La Fórmula 1 y concretamente el Gran Premio de Estados Unidos se encuentran en alerta. Las altas temperaturas, concretamente más de 30 grados que se prevén en Austin (Texas), han obligado a la FIA (Federación Internacional del Automóvil) a decretar la alerta por calor extremo. Una condición que obligará a los equipos a instalar el sistema de refrigeración, mientras que el uso del chaleco refrigerante por parte de los pilotos será opcional.
«De acuerdo con el artículo 26.19 del Reglamento Deportivo, tras recibir un pronóstico del servicio meteorológico oficial que predice que el índice de calor será superior a 31,0 °C en algún momento durante el sprint o la carrera en este evento, se declara peligro de calor», compartió el director de carrera, Rui Marques. Además, la humedad se estima que estará en torno al 55% a la hora de la carrera. Cabe destacar que esta situación será similar a la ya ocurrida en Singapur, donde las temperaturas fueron muy parecidas y en las que se tomaron las mismas medidas. Como consecuencia, los equipos deberán instalar el sistema de refrigeración en los monoplazas, cuyo peso es de 5 kg, mientras que los pilotos podrán optar por usar el chaleco refrigerante, un mecanismo que se encarga de hacer circular agua helada a través de una red de tubos. Sin embargo, aquellos corredores que decidan no implementar este elemento deberán añadir 0,5 kg de lastre.
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Mientras que algunos pilotos como Russell han destacado la opción de usar estos chalecos, pese a la incomodidad que producen en el espacio del cockpit (habitáculo del conductor), otros corredores han sido más tajantes rechazando el portar este elemento. Uno de ellos, Max Verstappen, que comparte la misma opinión que la del piloto de Mercedes y que relató que pierde eficacia con el paso de la carrera; por ello se espera que porte un chaleco de hielo seco.