La Fundación Agustinos se ha convertido en el equipo revelación de la División de Honor Plata con cinco victorias en cinco partidos. Líder en puesto de ascenso directo a la Asobal. Uno de los artífices de este éxito y de gran parte de la regularidad alcanzada en la segunda categoría es su técnico, Alejandro Carrillo. 50 años pero 34 dedicados a entrenar a la tricolor. La humildad es lo primero que resalta en cualquier conversación con él. Su vida y su carrera están entrelazadas con la institución en la que creció, estudió, jugó, enseña y entrena. “Soy maestro de Educación Física en Agustinos, el colegio en el que me matricularon mis padres cuando tenía cinco años”, cuenta con orgullo. Desde entonces, su vínculo con la entidad no ha hecho más que fortalecerse cumpliendo objetivos.
De jugador a formador: una vocación temprana
A los ocho años, Carrillo empezó a jugar a balonmano junto a sus compañeros de curso. Aquella afición se convertiría en una pasión que lo acompañó hasta los 33 años, cuando colgó las zapatillas como jugador. Pero su destino en las pistas no terminaría ahí. A los 16 años se le ofreció la oportunidad de entrenar a un equipo de benjamines. “Desde el primer momento me gustó dirigir a los chavales”, recuerda. Aunque completó todos los cursos de entrenador siendo muy joven, nunca pensó en dirigir equipos sénior. Su idea siempre fue “entrenar a un equipo que me permitiera seguir jugando y después poder tener tiempo para estar con mi mujer y mis hijas”.
Durante años, Carrillo se dedicó a los equipos de base, formando generaciones de jugadores y acumulando títulos: tres Campeonatos y cuatro Subcampeonatos de España. Sin embargo, él mismo destaca otro logro por encima de los trofeos: “Lo que más valoro es haber podido dedicar mi tiempo a colaborar en la formación de muchos chicos y chicas a lo largo de estos años”.

Carrillo junto a su ayudante, Adrián Bernabeu / PLACIDO GUTIÉRREZ
Un salto inesperado: del confinamiento al banquillo del primer equipo
Fue durante el confinamiento, en plena pandemia, cuando Carrillo decidió dar un paso más: “Pensé que podía echar una mano con jugadores más mayores”, explica. Así comenzó su etapa como entrenador del segundo equipo sénior. Los buenos resultados le llevaron, un año y medio después, a asumir el reto de dirigir al primer equipo de la Fundación Agustinos en 1ª Nacional. Fue en febrero de 2022, un reto que en absoluto le asustó. Ese año, el equipo logró clasificarse para la fase de ascenso quedando muy cerca del ascenso. Y en la temporada siguiente, en la Catedral, Carrillo consiguió hacer realidad su objetivo más ambicioso: el ascenso a División de Honor Plata, la segunda categoría del balonmano nacional.
Supervivencia, aprendizaje y liderato
Las dos primeras temporadas en Plata no fueron fáciles. “Han sido muy duras a nivel deportivo; hemos sufrido mucho y mantenido la categoría en la última jornada”, confiesa. Pero también fueron dos años de crecimiento: “Ha sido un aprendizaje diario gracias a la exigencia de la competición y al trabajo de todos los jugadores y técnicos que he tenido a mi lado”.
Hoy, en su tercera temporada en la categoría, el panorama es distinto, al menos de momento. El equipo ha madurado, se ha asentado y ha comenzado la liga de forma impecable: cinco victorias en cinco jornadas. “Sabemos que esto es anecdótico y que el tiempo y la competición nos pondrán en nuestro lugar”, afirma con la prudencia que lo caracteriza. Su objetivo sigue siendo claro: la permanencia y la mejora constante del grupo. “Queremos que los jugadores y el equipo sigan creciendo día a día. Con esa idea vamos a seguir trabajando, y ya veremos qué sucede jornada a jornada.”. Alejandro Carrillo representa la esencia del proyecto Agustinos: compromiso, formación y valores.
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