ETB es la televisión pública autonómica más antigua de España. Comenzó sus emisiones el 31 de diciembre de 1982, con una programación en euskera, anticipándose a TV3 (Cataluña), que fue la segunda (comenzó a emitir el 10 de septiembre de 1983). Pero su liderazgo acaba ahí. Ni tiene la cuota de audiencia ni su régimen regulatorio se acerca siquiera al de su hermana catalana.
La radiotelevisión pública vasca, agrupada bajo la marca EITB (Euskal Irrati Telebista), nació apenas cuatro años después de la aprobación del Estatuto de Gernika y fue pionera en establecer una corporación multimedia de titularidad pública con vocación de servicio en lengua propia —el euskera— y con una fuerte implantación territorial.
La regulación básica del ente se rige por la Ley 5/1982 de creación de EITB, modificada en parte posteriormente. El ente se estructura como un grupo de sociedades públicas —Euskal Telebista SA, Euskadi Irratia SA, Radio Euskadi SA, Radio Vitoria SA, EITBNet SA— coordinadas por una Dirección General y sujetas a un Consejo de Administración.
Amplio consejo
Ese consejo está compuesto por 19 miembros, lo que lo convierte en el más numeroso de cuantos rigen los medios públicos en España. La razón está en su peculiar composición. Quince consejeros representan a los partidos con presencia parlamentaria (en proporción a los resultados electorales). El resto debe elegirse a propuesta de la Real Academia de la Lengua Vasca, la Sociedad de Estudios Vascos, la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País, la Universidad del País Vasco, los sindicatos y las federaciones de asociaciones de consumidores.
A todos los nombra el Parlamento Vasco a propuesta de los partidos con representación parlamentaria por mayoría de dos tercios, lo que garantiza una pluralidad formal, aunque no necesariamente una neutralidad práctica. El mandato vence con la legislatura, lo que refuerza el vínculo con la mayoría política de turno. Su presidente ejerce, además, por ley, como Defensor del Espectador y debe recibir, tramitar y responder cuantas quejas, sugerencias y propuestas le puedan dirigir los ciudadanos en relación con las funciones atribuidas al Ente Público y sus sociedades.
No están, entre los miembros del consejo, los profesionales de la información, a pesar de que así lo ha pedido expresamente el Colegio Vasco de Periodistas “como órgano autorizado para ser vigía, árbitro o mediador si es necesario, y garante de que los contenidos informativos se elaboran y se difunden obedeciendo a los estándares y los criterios de ética, calidad, pluralismo y rigor periodístico, de acuerdo al código deontológico homologado de la profesión”.
Mayoría absoluta
Para elegir al director general de EITB, a diferencia de lo que sucede con el consejo, basta con mayoría absoluta del Parlamento Vasco, lo que inevitablemente le hace más dependiente del Gobierno. Su mandato también está vinculado a la legislatura política: empieza y termina con ella. No extraña que su actual titular, Andoni Aldekoa, llegase al puesto en 2020 directamente desde la dirección de comunicación del lehendakari.
Uno de los aspectos más debatidos en torno al modelo vasco es precisamente el grado de independencia efectiva del ente frente al poder político. Aunque formalmente el Parlamento actúa como instancia decisoria, la mayoría parlamentaria determina en la práctica el nombramiento del Consejo y, más aún, de la Dirección General. En la última década, los gobiernos de coalición del PNV con el PSE-EE han mantenido el control institucional de EITB, que ha sido objeto de críticas reiteradas por parte de los grupos de la oposición, que se quejan de parcialidad en los informativos, así como de una cierta autocomplacencia en el tratamiento de la gestión gubernamental.
Los consejos de redacción de la radio y la televisión hace tiempo que no emiten comunicados con quejas denunciando presiones, lo que puede ser interpretado como un indicador de baja conflictividad interna, algo que sí sucedió en el pasado. Este año se han pronunciado en varias ocasiones, pero para criticar nombramientos de directivos que no conocen el euskera.
Más sombras que luces
Desde el punto de vista de la normativa europea, el Reglamento de Libertad de Medios (EMFA, por sus siglas en inglés), aprobado en 2024 y que entra plenamente en vigor el 8 de agosto, establece requisitos específicos para los medios de titularidad pública en relación con su gobernanza, financiación y transparencia. En particular, el artículo 5 de la EMFA exige que los órganos de dirección de los medios públicos sean designados mediante procedimientos abiertos, transparentes y no discriminatorios, y que su mandato esté blindado frente a injerencias políticas. Además, el reglamento establece que las decisiones editoriales deben tomarse con independencia de las autoridades gubernamentales y exige la existencia de mecanismos internos y externos de control profesional.
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En este contexto, el modelo vasco presenta más sombras que luces. La forma de designación de su Dirección General y la influencia de las mayorías parlamentarias en su estructura de gobierno no cumplen plenamente con los estándares de independencia de la EMFA. Tampoco existen mecanismos de auditoría editorial ni una supervisión externa que asegure la rendición de cuentas sobre la neutralidad y el pluralismo de los contenidos.
El presupuesto de EITB 2025, de unos 199 millones, destina 69,2 a ETB2, 68,5 a ETB1, 12,7 a Radio Euskadi, 12,2 a Euskadi Irratia, 6,4 a la más joven plataforma del grupo, Primeran, 5,7 a la web eitb.eus, 5,5 a Radio Vitoria, 3,7 a Makusi, el servicio infantil, 2,3 a Gaztea y otras cantidades inferiores al resto de canales o soportes.
En términos de audiencia, entre 2022 y 2024, según datos del Gobierno Vasco, ETB2 ha consolidado una media de 8,66 % de cuota de pantalla, frente a un 2,07 % de ETB1 y porcentajes inferiores al 1 % de ETB3 y ETB4.
Este artículo pertenece a la serie Radiografía de las televisiones públicas. Otras entregas: