España comienza a ganar peso en la terna europea para acoger las futuras plantas de fabricación de los grupos automovilísticos chinos, que comienzan a trasladar parte de su producción al Viejo Continente para ganar cuota de mercado y sortear los aranceles de hasta el 35,3%, sobre el 10% ya existente que la UE ha impuesto a los vehículos eléctricos procedentes de China. Aunque aún no hay anuncios oficiales, marcas como MG, BYD o Leapmotor miran hacia España, atraídas por su capacidad industrial, su experiencia en el sector y su posición estratégica, con el objetivo de utilizar el país como plataforma de expansión en Europa.
Chery ha sido el primero en abrir la veda. El grupo chino, propietario de las marcas Omoda/Jaecoo, desembarcó el año pasado en España de la mano de su socio local Ebro EV Motors para fabricar sus vehículos en la antigua planta de Nissan en Barcelona. Por ahora, en las instalaciones se ensamblan únicamente los tres modelos de la marca española —S400, S700 y S800—, con los que la compañía cotizada aspira a alcanzar una capacidad productiva de 20.000 unidades anuales. Mientras tanto, el fabricante con sede en Wuhu (China), ha ido aplazando el inicio de la producción en España de su primer modelo, el Omoda 5, aunque sí ha confirmado la instalación de su segundo centro de I+D en Cataluña, adelantando así parte de su hoja de ruta europea.
Ahora, el mayor productor de vehículos enchufables en el mundo, BYD estaría evaluando establecer en España su tercera planta de producción en Europa, según reveló Reuters el pasado martes. El fabricante del Dolphin Surf tendría así una planta que sumar a las que ha anunciado ya en Hungría y Turquía, y que le ayudaría con sus planes de expansión en Europa, donde ha conseguido crecer doble y triple dígito este año en ventas, superando en mercados clave como Alemania, Francia o Italia a su rival, Tesla. El grupo, con sede en Shenzhen, planea así esquivar el recargo del 17% a los coches que importa desde China a la UE.
De su lado, MG, la histórica marca británica hoy propiedad de SAIC Motor, valora la apertura de su primera fábrica europea en Galicia para 2027, según confirmaron fuentes de la compañía a Europa Press. La firma, que ha superado las 100.000 unidades vendidas en el mercado español hasta septiembre, ha ido posponiendo el anuncio definitivo sobre la ubicación de sus futuras instalaciones. SAIC es, además, el grupo más penalizado por los aranceles de la UE, con un recargo adicional del 35,3 % sobre el arancel estándar
Otra firma de la que se espera un próximo anuncio es Leapmotor. La joint venture 51/49 de Stellantis y el fabricante chino ha traído la marca a Europa con dos modelos 100% eléctricos, el B10 y el T01. El grupo multinacional cuenta con tres fábricas en España en Madrid, Zaragoza y Vigo, y ha sobrevolado la cuestión de la implantación de una línea más de producción para comenzar a ensamblar el SUV de la marca en territorio español. Y aunque no se ha confirmado, el mismo Gobierno de Aragón ha pedido que se tenga en cuenta al fabricante de cara a la aprobación de la cuarta edición del Perte VEC en su sección de la cadena de valor, para atraer la producción del B10, el cual se estaría pensando en producir en la planta de Figueruelas, donde se fabrican el Opel Corsa, el Peugeot 308 y el eléctrico Lancia Ypsilon.
España, «hub de movilidad»
España tiene una trayectoria de décadas siendo un foco para los fabricantes de coches. El país cuenta hoy con 17 plantas de producción de automóviles, algunas acumulan más de seis décadas, como la fábrica de carrocerías de Renault en Valladolid, que cumplió recientemente 60 años. No obstante, la transición a la movilidad eléctrica y la entrada de nuevos competidores ha sacudido el tablero.
Aunque España es el segundo fabricante a nivel Europeo después de Alemania y el noveno a nivel mundial, con una producción de más de dos millones de coches al año, la caída de la demanda en los mercados a donde exporta el 90% de su manufactura ha hecho que caiga hasta un 7% la producción. Aun así, gracias a un ecosistema industrial consolidado, con una cadena de valor desarrollada y grandes empresas de proveedores, el país ha logrado atraer inversiones importantes para el desarrollo de electromovilidad.
Según un estudio de Transport & Environment (T&E) sobre las inversiones en electromovilidad en Europa, España concentra proyectos por un valor aproximado de 15.400 millones de euros. De esta cifra, 3.000 millones corresponden a iniciativas de producción de vehículos eléctricos, 10.800 millones a gigafactorías, 1.400 millones a proyectos relacionados con el litio y 100 millones a inversiones en materiales activos catódicos, esenciales para la fabricación de baterías.
Estos proyectos también han venido atraídos por la ejecución de los fondos europeos Next Generation a través de las tres ediciones del Perte del vehículo eléctrico y conectado (VEC) que ha adjudicado en su segunda edición 1.155 millones de euros y lleva hasta julio casi 350 millones concedidos en su tercera edición.
Entre los proyectos que se han beneficiado de estos fondos está la transformación de la planta de Seat en Martorell, que junto con la planta de Volkswagen en Navarra va a acoger la producción de nuevos modelos eléctricos asequibles del grupo alemán: el Volkswagen ID. Polo y el ID. Cross, el Cupra Raval y el Skoda Epiq. Además, el grupo alemán se encuentra desarrollando la planta de producción de baterías, PowerCo que ha supuesto 3.500 millones de euros de inversión y ha recibido más de 350 millones en subvenciones públicas.
Otros proyectos como el de la gigafactoría que el fabricante chino de baterías CATL construye junto a Stellantis en Zaragoza, que ha comenzado su construcción este año, y que ha requerido una inversión de más de 4.100 millones y que ha recibido 300 millones en ayudas del Gobierno, subrayan el apetito inversor que existe en la automoción hacia España.
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