El BM Caserío sumaba el pasado domingo su segunda victoria en la Liga Asobal, y lo hacía con un veterano de 39 años dirigiendo el ataque durante todo el encuentro, a excepción de los tres últimos minutos. Ángel Pérez de Inestrosa volvía a dar un recital desde la posición de central, firmando nueve asistencias que lo han consolidado como el mejor pasador de toda la competición.

Después de cinco jornadas disputadas, el ciudadrealeño ya acumula 24 pases de gol, con un promedio de más de cuatro por partido, según las estadísticas oficiales.

Además, durante ese partido contra Nava, Pérez de Inestrosa tuvo que jugar con un déficit físico pues no pudo descansar los dos días anteriores, al tener a su hija de tres años hospitalizada. No dijo nada a nadie, ni siquiera a su entrenador. El domingo se presentaba en el Quijote Arena para ponerse a disposición de su equipo, con el añadido de que otro de los centrales, Sergi Mach, era baja por lesión. Fue titular, jugó casi todos los minutos y lo bordó.

Pérez de Inestrosa bromea con su compañero Omar Sherif.Pérez de Inestrosa bromea con su compañero Omar Sherif. – Foto: Rueda VillaverdeSonríe cuando escucha hablar de su ‘tercera juventud’, pero asegura, desde la modestia, que no le sorprende verse otra vez en la Liga Asobal aportando, porque físicamente se encuentra bien y las lesiones le están respetando, pero reconoce que lo de ser líder en asistencias es, con solo cinco jornadas celebradas, ‘una anécdota’.

El ’23’ del Caserío espera recuperar el descanso pendiente para estar a tope en el próximo partido en Huesca, «la primera salida de ‘nuestra Liga’», un compromiso mucho más importante que la visita del Barça del día 26.

¿Cómo hace para seguir rindiendo a este nivel a sus 39 años? «La edad es solo un número, pero se nota. Yo me cuido mucho, como bien, voy al gimnasio además de entrenar en la pista y llevo las ‘pre-pretemporadas’ a rajatabla», enumera, mientras toca madera para seguir manteniendo muy lejos el fantasma de las lesiones.

En cuanto a su aportación al juego del Caserío, Ángel Pérez de Inestrosa considera que su mayor valor es saber controlar el ritmo de los partidos, asistir a sus compañeros y, si se da el día, acompañar con goles. «Un gol hace feliz a una persona, pero una asistencia hace feliz, al menos, a dos», argumenta. Eso sí, su felicidad será completa cuando se reconcilie con los siete metros, un arte que este año se le está resistiendo. Recuerda que lleva años se vérselas con porteros Asobal desde los siete metros, y todo lleva un proceso. Está trabajando en ello.