pieza en sonar era “The Electric Eye”, clásico indiscutible de JUDAS PRIEST que TIM RIPPER OWENS bordó dejándonos a todos alucinando con su chorro de voz.
El fin de fiesta lo puso la siempre celebrada “Living After Midnight” (que siendo miércoles a lo mejor no era muy adecuada) y como guinda “One on One” del también “Demolition” que como cierre quedó algo coja pero que fue el broche para un concierto donde Owens reivindicó su carrera y nos dejó a todos alucinando con su privilegiada voz. Pocas pegas se le pueden poner al concierto, quizás el repertorio, donde eché en falta canciones de discos como “Painkiller” o “Defenders of the Faith” que en sus pasadas visitas sonaron o como decía antes, alguna canción menos escuchada del “Jugulator”, pero ningún reproche hacia su actuación o de la banda, a la cual felicito por su profesionalidad y entrega.
Sin apenas tiempo para alargar la velada, nos fuimos todos corriendo a casa, que al día siguiente tocaba madrugar para ir a trabajar, pero merecía la pena el esfuerzo tras el recital que TIM RIPPER OWENS nos había brindado. Puede que su carrera haya sido algo errática, pero su legado demuestra que es uno de los mejores vocalistas que la historia del heavy metal nos ha dado.
Texto: Alejandro Alapont
Fotos: Pedro J. Delgado
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