Joel Álvarez estaba satisfecho, pero no pletórico, tras su convincente victoria por decisión unánime sobre Vicente Luque en su estreno como peso wélter en la UFC. Al luchador asturiano le robaron su récord inmaculado de finalizaciones como profesional de las MMA en una pelea que debería haber terminado en el primer asalto, cuando su rival brasileño se fue al suelo por un supuesto piquete de ojos que resultó ser un golpe legal y letal del español.
Los exámenes médicos obligatorios que todos los luchadores pasan después de subirse al octágono confirmaron que Luque sufrió una fractura de la órbita derecha, el hueso que guarda el ojo y que recibió precisamente ese puñetazo que mandó al suelo al carioca en el primer asalto del Fight Night en Río de Janeiro. El dolor no era por un contacto ilegal, sino por un contacto visceral, digno de TKO.
«No es mi decisión, sino la del árbitro. En la repetición puede verse que el golpe es con la mano cerrada, legal e intencionado», comento Álvarez tras el combate. «Por un lado es malo, porque rompe mi racha de finalizaciones, pero por otro lado es bueno, porque he acumulado minutos en la nueva división contra un veterano, y así he crecido como luchador», añadía.
El asturiano llegó a la pelea con 22 victorias y 22 finalizaciones como profesional, y ahora luce 23 victorias tras su primera decisión a favor suyo oficial. Luque, en el tercer asalto, ya dijo a su esquina que no podía ver de forma clara, y la lesión se desveló poco después de su pelea.
La comisión atlética brasileña de las MMA (CABMMA) confirmó a MMA Fighting la lesión de Luque, que debería haber supuesto un KO técnico tras ese trompazo que tuvo detenido el combate más de un minuto y medio con ambos luchadores parados encima de la lona. Ni el propio Álvarez ni la mayoría de analistas entendieron cómo pudo seguir la pelea después de que la repetición confirmara que el golpe del gijonés era legal.
«El ojo ya está mejorando, fue duro durante la pelea, estuvo difícil después que me pegara en el ojo, pero fue un tremendo golpe de Joel, un gran luchador, un gran talento que va a traer mucho orgullo para España», reconocía Luque en palabras recogidas por ABC MMA.
Con motivo de la lesión, la comisión ha suspendido a Luque 180 días, seis meses, de la competición, además de imponerle un período de 45 días de descanso obligatorio y reposo absoluto. La lesión ocular requerirá de otra revisión médica para dar el visto bueno para el regreso del luchador brasileño a los entrenamientos y, posteriormente, a los combates oficiales.
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Álvarez, que encajó algunos buenos golpes, pudo salir de una pieza y ya está en casa disfrutando junto a su familia. En su caso, los médicos le recetaron una semana de reposo absoluto y dos semanas de descanso competitivo. El español, si así lo quiere, podrá reaparecer el mes de noviembre, donde quizás pueda ejercer de remplazo de última hora para el evento de la UFC en Qatar.
Lo más probable, sin embargo, es que el asturiano espere a 2026, con su segundo hijo ya nacido (le esperan en diciembre) para regresar al octágono y recuperar su senda de finalizaciones sin parangón dentro de la compañía estadounidense a día de hoy.