Julio Carazo mueve con mimo sus esculturas para dar con el lugar exacto en el que la iluminación aporte esplendor a toda la pieza. Lo hace con obras propias, pero lo verdaderamente peculiar de esta muestra es que no ocupa una sala de exposiciones al uso, sino que se pueden admirar en un local que él mismo compró para mostrar todas sus creaciones. Y no son pocas, porque acumula más de tres décadas trabajando la piedra. Como él, aunque con alguna peculiaridad, la pintora también mirandesa Paula Trueba decidió colgar de las paredes vacías de su lonja cuadros, abanicos y otros objetos creados por ella con los que la llena de color.

«La puse en marcha el año pasado y me decidí porque en estos momentos es casi imposible hacer exposiciones en salas privadas», puntualiza Carazo, quien remarca que como cada vez hay menos espacios, los que aguantan «pueden aumentar los precios y ahora se han subido muchísimo con 300 ó 400 euros de antemano». Con esas cifras, lamenta que sin ventas en las que apoyarse «es algo a lo que no se llega». Por este motivo dio el paso, porque además recuerda que en Miranda desde hace años los lugares en los que poder exponer trabajos escasean y eso hace que haya una fuerte demanda y por lo tanto lista de espera, aunque remarca que «el problema no solo se tiene aquí».

De hecho, recuerda que ha expuesto en una gran cantidad de lugares, pero solo tiene pendiente montar una muestra conjunta en Málaga y al año que viene sin salir de esa provincia ir a Ronda. En el caso de Lucia Trueba no hace tanto tiempo que comenzó a mostrar su obra. La primera vez que lo hizo fue hace unos meses en Alcoba, la colchonería que ofrecía una posibilidad cultural y que ahora está cerrada. «Yo tenía un local de mis padres que se quedó vacío por un tiempo y me decidí a colgar mis cuadros a la espera de que la persona que lo regentaba volviera», detalla Trueba, quien reconoce que «ahora está a punto de volver».

Las creaciones de la pintora Paula Trueba iluminan su propia lonja.Las creaciones de la pintora Paula Trueba iluminan su propia lonja. – Foto: DB

Sin embargo, parece que eso no supondrá el cierre de la exposición, «porque la persona que montará un nuevo negocio me ha propuesto que deje mis cuadros, así que estamos viendo cómo podemos hacerlo». De esta manera, admite que dará continuidad a una iniciativa en la que se embarcó «para que no estuviera la lonja vacía». Sin embargo, la gente ha respondido y «cuando la abro los fines de semana que vengo, porque yo vivo en Logroño, las personas que entran se interesan», ensalza Trueba, quien añade que otras sin cruzar la puerta del negocio, la han conocido por las redes sociales «y hay quien me ha comprado algún abanico y también he tenido encargos», agradece.

Como en el caso de la pintora, el escultor afirma «que no entra todo el mundo, igual porque todavía no se conoce mucho, pero la gente que quiere viene». Al ser autogestionado, él mismo acude por las mañanas «y dejo un número de teléfono y si me llaman estoy en el taller y vengo porque no me cuesta nada venir», apunta.

Carazo indica que el local que tiene en la calle Arenal «en principio va a ser para mí, más tarde ya se verá si puedo traer a gente para exponer». En el caso de Trueba, está en Comuneros de Castilla y se plantea ir rotando sus cuadros, aunque en el futuro tampoco descarta abrir su local a otros artistas, «pero por ahora me centraré en cómo prepararlo para cuando el local tenga actividad».